Una cola kilométrica a las puertas del
Auditorio de la Marina desde las ocho de la tarde. Alumnos y familias esperando para entrar al lugar en el que se terminará una etapa importante para los jóvenes de
2º de bachillerato del
IES Luis de Camoens de Ceuta. Tranquilidad, ilusión, orgullo, alegría y nervios se respiraba entre los alumnos. Además, de mucha moda, pues iban todos de gala, chicos y chicas. Como modelos de revista.
Y es que la ocasión lo merecía. Tras un duro año de exámenes, horas dedicadas al estudio, presión y lágrimas por fin podían esperar la deseada
banda de graduación. Pero no todo es malo, obviamente, sino la noche de hoy no se viviría con esa magia. Este día significa que ya existe un baúl completo de recuerdos que jamás olvidarán y que, para muchos, será una etapa muy importante a la que miraran con cariño junto a una sonrisa con el paso del tiempo. Bachillerato tiene eso, una mezcla de sentimientos encontrados que acaban fusionándose en una vivencia única y memorable. El acto comenzaba presentado por el profesor de religión Luis Santos y la alumna Claudia Rubio. Tras esta pequeña introducción se pasó a la entrega de bandas. El nombramiento de alumnos lo protagonizaron el profesor anteriormente mencionado y la
profesora de francés Margarita Prieto. Cada nombre que sonaba era una personalidad nueva con una sonrisa en la cara al subir al escenario. Solo había que verlos para poder sentir la satisfacción que era poner frente a los profesores, pero esta vez para recibir la bonificación del esfuerzo y despedirse de aquellos que los han acompañado durante todo el curso.
Los abrazos entre profesora y alumnado no han faltado, tampoco los nervios y risas. Todos los alumnos han posado para tener este recuerdo único de un curso que acaba. Cuatro grupos de 2º de bachillerato del Luis de Camoens han recibido sus bandas para comenzar un nuevo camino enfocado a un sendero especializado en los sueños de cada uno. Tras la entrega de las bandas, la directora Mº del Carmen Caracena procedió a llamar a aquellos alumnos reconocidos con matrícula de honor y diplomas al mérito académico.
Un
reconocimiento que ha sido valorado con unos aplausos que podían escucharse a tres manzanas desde un lleno Auditorio de la Marina. Las familias miraban a sus recién graduados con orgullos y cariño. Saben que para ellos ese momento jamás volverá. Por eso la ocasión merecía la imagen que ha dado. Unos chicos elegantes y con un porte de alguien que ya se hace algo mayor y unas chicas con unos vestidos de pasarela, de todos los colores y formas. Espléndidas. El acto finalizó con la intervención de varios alumnos que ofrecieron un discurso preparado y animado. El 'Camoens', un año más, despide a una gran cantidad de alumnos cuyos sueños de futuro se construyen dentro de sus paredes.