La
borrasca Karlotta hace estragos en la
residencia de estudiantes. Numerosas habitaciones del edificio estaban mojadas por culpa de las
goteras, que proliferan a sus anchas. La incidencia se suma a la larga lista de accidentes en Ceuta que ha provocado el
fuerte viento y las lluvias. A esta situación se añade
la reactivación de la alarma contra incendios, que ya a finales del mes de enero dio un fallo que puso en jaque el sueño de los residentes, un incidente que duró más de quince horas al que pusieron fin los agentes de la Policía Local. La lluvia ha pillado por sorpresa a algunos de los residentes, que han encontrado sus colchas llenas de cercos de agua. Esta pasada noche los afectados reubicaron parte del mobiliario de los cuartos y sus objetos personales para alejarlos de la zona afectada por las goteras. “Muchos han tenido que modificar la habitación y cambiar la cama de sitio para no mojarse mientras duermen”, explica Ana, una de las afectadas por las goteras.
El problema se da en gran parte de los dormitorios de la residencia del Campus. Ya han comunicado la situación en busca de alguna solución. “Una compañera mandó un correo a la responsable de la residencia y le ha dicho que está de vacaciones”, comenta. No es la primera vez que se producen goteras en la residencia del Campus. La última vez que aparecieron en los techos de las habitaciones se sellaron los tragaluces con silicona para evitar la entrada de agua.
A estos dos nuevos incidentes se suman un aire acondicionado averiado desde hace meses y la falta del servicio de cafetería. La solución de ambos problemas ya está en camino, tal y como anunció Carlos Rontomé, presidente de la comunidad de propietarios y María José Aznar, la decana de la Facultad de Educación, Economía y Tecnología de la
UGR en Ceuta.