Un vecino del edificio Robles IV en la Playa
Benítez lleva tres madrugadas de verdadero infarto. En esas noches le han quemado un vehículo y una motocicleta, la cual se encontraba en el interior del garaje de la comunidad. Expresaba a El Faro su preocupación por lo que estaba sucediendo “porque desconozco las razones por las cuales vienen a por mí. No tengo ningún enemigo”. Esta penosa situación comenzó a vivirla en la madrugada del jueves al viernes cuando tenía aparcado su automóvil unos metros más allá de la entrada de su domicilio. Unos desconocidos le prendieron fuego, pero no llegó a arder en su totalidad debido a que clientes y trabajadores que se encontraban en un bar que estaba enfrente comenzaron a apagar las llamas con cubos de agua. Pero, dado que no obtuvieron los delincuentes el objetivo final, volvieron veinticuatro horas después y lo hicieron ya con la madrugada bastante avanzada, alrededor de las cuatro de la mañana. El vehículo quedó calcinado en su totalidad sin que el SEIS pudiera impedirlo a pesar de que acudieron enseguida. Lo que no esperaba es que aún le quedaba otra noche de miedo. Y es que en la madrugada del sábado al domingo unos individuos penetraron en el interior del garaje de la comunidad del edificio Robles IV y se fueron directamente hacia su moto y tras rociarla con gasolina le prendieron fuego. Las llamas alcanzaron a otras dos motocicletas que estaban al lado que también quedaron para el desguace. Fue alrededor de las tres de la madrugada cuando los vecinos de este edificio, situado en la Playa Benítez, llamaron al SEIS por el fuerte olor a quemado y el humo que salía por la puerta del garaje. Los
bomberos tuvieron que entrar con máscaras para poder apagar el
incendio y los miembros de la Científica tardaron más de una hora en poder realizar su trabajo porque el ambiente era absolutamente irrespirable. Este vecino del edificio nos cuenta que su familia se encuentra totalmente asustada porque ya llevan tres noches llamándole de madrugada para que baje debido a la quema de sus vehículos. “Mi mujer y mis hijos tienen miedo porque no sabemos que puede ocurrir mañana o pasado. No tengo ningún enemigo. Tengo un negocio en la barriada de San José y nunca me he metido con nadie”.
Del interior del garaje, el cual permanece abierto para que salga todo el olor acumulado, nada más que se ven todas las paredes negras, al igual que los vehículos que están aparcados en su interior están totalmente cubiertos de hollín. Otros vecinos del inmueble estaban hablando de como habían podido penetrar en el interior del garaje para realizar la quema y suponen que aprovecharían la salida de algún vehículo y entonces, mientras que uno de los delincuentes entraba para realizar la quema, el otro se quedaba de vigilante en la puerta para que la misma no se cerrara y así poder huir en cuanto hubieran terminado.