Una extraña emoción nos embargaba después de salir hacia la comunidad murciana, a comenzar una campaña de muestreo científico en el precioso Cabo de Palos. Habíamos esperado mucho hasta poder encontrar el momento para desplazarnos, y entablar relación directa con colegas con los que estábamos en contacto desde hace tiempo. Conozco a algunos investigadores de la Universidad de Murcia, y del Instituto Español de Oceanografía con los que hemos coincidido en algunos viajes y encuentros en relación a la causa de la conservación de especies y hábitats.
Al llegar y después de descargar el pesado equipaje de trabajos submarinos, tuvimos la primera toma de contacto con el equipo murciano, compuesto por Javier Ferrer (videógrafo y fotógrafo submarino de gran calidad), que ya conocíamos de un viaje de trabajo que realizó a Ceuta, Víctor Orenes un joven investigador que desarrolla su labor entre la universidad y el Instituto Español de Oceanografía, y José Antonio García Charton (investigador, profesor y reconocido ictiólogo de la UM).
También tuvimos la suerte de poder conversar con Juan Carlos Calvín, persona a la que me une, una entrañable amistad y afición por la exploración del bentos marino mediterráneo. Sus aportaciones en estos días, han sido importantes para entender los problemas que sufre la gorgonia roja mediterránea en este sector geográfico.
Al día siguiente comenzamos la tarea de mar y dispusimos del barco de la universidad, patroneado por el servicial José Antonio Rodríguez, y también de las instalaciones del Club de Buceo Islas Hormigas, cuyos dueños Julio Cepeda y Juan Carlos Farra, tuvieron la gran amabilidad de abrir sus puertas para nosotros, en una época en la que no están operativos para proporcionar sus infraestructuras.
Nuestro trabajo estaba centrado en la reserva marina de las Islas Hormigas donde nos disponíamos a explorar y recabar información de los hábitats y las especies marinas, con especial dedicación a los corales. El tiempo no era el mejor, y las condiciones cambiantes de este interesante litoral no se hicieron esperar. Nuestros colegas murcianos querían nuestra opinión sobre la mortandad de gorgonias debida al estrés térmico acaecido años atrás, y de todo aquello que pudiéramos aportar con nuestras observaciones y experiencia en el ámbito de estas especies de invertebrados.
Es bien conocido, que el Museo del Mar lleva tiempo trabajando sobre estos organismos, y aportando información descriptiva sobre la sistemática, ecología, biogeografía y distribución de los corales y sus hábitats. Ciertamente, el entusiasmo que vimos en estas personas nos motivó a realizar junto a ellos esta campaña, que también nos ayudaba a ampliar nuestros conocimientos, y quizá se podría llegar a desarrollar un programa de trabajo conjunto de cara al futuro. De hecho, la campaña está incluida dentro del proyecto OBIOMA II, financiado por el programa de investigación y divulgación que concede el MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), en colaboración con la Universidad de Murcia, que aporta estaba los medios para poder realizar las inmersiones que habíamos programado: un buen barco de trabajo y su tripulación siempre dispuesta a ayudar en todo y a procurar una buena logística en los buceos técnicos. Gracias a estas iniciativas, nos encontrábamos, trabajando con expertos en el sistema ecológico sumergido del litoral murciano, a la vez que afianzando lazos de amistad y colaboración junto a otros investigadores, en el siempre apasionante y difícil mundo de la investigación marina.
Es bonito saber, que todo esto es posible, porque hay personas con un gran amor por la naturaleza y se desviven por su protección y conservación. Las personas se acercan las unas a las otras por estos nobles ideales y de ahí surgen unas sinergias y relaciones fructíferas que van forjándose con paciencia y perseverancia, siempre en función de las posibilidades del tiempo disponible y la financiación. Nosotros ya habíamos empezado, y las señales que nos llegaban no podían ser mejores, entre todos estamos creando un bonito equipo de trabajo para llevar a cabo nuestros proyectos en beneficio de la causa de la conservación.
El Cabo de Palos, es interesante para la investigación en ciencias marinas por variadas razones. Es una zona con una interesante y compleja historia geológica, con rocas muy antiguas que se pierden en la noche de los tiempos (Paleozoico-Triásico), entre 400 y 250 millones de años. Estas rocas, de origen sedimentario, se depositaron en cuencas marinas del mar de Tetis, sufrieron un proceso de traslación geográfica y transformaciones importantes debido a la presión y al calor, durante el choque de placas entre Europa y África.
Este choque dio lugar a la orogenia alpina y a las montañas Béticas, muy relacionadas con las sierras que rodean la región murciana. El caso es que el tipo de rocas del Cabo y sus montañas sumergidas litorales son metamórficas (esquistos y cuarcitas), y en ese sentido muy diferentes al litoral granadino, y de otras zonas de Andalucía, y en una parte del litoral de Ceuta. En su origen, hace unos 12 millones de años, la comarca del Mar Menor estaba sumergida y conectada con el Atlántico y el Mediterráneo.
El periodo que más nos interesa a nosotros es a partir del Mioceno más reciente, hace unos 9 millones de años, cuando los relieves que se levantaron de la colisión de placas, produjo que se perdiera la conexión con el Atlántico y empezó la formación del Mar Menor. Una cuenca sedimentaria que se fue rellenando con la erosión de las montañas circundantes recién formadas. Por otra parte, los rasgos oceanográficos son altamente particulares y la confluencia de sus corrientes forman una suerte de barrera natural entre el Mar de Alborán y el resto del Mediterráneo occidental.
En cierta manera, este fenómeno provoca la separación de organismos a un lado y otro del accidente geográfico que conforma el saliente cabo. Constituye el límite de distribución de algunas especies en la costa mediterránea española, ya que no se encuentran más al norte. Como es el caso de la especie de coral anaranjado Astroides calycularis. En general los fondos marinos explorados comparten características ecológicas, florísticas y faunísticas compartidas con Alborán y el Estrecho. Por otra parte, tienen una serie de particularidades que los distinguen bien, y propias de Murcia.
A pesar de las condiciones del mar en esta época del año: turbidez, baja temperatura y corrientes, los hallazgos no se hicieron esperar, y gracias a las indicaciones y la eficiente guía de nuestros anfitriones murcianos, pudimos observar y obtener material de diversos tipos de corales (gorgonias, gerardias y variados madreporarios). Una extraña gorgonia de color amarillo y pequeño tamaño apareció en un par de ocasiones y estamos empezando a estudiarla en colaboración con nuestros colegas. De hecho, el objetivo de crear entre todos un grupo de estudio de la cripto-diversidad de corales en Murcia, está empezando a fructificar.
Víctor, es el investigador encargado de colaborar más intensamente en estos aspectos comentados. Se ha estado empapando de la metodología de trabajo que hemos puesto a punto para realizar los estudios pormenorizados. Los denominamos de taxonomía y sistemática avanzada, por la minuciosidad que conllevan y la precisión con la que los realizamos.
Todo nuestro trabajo es de alguna manera similar, salvando las distancias tecnológicas de las que ahora disfrutamos, al de aquellos naturalistas científicos de tiempos anteriores a los nuestros, con gran aprecio por la observación minuciosa y la recopilación de datos precisos. Desde los fondos marinos, el transporte en el barco, los preparativos en el club de buceo, hasta llegar a nuestro improvisado laboratorio en el patio de la espaciosa vivienda rentada, hemos compartido comida, buen humor y muchas charlas edificantes y sano intercambio de información científica, en un ambiente de camaradería verdadero.
Algas, invertebrados, muchos géneros y especies han danzado delante de nuestros ojos admirados, crisis térmicas de verano, mortandades masivas de gorgonias, libreas insólitas de peces solo observadas en determinados enclaves, mantelinas y peces guitarra, y mucho más han colmado nuestras conversaciones entre botes, acuarios, cámaras fotográficas, trajes secos de inmersión y trayectos en el barco para bucear. Agradecemos como siempre a Francisco Pereila su servicial aporte de información geológica e inestimable amistad a través de los años.
El ser misterioso que busca nuestro amor y nos llama constantemente, provoca encuentros con otros seres humanos para que ayudando, colaborando y sirviendo, encontremos el profundo sentido de esta vida. Un regalo más del divino maestro que siempre está empujándonos a descubrir nuestra verdadera naturaleza y el destino definitivo al que debemos dirigirnos.