El discurso del Rey me ha parecido tan tedioso y frustrante que me he preguntado una vez más para qué queremos esta Monarquía. Cuando el Estado, la Generalidad es parte del Estado y su Presidente es el máximo representante del Estado en Cataluña, prohíbe a los niños estudiar en español en España, y manifiesta su apoyo a la exclusión del español en las escuelas diciendo que “la escuela debe ser el núcleo de la nación catalana” , y cuando el Maniquí se aferra a partidos que tienen entre sus dirigentes asesinos cobardes, ¿qué fuerza puede tener el discurso del Rey, sin absolutamente ninguna denuncia o señalamiento, donde los más cortesanos solo encuentran el llamamiento del respeto a la Constitución, y los más temerarios y rufianescos separatistas solo esperaban que dijera algo sobre su padre, para entrar a saco en la destrucción de la Monarquía? El Rey, que según muestran las encuestas sobre la audiencia de su discurso pierde casi tres millones de espectadores respecto a años anteriores, apela a la Constitución y tiene que decir banalidades después de más de cuarenta años de su promulgación, y lo hace de una forma genérica, imprecisa y gris, como agarrado al palo mayor de una nave que se hunde ¿no podía haber sido algo más explícito explicando por qué tiene que aferrarse, otra vez, a la Constitución? Contra el nacionalismo, el constitucionalismo de libro no basta si no se aplica, la razón contra la pasión, porque ese es solo uno de los graves problemas que tenemos como nación y usted Monarca no puede estar solamente para vestir el santo, como ha hecho, por ejemplo, al firmar los indultos cuando según la Constitución, solo usted tiene la potestad de gracia, o al otorgar con Grandes Cruces de Carlos III: “Queriendo dar una muestra de mi Real aprecio, vengo en concederle la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III a ..“personajes como el ministro” Máximo Huerta , condenado por el TSJM a pagar 365.938 euros defraudados al fisco y con solo siete días en el empleo, o al de Galapagar, estando algo más cuando todo su tiempo ha servido para denostar a la Monarquía, a la unidad de la Nación española, y aprovecharse aupando de ministro a su prójima sin los más mínimos valores para ello, lo que es una vulgar defraudación de fondos públicos, también con la firma del Rey ,en desacuerdo con el Reglamento de la Orden,(RD 1051/2002), de la que usted es el Gran Maestre y que tiene como fin condecorar a individuos beneméritos, “virtute e mérito” “y recompensar a los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la Nación”.
Leo en los periódicos que la pareja real es de las más elegantes, la reina es muy bella ¿y todo eso para qué sirve?, o que el Rey es más distante que su padre, Borbón cálido, mujeriego, comisionista, pero tremendamente más cercano a los problemas más importantes que aquejaban a los españoles, y políticamente mucho más influyente en la corrección del rumbo de la democracia española, mientras que el hijo es menos relevante, no es mujeriego, que se sepa, no percibe comisiones, que se sepa, y tiende a defender la Monarquía como arbotante principal de esa nave,(por cierto ¿a qué espera para nominar a las Fuerzas Armadas como “Reales Fuerzas Armadas”?),pero es necesaria más inteligencia, mucha más inteligencia que yo no veo por ninguna parte, porque las circunstancias no son las normales, por lo que esta Monarquía parece estar cómoda con el sanchismo coronado . Desde el discurso del 3 de Octubre de 2017 no he leído ni oído algo que merezca la pena sobre el mantenimiento de esta Monarquía, a la que a pesar de mi republicanismo acendrado no quisiera cambiar por una república sanchista , pero en ella todo se me antoja gris, color que le viene como anillo al dedo al sanchismo, ese cáncer español que unido al nacionalismo, está royendo poco a poco nuestras raíces, nuestra cultura, nuestra tradición, lo que somos y por qué lo somos, y nuestro Monarca, sí muy elegante.
El origen del cristianismo, , no ha sido gris, Cristo no es gris, Herodes mandó matar a todos los recién nacidos y Cristo arrojó del templo a los fariseos. Se es gris porque se teme pensar o mejor dicho decir lo que se ha pensado y esto, es esencialmente contrario a lo políticamente correcto. Por fin hemos llegado a la identidad: lo gris es lo políticamente correcto y hables con quien hables y digas lo que digas todo debe ser gris, nadie quiere involucrarse en decir verdaderamente lo que piensa, eso es el comunismo, lo gris, lo políticamente correcto, es finalmente el comunismo, tan cercano, tan fácil de expresar, solo hay que obedecer. Usted también, Monarca.
Esa línea grisácea, es decir inane, se extiende por todo el Estado, impregna el Gobierno, la Justicia edulcorada por una Fiscalía General completamente inservible, el Congreso donde nadie responde lo que se pregunta para guardar las formas de que existe un control sobre el ejecutivo, la Administración General, trufada de enchufados, donde se me antojan los ministerios de Igualdad, regentado por la marida de un marido por el solo hecho de serlo, sin más preparación que el de una cajera de supermercado para llevar todo un ministerio con un presupuesto de muchos millones de euros y gastar dinero en observar la diferencia entre hombres y mujeres ante incendios y huracanes, todos, absolutamente todos, tirados por la borda del capricho; o el de Consumo, hablando de lo que hemos de comer o qué juguetes hemos de comprar para nuestros hijos o nietos, o el de la Bellarra inútil por los cuatro costados, o la de Trabajo que sale a una cruzada, pidiendo permiso al Papa para conquistar la Constantinopla del trabajador y después se queda en la simple reforma de un mal tango laboral completamente innecesaria y a lo más que llega es a Pozuelo, a solo 12 kilómetros de Madrid, así 22 ministerios con un inútil a la cabeza, que nunca tiene una idea en pos del interés general y solo se le ocurre reunir a los presidentillos de las comunidades “autonomillas” para preguntarle “espejito, espejito, quien es el más bello de este estado” , no lo es Ximo Puig, , ni Lamban, ni por supuesto sus escuderos Page y Fernández Vara, ni Feijóo, ni tampoco el de las anchoas, la única que puede romper el gris del espejo sanchista es la señorita Díaz Ayuso, muy bella ella y con más bemoles que el tal Casado. Y hasta aquí hemos llegado, esto no es gris, así es que Pablo ayúdame, que con esta no puedo, o mejor dicho, tú sigue con tu poltrona, que seguro que es tan gris como tú.
Este año he observado la cantidad de tiendas de segunda mano que ya existen en España, que siempre las identificaba con lo gris. Antes consideraba que era cosa de británicos que en sus asociaciones para ayudar a los más desfavorecidos, se incrustaban siempre por medio de la benevolencia en el tejido sociológico de cualquier país, como ocurrió en la India (si, Sahib) , estando ya muy implantados por todo el Levante. Las españolas, me decían, jamás comprarían un vestido de segunda mano, todo era tirando a gris, pero sí un vaso de cristal que hubieras encontrado a juego con tu cristalería. Hoy en el pueblo en el que habito, ya hay dos tiendas donde puedes encontrar a buen precio alguno de los artículos inexistentes en el resto del mercado, tienen ese asomo gris, todo es gris. No pidas la excelencia.
O no es gris, que todo un ministro de Consumo acuse “a los hombres de no comer menos carne porque ven afectada su masculinidad” o que “España exporta carne de mala calidad” de verdad ¿no es un pecado para los creyentes en el comunismo, tener un ministro para esto? Para los no creyentes en ese credo es simplemente una idiotez. ¿Por qué pagamos la idiotez, por qué la soportamos, a cuánto nos sale el idiota si encima lo hacemos ministro?¿Verdaderamente no somos capaces de crear un país avanzado, culturalmente, tecnológicamente, cuando hemos sido el primer imperio del mundo?. Hemos caído desde lo más alto del universo a la puñetera lona, toda gris, fría, con ministros 22 a cual más payaso, para regir mis dineros y mi país, pobres dineros y pobre país. Me resisto a ello.
Fuera lo gris, viva el resurgimiento. Lo gris es la no defensa de las ideas, el acostumbrarse mansamente a la realidad cotidiana sin alzar nunca la voz, el centro político para pactar la nada. Lo gris es gobernar por decreto ley, no defender ni sus propias ideas en el Congreso. Lo gris es pactar con terroristas y con el mismo diablo con tal de que te dejen en paz, es no luchar por nada que merezca la pena para los ciudadanos a los que se dijo dirigir en pos del bien común, del interés general mientras Yolanda reparte 688 millones de euros de los fondos europeos con criterio de género, más 160 me para contratar empleados públicos, por eso estos comunistas dicen viva lo gris, no escarbemos en los asuntos” matrios”. Los nacionalistas no quieren destruir la Constitución, que ya no respetan, quieren destruir España, coincido con algún pensador como J. M. Marcos en que “asistimos a un proceso muy avanzado ya de desmantelamiento de aquello que es común a los españoles, la historia, la lengua, la cultura, la nación y la materia de lo nacional en la que no es posible escindir lo histórico de lo político”. Lo gris es darle al enemigo lo que quiere, como ha hecho el Maniquí y el tal Almeida, alcalde de Madrid, que ha seguido el camino de abandonar los principios y consecuencia de ello, ceder en todo lo que sea posible para seguir en el Ayuntamiento, en el poder, o en aprobar unos presupuestos. Principios, ¿para qué sirven?, solo para engañar a los votantes. Despreciable gris.
Basta de palabras huecas, dice el Maniquí, “ hemos vencido al virus; la pandemia no ha sido un freno sino un acelerador” hace falta ser hipócrita para decir esto; las palabras “recuperación justa”, “empatía”, ”resiliencia” , “amor a los que no votan la reforma”, resuenan para que parezca que no pasa nada , pero debajo de la sábana se está gestando una catástrofe social y económica con una inflación ya en Diciembre del 6,7 %, lo nunca visto desde 1992, y que está despertando y hay que atajar lo antes posible. No es mintiendo disfrazando las palabras y los hechos ni inyectando fondos de Europa por doquier como se resolverá, es necesario pensar la estrategia a seguir, no mentir ya es conocer el problema, y donde van a parar esos fondos para que pueda apuntalarse la economía, mientras es imprescindible reducir drásticamente el gasto público , no acudir permanentemente a la deuda pública y asfixiar al contribuyente con más impuestos, mientras este gobierno solo piensa en ayudar a sus amigos dándole dinero a manos llenas para que le estén eternamente agradecidos, porque aquí no pasa absolutamente nada, mientras el mar se tiñe de gris. Cuánto he oído que el tal Sánchez es un buen presidente porque todo lo consigue siguiendo la huella de Maquiavelo: “En las acciones de los hombres y particularmente de los príncipes donde no hay apelación posible se atiende a los resultados. Trate, pues, un príncipe de vencer y conservar el Estado, que los medios siempre serán honorables y loados por todos; porque el vulgo se deja engañar por las apariencias y por el éxito; y en el mundo solo hay vulgo, ya que las minorías no cuentan sino cuando las mayorías no tienen donde apoyarse”(Cap. XVIII, de “El Príncipe”, 1532) o el fin justifica los medios, donde el autor defiende la imposición de cualquier teoría o plan político por parte del gobernante, para permanecer en el poder ante cualquier incidencia, doctrina Sanchesca que ha seguido y teñido de oprobio al enmaridarse con traidores a la Nación y abandonar los principios morales, y éticos.
Este Presidente me avergüenza día a día y terminará condecorando a los chantajistas nacionalistas vascos y a los presos etarras, a los que ahora hasta la Audiencia Nacional permite su homenaje, lo próximo serán las grandes cruces. Por favor Monarca, no cabalgue sobre lo gris, hable para que el ciudadano de a pie le entienda y si es posible le apoye, y cuando tenga que hacer un gesto, que se note, todos somos responsables de lo que hacemos y de lo que decimos y de lo que no decimos ni hacemos, usted también.