La Guardia Civil, encargada de la investigación tras el grave incendio ocurrido en García Aldave que arrasó 130 hectáreas en Ceuta, trabaja en la toma de muestras del suelo para registrar la presencia de acelerantes. Esa es la clave, detectar restos de gasolina o cualquier otro tipo de sustancia que fuera empleada para que, en cuestión de minutos, se formarán llamas incontrolables que terminaron por ir avanzando y avanzando sin encontrar freno hasta llegar prácticamente al pantano y hacer temer por la integridad de familias próximas a los focos y la pérdida de viviendas o establecimientos que terminaron asediados.
Esas muestras, cuando terminen los trabajos, deben ser analizadas para conseguir la confirmación necesaria para que así el Instituto Armado pueda avanzar. Seguro es que el incendio fue intencionado, también que el origen pudo estar en un neumático y basura. Al menos esa es la hipótesis sobre la que trabaja la Benemérita tras descartar, horas después de los hechos, que pudiera haber estado en la calcinación de un coche o una moto. La rueda, con su movimiento descendente, se habría encargado de repartir las llamas aunque tuvo que haber un ‘alimento’ previo para adoptar la fuerza suficiente que terminara con el mayor desastre en materia medioambiental que ha sufrido el espacio verde de Ceuta. Esa línea que se apreció en los primeros vídeos que fueron grabados por los que alertaron del fuego pudiera ser la seguida sobre los restos de acelerante que deben ser confirmados a través de laboratorio.
De haber estado operativas las cámaras colocadas como parte del proyecto safe city, se podía haber contado con un aporte de información extra importante. Los puntos de calor que pueden detectar incluso en condiciones meteorológicas adversas hubieran servido como una base para conocer posibles movimientos previos a la generación del incendio. La Ciudad atribuye a actos vandálicos que dos de ellas no operaran, pero no ha detallado cómo se produjeron esos hechos y cómo se razona que realmente se hayan anulado por acción vandálica estando a la altura en la que están.
Los resultados de esta investigación son esperados por todos ante la indignación que ha provocado este suceso. Componentes del Seprona ya estuvieron, este pasado viernes, perimetrando la zona de donde partió todo. Ese origen está claro: en el campo de tiro de La Legión. Hasta allí tuvieron que llegar las personas que generaron este incendio de manera intencionada.
Las propias llamas se encargan de consumir pruebas que les sirven a los investigadores como indicios, de igual forma ocurre con la acción de los bomberos y de los medios aéreos que tienen por objetivo actuar rápidamente desempeñando una labor sobre un terreno que evidentemente es imposible de mantener puro, intocable tras las descargas de agua y otros elementos además del tránsito constante de vehículos.
Este incendio, que ya oficialmente está extinguido, ha superado la magnitud de otros previos afectando además a una zona de elevado valor ecológico. Al delito de daños por incendio se añade las consecuencias gravísimas que pudo provocar además de las pérdidas medioambientales sufridas en toda esta zona.
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