Omar Rifi Mokhlis decidió salir a nado el pasado viernes. A sus 19 años, este vecino de Castillejos se juntó con más compatriotas para entrar en Ceuta. Y así, enfundado en un traje de neopreno, eligió el espigón para acceder a nuestra ciudad desde
Benzú. Así lo han manifestado sus familiares, angustiados porque nada saben del joven y, sobre todo, por la aparición de un cadáver, el pasado sábado, en la playa del
Sarchal. Temen lo peor, por eso buscan la colaboración de quien pueda haber visto al joven.
Desde que Omar decidió que esa noche cruzaría a Ceuta nada se sabe de él. No ha llamado por teléfono. No saben si está en la nave del Tarajal, si llegó a nado y fue detenido o si, como temen, es el joven cuyo cuerpo recuperó la Guardia Civil. Lo único que puede disipar su temor es tener noticias, disponer de información sobre Omar. Y esa información de momento es la que no llega.
Omar, a sus 19 años, sin trabajo y sin futuro en un Castillejos que se muere de hambre, decidió que tenía que intentar cruzar a Ceuta. Lo hizo en la madrugada del viernes con, al menos, cinco personas más. Asegura su familia que esa noche algunos de esos nadadores fueron rechazados en ese intento de pasar a la ciudad, pero Omar no. Omar siguió nadando hasta perderse el rastro. “Venía a buscarse la vida”, explican, como tantos otros jóvenes que intentan entrar en la ciudad o parten directamente a la Península a bordo de embarcaciones como kayaks. Como tantos otros jóvenes que luego desaparecen y nada se sabe de ellos.
En estos últimos meses se acumulan los desaparecidos. Sus familias difunden fotografías de hijos que partieron del hogar y de los que nada se sabe. Esto es lo que ha pasado con Omar. Sus familiares pensaban que llamaría, pero la única información que recibieron fue
la del vídeo publicado por FaroTV en donde aparecía la
Guardia Civil retirando un cadáver en el puerto deportivo. No saben si es Omar, por eso reclaman información y facilitan la imagen que acompaña la página para que se compruebe si, en algún momento, ha sido visto en la ciudad.
En los últimos meses decenas de jóvenes han llegado a Ceuta a nado y muchos de ellos ayudados de aletas y con trajes de neopreno. Otros eligen los kayaks para cruzar o para, directamente, llegar a la Península dejándose la vida en ello.
Nada se sabe de muchos de los que abandonaron su país y nunca han llegado al destino pretendido. Constan denuncias presentadas tanto en Ceuta como en Marruecos pero lo que urge es lo que no se consigue: información. Los familiares de Omar Rifi piden que cualquier persona que tenga un dato sobre su paradero lo comunique. El último rastro se pierde en la madrugada del viernes. La historia de este joven que solo quería tener derecho a una vida no puede perderse y desaparecer de la noche a la mañana.