Ceuta se viste de bufón, de dama y caballero. Arranca la feria del fin de semana más medieval de toda la ciudad, una cita a la que han acudido muchos ceutíes. Un pasacalles inaugura este evento en el que se aúnan actividades y 70 puestos repletos de delicias.
Los transeúntes del Paseo del Revellín se ven sorprendidos ante la presencia de un dragón que se acerca y juega con los niños. Carantoñas, disfraces y mucho ruido para comenzar con buen pie este acto festivo.
Representantes de la Ciudad tampoco quieren perderse este primer día. Juan Vivas, presidente; Pilar Orozco, consejera de Cultura; y Nabila Benzina, consejera de Sanidad posan sonrientes junto a los integrantes de este breve desfile que ha desembocado en la plaza de las Murallas Reales.
Estas jornadas no serían posibles sin todo el personal que está detrás de las máscaras y tampoco de todos los artesanos que han viajado hasta aquí para mostrar sus productos.
Algunos han desembarcado desde puntos tan lejanos como el País Vasco. Es el caso de Natalia González que ha recorrido un vasto camino desde Vizcaya para deleitar a los caballas con sus dulces tradicionales de la región.
Las más populares son las rosquillas, un postre que es, en esta feria un éxito asegurado para ella. "Llevo viniendo cinco años seguidos. Nos tratan genial", comenta. Toda la repostería es vasca y está hecha a mamo con mucho mimo. "Lo hacemos nosotros en el caserío", detalla. Tartas de queso y otros manjares aguardan en este puesto.
No solo hay varias oportunidades para degustar. Hay otros stands de muy variada naturaleza dedicados a decoración, esencias o hasta de esoterismo, como es el caso de Ana Verdú, que echa las cartas y el tarot.
Cuenta con diversos minerales y ofrece una opción distinta para todos los curiosos que quieran ver más de cerca este mundillo.
"Me dedico a eso. Busco la piedra que mejor le va a uno dependiendo de su energía y adivino el futuro, al menos, lo intento", señala. "Normalmente a la feria suele venir bastante público. Es muy agradable y la gente es muy agradecida. Conecta mucho con los mercaderes", cuenta.
Diego Rugiero pone a disposición de todo el que lo desee una gama de 15 olores diferentes. Jabones caseros que duran hasta ocho meses para perfumar esos pequeños detalles del día a día como prendas. “Son ceras con aceites esenciales, muy fácil, como una vela. Van colgados en las perchas, detrás de las puertas y una vez al mes hay que partirlas para que se mantenga el aroma”, cuenta.
Hay quien necesita un poco de miel en su taza de café. La feria también cuenta con puestos donde es posible adquirir este manjar del panal a la boca. Catalina González viene de Málaga y es apicultora. Sus tarros salen de forma directa de su propia cosecha de abejas y tiene distintos artículos, entre ellos velas o caramelos.
“El público es estupendo. Vine aquí recomendada por unas amistades y la verdad es que chapó el trato y la ciudad”, expresa. “Las colmenas son mías. Hago el envasado, el sellado y la venta. Solamente lo vendo por mercaditos medievales y por la zona de Andalucía”, menciona.
Existen opciones para todos los gustos en este evento que tendrá su broche de oro final el domingo. Los ceutíes tienen por delante un programa de actividades para disfrutar los próximos días.
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