La asociación ACEFEP aprovechaba la celebración, ayer, del Día Mundial de la Salud Mental para brindar por la nueva sede que dispondrán en la antigua Residencia de la Juventud. Ya saben, ese lugar con el que la Ciudad ha jugado lo que ha querido ordenando desalojos para luego permitir actividades que gustaban a algunos consejeros. Pero ese es otro asunto sobre el que tendrían que haberse posicionado otras personas hace tiempo. Es una buena noticia que ACEFEP pueda disponer de una sede en condiciones, pero esto no es más que un detalle que se pierde en todo un mundo de abandono, que es lo que sufren las personas que tienen alguna afección mental y no cuentan con el respaldo de su familia. Queda tanto por luchar... y tanta promesa por cumplir, que cuesta creer que en pleno 2013 aún sigamos arrastrando una absoluta dejación para con estas personas.
Somos tan idiotas que consideramos que a ninguno de nosotros nos tocará vernos en la necesidad de obtener ayuda. Pensamos que eso de la Salud Mental nunca formará parte de nuestras preocupaciones, así hasta que nos toca ver cómo ese llamado sistema del bienestar es incapaz de atender como se debe a un ser querido. ¿Cuántos ceutíes se ven obligados a viajar a la península para ver a un familiar porque aquí no se dispone de los centros adecuados?, ¿cuántas veces se ha denunciado el déficit de personal en el ámbito sanitario?, ¿cuántos hombres y mujeres que vemos tirados en las calles o hablando solos por las esquinas no son más que el fiel reflejo de una persona enferma que vive atrapada en un sistema cuya efectividad se quebró?
Eso pasa a nuestro lado, lo estamos viendo todos los días en una sociedad en la que los invisibles están apartados de nuestras vidas porque nos resultan incómodos ya que son el reflejo de nuestro fracaso.
¿Cuánto dinero han manejado nuestros gobernantes, cuántas vacas gordas se comieron sin que hayan sido capaces de disponer un centro residencial en condiciones? Esta pregunta no la deben responder ustedes, sino quienes, debiendo sentirse avergonzados, miran a otro lado.