El agente Brull es un miembro más de la Unidad Canina de la Policía Nacional de Ceuta. Su historia comienza meses atrás cuando fue recogido en la calle, en las inmediaciones de la parcela que lleva su nombre, y trasladado al centro zoosanitario. Su interés y curiosidad por el juego, sumados al afán de búsqueda, fueron características claves para que la Policía se fijara en él. Tenía potencial y solo era necesario saber trabajarlo.
Hoy, este pastor belga malinois es un miembro más de la plantilla, un agente que se forma en la localización de drogas y billetes de curso legal. Felipe Zarco, responsable de la Unidad Canina, trabaja en su adiestramiento.
Ambos forman un equipo cuyo día a día se basa en la complicidad y en el conocimiento mutuo. Su fichaje se llevó a cabo ante la necesidad de disponer de otro can especialista en la localización de estupefacientes.
“Necesitábamos un segundo perro para formarlo en la detección de drogas, de estupefacientes. La compañera Gema nos avisó de que en el centro zoosanitario tenían una grave problemática con la acogida de perros, al no tener cabida para más. Disponían de uno que reunía las cualidades que aparentemente nosotros necesitábamos para adiestrarlo en esta especialidad”, explica en declaraciones a El Faro de Ceuta.
Brull presentaba a priori las cualidades perfectas para poder acceder a una Unidad que está formada por tres guías con dos perros asignados a cada uno. Unas cualidades de las que se dio cuenta el CNP y que le han llevado a ir mejorando cada vez más. En marzo de este año acudían a las instalaciones de la antigua perrera para proceder a la adopción de Brull.
“En un primer momento lo que nos interesa es que el perro sea juguetón, muy sociable, que tenga mucha intensidad en los juegos porque luego se va a tratar de que el perro, en la búsqueda, mantenga una intensidad durante un periodo largo de tiempo y no se venga abajo. Todo esto hay que verlo durante la prueba, mediante una serie de ejercicios que hacemos para comprobar que el perro no tiene miedos, que es sociable con personas y otros animales...”.
Esto es lo que en una primera instancia se buscaba y por eso se fijaron en Brull. Después, iniciado el adiestramiento, se va analizando si las características del can se van adaptando a su especialidad.
El adiestramiento no termina nunca. Brull dejó atrás una historia de abandono para enfrentarse al que ahora es su trabajo: luchar contra el narcotráfico dentro del papel que tiene asignado como perro policía. En un futuro se le quiere adiestrar en la detección de billetes de curso legal, armas y localización de personas, pero de momento está trabajando en la localización de estupefacientes.
A Brull se le dio de alta provisional en la Policía Nacional iniciándose en un adiestramiento al que ha respondido, hasta el momento, con buena nota. Se le forma en obediencia a la vez que en detección de drogas, comprobándose que sabe buscar y que mantiene intensidad. En el futuro se adiestrará a Brull en la detección de billetes de curso legal, algo clave en los registros domiciliarios que lleva a cabo el Cuerpo Nacional de Policía, así como armas y personas. Por ahora va conociendo normas y comportamientos en torno a conceptos importantes como “la señalización”, para ser capaz de señalar el lugar exacto en donde se encuentra la droga.
En estos cinco meses que Brull lleva formándose en la Policía Nacional ha conseguido superar poco a poco todas las exigentes pruebas para convertirse en un agente más. Ya ha participado incluso con otros canes de la Unidad en operativos obteniendo sus primeros éxitos.
“Estamos muy contentos con él”, confiesa Zarco. Ya se ha familiarizado por ejemplo con los escenarios en los que va a tener que trabajar. Su guía confiesa orgulloso cómo en un “registro domiciliario hizo su primera localización” de droga. “Es importante porque sabemos que le gusta buscar”, puntualiza, y que será capaz de dar con lo que otros ocultan, siendo clave en la lucha contra el narcotráfico.
La Policía Nacional confía en el potencial de Brull, la oportunidad se le he dado y a él le queda por delante toda una vida para demostrar su infalible olfato.
Héroes de 4 patas: asociación que busca hogar a los perros tras su jubilación
El CNP ha conseguido integrar en sus unidades caninas a perros que fueron abandonados o cuyos propietarios fallecieron. Por ejemplo en el año 2015 fue adoptado Byron, un labrador color chocolate cuyo dueño había muerto. Recogido por la Protectora de Animales de Ceuta, terminó formando parte de la plantilla del CNP durante un tiempo, hasta agotar su vida laboral. Cuando los agentes caninos se jubilan se les busca otra adopción, para lo que resulta clave la labor que llevan a cabo asociaciones como Héroes de 4 patas, que facilita una retirada digna y de calidad para los héroes jubilados o aquellos canes que no han podido culminar con las funciones dentro de la unidad por múltiples causas.
‘Byron’, por ejemplo, encontró un hogar en Rota. Pero hay más casos. Los de canes que han formado parte de la Policía Nacional o de la Guardia Civil a los que se les busca un hogar al término de su carrera o cuando no han podido terminarla por múltiples causas.
Hay situaciones en los que el propio guía, tras muchos años de servicio, se queda con el perro. Pero sea así o no, en todas siempre se busca una salida para que formen parte de un hogar, difundiendo sus historias y fotografías a través de la página web de esta asociación que encuentra colaboradores entre las propias fuerzas de seguridad del Estado.
Unidad Canina: Guías y canes coordinados en la misión
La Unidad Canina de la Policía Nacional la integran guías y canes coordinados en la misión encomendada, desde la detección de estupefacientes a la localización de personas, pasando por búsqueda de billetes de curso legal o armas de fuego. Se conocen tanto, al detalle, que trabajan en el mismo camino para afrontar con éxito la misión encomendada. En el Cuerpo Nacional de Policía hay canes entrenados para buscar restos humanos, cadáveres, fluidos biológicos, pero también para reconocer a criminales bajo sospecha. Han sido además entrenados para la localización de explosivos, personas que puedan estar ocultas siendo determinante el desarrollo de sus capacidades de rastreo y olfateo además de apuntar los puntos considerados clave.
En el caso de Ceuta hay tres guías trabajando que tienen asignados dos perros cada uno. Cooperan en los operativos puestos en marcha además de estar destinados a puntos de trasiego como frontera o puerto.