Las botas de la discordia o acoso laboral a un trabajador de Servilimpce

Un trabajador de Servilimpce ha tenido que volver a recurrir a la Inspección de Trabajo en Ceuta para que intervenga en un asunto que sería de fácil solución, pero que parece haberse enquistado sin una explicación oficial clara. El motivo de la discordia son unas botas no aptas para quien, informe médico en mano, requiere de un calzado especial.

La empresa niega esas botas argumentando que en su función de barrido en las calles no las necesita, pero el convenio no recoge tal aseveración.

El afectado, afiliado de CCOO, cree que tras esta historia hay “un claro ejercicio de acoso y persecución laboral” contra su persona por ser de ese sindicato, por lo que ha instado a la Inspección, que ya se había pronunciado al respecto, a que intervenga.

El sindicato ha mostrado públicamente su apoyo ya que, insiste, el perjudicado tiene razón en su queja, recordando que el convenio recoge claramente cuáles son las obligaciones de la empresa hacia sus trabajadores y, entre ellas, está la de facilitar el vestuario adecuado sin que consten diferencias por categorías.

El origen de esta polémica

Esta historia nace a finales del pasado año. La Inspección de Trabajo respondió el 28 de diciembre a la primera denuncia presentada por este trabajador sobre la dispensa de calzado alternativo.

El afectado expuso que le habían dado botas con puntera de carbono que son incompatibles con una dolencia en los pies que sufre y que además está demostrada con informe médico de la Mutua.

Además, los zapatos que se le entregaron tampoco eran acordes a su situación. Trasladada la queja a la empresa en octubre, no se le respondió, lo que le llevó a exponer el asunto ante la Inspección.

A finales de noviembre de 2024, la empresa respondió por mail a este órgano que el trabajador, efectivamente, debía llevar calzado flexible y blando sin puntera y sin refuerzos, por lo que se le había entregado calzado alternativo.

La empresa reconoció que había existido un error a la hora de proporcionarle esos zapatos, pero que, por el contrario, las botas no se le tenían que entregar dado que sus funciones son el barrido de calle y para tal fin no eran necesarias, ya que el único puesto en el que sí son de uso obligatorio es el de peón de baldeo.

Servilimpce expuso que las botas le fueron entregadas por error. La Inspección de Trabajo trasladó, entonces, un requerimiento en materia de prevención de riesgos laborales, indicándoles que a la hora de la entrega de EPIS debían tener en cuenta las patologías de los trabajadores, siendo estos adaptados a su situación.

Apuntó que al trabajador se le debía retirar la bota de agua indebida y analizar, con el médico de la empresa, si el calzado que se le da es compatible con su estado.

“No es un error”

El afectado, que considera que esta situación “no es fruto de un simple error, llámese administrativo o cual se refiera, sino que constituye una forma de acoso y persecución laboral hacia mi persona”, ha vuelto a denunciar ante la Inspección de Trabajo la pasada semana.

Argumenta que, lejos de lo respondido por la empresa, esta tuvo conocimiento desde el primer momento de la dolencia del trabajador, “pero no ha tomado medidas para rectificarlo, ni ha emitido respuesta alguna para solucionar el problema y aclararlo”.

Pide a la Inspección que intervenga “para garantizar que la empresa Servilimpce cumpla con sus obligaciones legales según convenio y tome las medidas necesarias para subsanar esta situación, así como para investigar posibles prácticas de acoso laboral que estoy sufriendo”.

El perjudicado resalta que en el convenio se recoge la obligación de la empresa de facilitar a su personal los equipos de ropa y artículos necesarios, incluyendo en invierno unas botas de agua para todos sin hacer distinciones en categorías.

La empresa, además, conoce el informe médico del afectado fechado en 2023 por la Mutua en el que se indica las secuelas físicas que padece en el pie dando así recomendaciones del tipo de trabajo que puede realizar y el calzado adecuado.

“Por otro lado, en reiteradas ocasiones, he informado a la empresa, tanto de forma verbal como escrita a través de sede electrónica, la necesidad de dicho calzado y botas de agua, respaldado todo por recomendación médica. Sin embargo, no he recibido respuesta ni solución por parte de la empresa”, concluye.