Borja Sémper: "Hay partidos que no están dispuestos a que la política sea edificante"

El portavoz de campaña del PP nacional, Borja Sémper (Irún, 1976), visitó Ceuta por primera vez cuando, entre 2020 y 2023, dejó la política temporalmente y trabajó en la empresa privada. Volvió convencido de que Feijóo es “el hombre necesario para cambiar la política española”.

¿Qué ambiente ha percibido en la campaña del PP de Ceuta en contacto con su candidato, su equipo y la gente en la calle?

Muy bueno. Las dos veces que he estado en Ceuta, una cuando estaba en el ámbito privado y ahora en política, más en un momento electoral como este, me he encontrado gente muy amable, una ciudad acogedora... Siempre es un gusto venir y espero que la próxima sea a la toma de posesión de Vivas.

Uno suele tener ciertos prejuicios de allá adonde va. ¿Cuáles eran los suyos sobre Ceuta?

Ignorancia general realmente. No tenía referencias y nadie me había dado una opinión sobre Ceuta. Cuando vine por primera vez me sorprendió en positivo. Mis referencias son mis compañeros del PP local, sobre todo Juan Vivas, y cuando les escuchar con el amor que tienen por Ceuta sobre cómo dibujan su futuro, todo eso toma más relevancia.

Dejó la política en enero de 2020 diciendo que convendría “prestigiarla” y que volviese “el respeto”. ¿Ha regresado porque está en ese camino?

Me fui por dos motivos. Estaba agotado y necesitaba un cambio de vida. Estaba exhausto de una política en el País Vasco muy exigente, fea. También porque me asomaba a la actualidad política y no me sentía ni interpelado ni útil. Hace un año y pico el PP cambia y yo, que conozco a Alberto Núñez Feijóo, creo que es el hombre necesario para cambiar la política española. En forma y en fondo tiene respuestas para los problemas que cualquiera percibe. Me siento muy cercano a la política de Feijóo, Vivas, Juanma Moreno y otros dirigentes de otros partidos que no rehuyen la confrontación, pero sí el insulto y el trazo grueso. Esa es la política edificante, la que permite discrepar e intentar encontrar un punto de acuerdo para convivir y buscar un futuro mejor.

¿La que dibuja Isabel Díaz Ayuso también?

Nosotros somos como una orquesta. Hay que gente que toca instrumentos diferentes y de lo que se trata es de que cuando los juntas suenen bien. En el PP no somos una secta. Hay otros partidos en los que todos dicen lo mismo y son indistinguibles. Las particularidades de Madrid, Andalucía, Ceuta o el País Vasco no son las mismas y es normal que haya políticas y expresiones diferentes.

¿Qué hizo esos tres años fuera de la política?

Ser muy feliz y vivir muy relajado. Estuve en una empresa privada de servicios profesionales. Escribí un libro, hice un documental, participé en una tertulia debatiendo con Eduardo Madina...

Hace poco bromeaba en Twitter con quienes se extrañaban de su amistad con un socialista como él. ¿Tiene amigos también en la izquierda abertzale?

Yo a la gente con la que me cruzo no le pregunto a quién vota...

Pero después lo sabe o intuye.

Tampoco le pregunto a quién reza o a quién besa. Luego te vas enterando a medida que una relación se fortalece. La política es muy importante, pero no nos define. Es una parte de nosotros, un matiz de la condición humana. Lo que para mí es muy relevante es el respeto a la dignidad del ser humano.

¿Hay partidos en España que no tienen respeto por la dignidad humana?

No sé si decirlo así. Creo que hay partidos que no están dispuestos a que la política sea edificante, que quieren enfrentar a los diferentes. Hay partidos que introducen a terroristas en sus listas, niegan la violencia machista, creen que musulmanes y cristianos no podemos convivir... No son homologables al resto de formaciones.

¿Teme el contagio social de la violencia política verbal que se ha visto, por ejemplo, en el Pleno?

Mayoritariamente hay políticos responsables y serios en Ceuta. Insultar a Juan Vivas... Hay que ser muy cafre, con independencia de que no compartas sus ideas, porque es un hombre bueno... Hay quienes han venido a sacarlo todo de madre, a incendiar. Lo que sucede en un Pleno podría parecer menor, pero el problema es que deje de ser dialéctica de políticos para políticos y contamine a la sociedad. Si un ciudadano ve a un político de Vox insultar a Vivas... ¿Por qué no le va a insultar él en la calle si lo hacen sus políticos? ¿Y el siguiente paso? ¿Que el insultado insulte? ¿Pegarnos en la calle? ¿Expulsar a quienes no piensan, rezan o tienen la misma orientación sexual que nosotros? Por eso el resultado del 28M debe apostar por la convivencia, la sensatez y recuperar la buena política. Insultar es algo más que un error, tienes que venir de casa con esa vocación.

"El resultado del 28M debe apostar por la convivencia, la sensatez y recuperar la buena política"

Vivas alaba su valentía y su coherencia en política. ¿Cuál es deben ser los principios inspiradores mínimos de esa “buena política” de la que habla?

Yo aprendí de mi madre que hay que tratar a los demás como te gustaría que te tratasen a ti. Esas cosas que no pasan de moda son la esencia de la vida y de la política.

Se afilió a los 17 años a Nuevas Generaciones y tiene entre sus referentes a Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA. De él se dice que “pisaba la calle”. ¿Ya no lo hacen los políticos?

Esa es una frase hecha. Yo de él valoro que no tenía una lengua de madera. Era muy valiente a la hora de enfrentarse a ETA y en su gestión directa era consciente de que le habían votado unos, pero se dirigía a todos. Eso era revolucionario en el País Vasco entonces, pero desgraciadamente sigue siéndolo. Cuando tú eres presidente de Ceuta te debes a todos los ceutíes. Eso se ha ido evaporando en la política nacional y aflora en la política local. Yo me conformaría con que cuando un ciudadano entra en un ayuntamiento con un problema no salga con dos.

Usted ha pasado por todos los niveles de la política. ¿En cuál se ha sentido más cómodo?

Incómodo en la local. Veinticuatro horas al día, siete días a la semana... La gente te para por la calle, te habla de sus problemas, como tiene que ser, y tú tienes que responder con una sonrisa o como mínimo amable siempre. La contestación no puede ser que eso no es de tu competencia. La política municipal es la más exigente y la más edificante porque tiene efectos directos.

Bildu ha incluido a 44 exmiembros de ETA en sus listas. ¿Le ha sorprendido? ¿Cuál debe ser la reacción del sistema o de la ciudadanía?

En España tenemos una democracia militante, con un espacio de participación muy ancho. Participan partidos independentistas que quieren subvertir el orden constitucional, populistas, nacionalpopulistas, que han sustentado una estrategia terrorista como Bildu... Me parece bien que sea ancha. La historia no es que Bildu, que por ley y sentencias del Tribunal Constitucional lo puede hacer, lo haga. El problema es que sobre esos partidos descanse la gobernabilidad y el futuro de todos los españoles porque así lo ha querido Pedro Sánchez. No puede hacerlo porque mete a 44 terroristas en sus listas, dice que su pasado tuvo una justificación, no se arrepienten que en el Estado de Derecho significa pasar a la apología de la democracia y la convivencia. Hasta que no lo hagan no están en el mismo plano ético y moral, diplomático, que el PP o el PSOE. Por eso es legítimo que nos opongamos a que Arnaldo Otegi sea clave para la votación como presidente de Sánchez, los Presupuestos del Estado, la Ley de Vivienda...

A los 16 años escribió una carta titulada ‘Miedo’ en la que, rodeado de la barbarie etarra, decía que el Franquismo “para bien o para mal ya ha pasado” y reclamaba atención a toras cosas. ¿A veces no le parece que hay partidos para los que era más cómodo hacer política con ETA?

Nosotros estaríamos encantados no hablando de ETA. El gran éxito del Estado de Derecho es haber derrotado a la banda terrorista. El problema es que quienes le daban apoyo social y político en lugar de hacer un recorrido hacia la democracia dicen prietas las filas en un mundo armado 40 años en la apología del terrorismo. Ese mundo debe ser desmontado y solo lo pueden hacer ellos.