Un grupo de
menores marroquíes se ha encaramado al techo de la nave del Tarajal en la que están acogidos. Se vuelve a repetir una acción peligrosa, que ha derivado ya en dos graves accidentes: un menor con una pierna rota ingresado en el Hospital Universitario de Ceuta y otro evacuado al 'Puerta del Mar' de Cádiz con politraumatismo craneal y varias contusiones. Los entre 4 y 5 menores, de los que llegaron a la ciudad el pasado mayo, se han subido al techo de la nave en una especie de motín, lo que ha llevado a activar a varias unidades de la
Policía Nacional así como a los
Bomberos. Los componentes del SEIS han movilizado un vehículo con grúa y a varios agentes para intentar bajar a los menores de la parte superior de esta nave, aunque los mismos se han resistido. Esta situación, que se torna en muy peligrosa, se está repitiendo en demasía. A esto se suman las fugas constantes de la nave en donde están acogidos o en la que guardan cuarentena los que han dado positivo en covid. No quieren estar ahí y por eso intentan marcharse, buscando en la subida a los techos la manera de hacerlo o, en otros casos, de mostrar su rechazo a ese aislamiento.
Hasta el lugar han acudido varias unidades de la Policía Nacional, entre ellas de la UIP, para acordonar toda la zona, además de darse aviso a los Bomberos y a la ambulancia ante la posibilidad de que se produjera cualquier accidente. Se ha establecido un dispositivo para bajar a todos ellos, tendiendo incluso una lona por si alguien se precipita, y que se retome la situación de tranquilidad. El problema es los accidentes graves que pueden derivarse de esta situación extrema. La Ciudad tiene a más de mil menores acogidos en hasta tres naves, el centro de Piniers y el Santa Amelia, a los que suma los que ya tenía en el centro de La Esperanza. Finalmente, los menores han bajado de los techos de la nave por su propio pie, sin necesidad de que los bomberos tuvieran que ir a por ellos. Es una situación sobrevenida motivada directamente por la entrada indiscriminada de personas que se produjo entre el 17 y 19 de mayo, cuando 10.000 marroquíes llegaron a Ceuta ante el nulo control ejercido por Marruecos y de entre ese grueso se contabilizó a más de 1.500 menores. Unos 1.200 están controlados por la Ciudad, pero muchos continúan en las calles.