Pasaron una madrugada de esas que no se olvidan. Una madrugada en la que la tensión y el miedo se combinaban ante el escenario vivido en la barriada del Príncipe y definido por los testigos como “un mar de llamas”. Diez contenedores en forma de barricadas quedaron completamente calcinados junto a un vehículo. En el camino las piedras, como grandes bloques, eran el reflejo de las ‘armas’ usadas por grupos de encapuchados -presumiblemente menores- para apedrear a las fuerzas de seguridad.
“Había varios contenedores ardiendo. Aquello parecía un campo de batalla, se notaba que todo estaba preparado para una emboscada”, concreta uno de los integrantes del Cuerpo de Bomberos que participaba en las labores de sofoco de las llamas provocadas de manera interesada en dos puntos específicos del barrio: el zoco y las inmediaciones del cafetín Mojito.
“Algunos vecinos avisaron de que había seis o siete personas esperando para apedrearnos, pero gracias al buen trabajo de la Policía, que nos dio cobertura al llegar y también al irnos, nadie resultó herido”, añade. “Tenemos riesgos al ir a estas intervenciones”, confiesa, “pero la gente del Príncipe no tiene culpa del vandalismo de algunos. Lo malo será el día en el que se produzca un fuego en una vivienda y tengamos que esperar a la cobertura de la Policía, ahí puede haber daños graves e incluso la muerte de alguna persona”.
Y es que lo sucedido de madrugada fue especialmente grave, tanto que pudo haber heridos de consideración si la Policía no llega a ser alertada de las verdaderas intenciones de quienes calcinaron los depósitos de residuos colocándolos a modo de barricada.
“Por la noche estamos en el Parque con la respiración cogida por si recibimos una llamada de algún incidente en el Príncipe, pero sea de donde sea vamos a ir como si fuera nuestra propia casa”, explican desde el SEIS. Las piedras que vieron en el camino y que no llegaron a impactar en sus vehículos eran de un tamaño considerable: “Si nos da en la cabeza nos mata”.
Entre seis y siete encapuchados fueron los que tendieron continuas emboscadas a las fuerzas de seguridad con un único fin: apedrearles. Para ello han usado barricadas de contenedores a las que prendían fuego en distintos puntos del barrio buscando la manera de rodear a los agentes desplazados para atentar contra ellos.
Fue una noche de infierno, de trampas y de quemas de bienes públicos. Una noche en la que se demuestra lo que ya avanzaba El Faro de Ceuta en su edición del pasado domingo: la preocupante espiral delictiva que se materializa en la destrucción de contenedores pero que demuestra un conflicto preocupante que urge de una acción policial inmediata.
Durante toda la noche tanto los Bomberos como la Policía no cesaron en recibir avisos de alertas girados desde el 112. Llamadas que advertían de quemas de depósitos. La experiencia de los agentes ya apuntaba a que se estaba gestando una emboscada como finalmente sucedió en torno a las 5:00 horas. Hasta ese momento se había alertado de incendios aleatorios de uno o dos contenedores, hasta que en ese momento se toparon con el aviso de más fuegos. Cuando los agentes de la Policía acudieron escoltando a los Bomberos se toparon con un escenario increíble: se les había tendido una trampa, colocando barricadas de contenedores ardiendo. Antes se había quemado la chatarra de Arcos Quebrados y un coche en La Reina.
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