La
Guardia Civil superada, el espacio público ocupado, imposibilidad de tráfico de vehículos... y la
frontera del Tarajal, de nuevo, marcada por imágenes que recuerdan los viejos tiempos.
Este miércoles a punto estuvo de producirse una tragedia dada la cantidad de personas que se acumularon en el entorno de la puerta fronteriza y que consiguieron provocar una pequeña avalancha para salir a la carrera. Ante esta situación los agentes de la Guardia Civil que estaban destinados en la frontera de Ceuta -escasos en número y sin que se desviara a los GRS- no podían siquiera controlar una situación que les superaba.
Marruecos, a través de sus aduaneros, llevó a cabo decomisos masivos de mercancía. Todo lo retiraba, todo lo que procedía de Ceuta. Ante esta situación los
porteadores esperaban en el lado español el momento de poder salir a la carrera para sacar los bultos evitando ese exhaustivo control. Fue tal la aglomeración generada que se cerraron ambas puertas, la del vecino país y la del Tarajal, quedando incluso gente atrapada a ambos lados.
Todas las personas que estaban en el lado español ocuparon la carretera y la rotonda, imposibilitando el tráfico de vehículos y también del servicio público. Mientras, porteadores, trabajadores transfronterizos, españoles que marchaban a Marruecos, compradores, familias... eran amontonados a un lado, cerrados con vallas y unos y otros se aplastaban para poder salir -o intentarlo- por la puerta de la frontera.
Las cámaras de FaroTV grabaron la situación: por ejemplo cómo había quien pretendía subirse sobre la persona que tenía delante para salir antes. La frontera estuvo cerrada al menos durante dos horas y media, mientras en la zona de embolsamiento se acumulaban los vehículos con más de tres horas de espera. El 061 tuvo que atender a una mujer a la que le dio una crisis nerviosa, tras ser atendida en el suelo en el espacio en fronteras sufrió un ataque, aunque no se tuvo que proceder a su traslado al Hospital Universitario.
Después de más de dos meses de cierre del paso Tarajal II, la situación se va de las manos sin que se aporte solución alguna. No hay comparecencias oficiales de la Delegación del Gobierno, tampoco se disponen agentes extra para controlar la situación y se está a merced de lo que diga Marruecos. De hecho estas situaciones de caos están provocadas por las decisiones que adopta el vecino país que son las causantes del cierre de las fronteras y de la acumulación de camalos con mercancías.
Las escenas vividas este miércoles arrojan momentos de tensión, de posibles caídas y accidentes graves, de gente atrapada sin diferenciar si hay niños o ancianos. Y en medio de la gente vehículos, tanto coches como motos, en una situación de caos total. A esta situación se añade el hecho de que toda una frontera entre dos países queda completamente cerrada durante horas. Y esto pasa sin que haya pronunciamientos al más alto nivel, sin que todavía se haya efectuado pronunciamiento alguno del Ministerio de Interior o del de Asuntos Exteriores. Ceuta, parece, es diferente.