Blanco: “Ceuta adolece desde hace años de falta de planificación educativa”

El nuevo director general de Cooperación Territorial del Ministerio cambia el paso de la Administración. “Todos los agentes educativos deben participar en la toma de decisiones”, dice en esta entrevista.

Los interlocutores ceutíes del nuevo equipo del Ministerio de Educación que, desde el verano pasado, lidera Íñigo Méndez de Vigo, mantienen una duda sobre la actitud, diametralmente opuesta a la de su predecesor, José Ignacio Wert, y sus colaboradores. El recelo consiste en no saber si su disposición al diálogo, si su mano tendida, responde a una convicción o a un cálculo electoral. En si su "implicación" con la problemática educativa local y sus posibles soluciones tendrá continuidad en el tiempo o se extinguirá cuando se resuelva el panorama político nacional y ya no solo habrá que hacer promesas sino también cumplirlas.
Entre 2011 y 2015 las ciudades autónomas conocieron a dos directores generales de Evaluación y Cooperación Territorial en el Ministerio, Xavier Gisbert y José Ignacio Sánchez, cuyos recuerdos rivalizan por ser peores entre los sindicatos, las familias y hasta en la Ciudad Autónoma.
El pasado 24 de julio, con el nuevo ministro y casi de la mano del nuevo director provincial, León Bendayán, les reemplazó José Luis Blanco (Santurce,1970), inspector educativo desde hace más de diez años, que esta semana ha visitado Ceuta por primera vez con cierto reposo después de tener que suspender abruptamente su viaje en enero por el terremoto que afectó a varios centros en Melilla.
"Tengo la suerte de servir con un ministro extraordinario del que se ha dicho que ha hecho más en seis meses que durante toda la legislatura otros. Yo no voy a juzgar eso porque el ministro Wert tuvo una gestión notable", apunta Blanco cuando se le pregunta por el cambio de actitud en la Administración, "pero en cualquier caso este ministro está comprometido con la Educación, tiene unos principios de actuación claros sobre qué es la calidad de Educación y piensa llevarlo a cabo".
Para conseguirlo existe "una consigna clara: diálogo y concertación" porque "hay que tratar de que todos los agentes educativos participen en la toma de decisiones". "La última palabra la tiene el Ministerio pero hay que intentar acercar las normas, los programas, las actuaciones, a las comunidades educativas a las que servimos", ha asegurado el director general en una conversación con 'El Faro' en la que incluso ha hecho acto de contrición: "Me parece", asume, "que desde hace años las ciudades autónomas adolecen, en el ámbito educativo, de planificación, de visión a largo plazo; que se han utilizado recursos y se han aplicado medidas y programas pero que ha faltado un hilo de continuidad y una visión de hacia dónde queremos llevar el sistema educativo en Ceuta y Melilla".
El diagnóstico general del 'enfermo' está más o menos claro: "Ceuta y Melilla tiene una particularidad con respecto al resto de España: su situación geográfica, fronteriza, y un contexto socioeconómico y cultural que no es el del resto del país, por lo que no podemos compararnos, nunca podremos hacerlo, con Cataluña o Navarra, por ejemplo, con niveles socioeconómicos y culturales mucho más elevados".
A partir de ahí el Ministerio tiene la "preocupación" de "conseguir que, dentro de ese marco, las ciudades autónomas sean una referencia como últimos territorios de gestión directa que hay que mantener porque son regiones pequeñas en las que tendría poco sentido asumir las competencias plenamente".
Blanco se propone ahora hacer una "reflexión conjunta" con "los Servicios Centrales del Ministerio, la Dirección Provincial, los miembros de la comunidad educativa y, por supuesto, la Ciudad, a la que hay que agradecer su voluntad de colaboración y cooperación constante".
El director general pretende visitar "al menos cada tres meses" las dos ciudades y mirar a medio y largo plazo con la certeza de que el trabajo bien hecho "tendrá continuidad" sea quien sea el nuevo inquilino de La Moncloa: "Hay que estudiar las ratios en Ceuta y Melilla, que están dentro de la ley, para llevarlas a una normalidad en todos los niveles educativos; ver si cubrimos la oferta necesaria en Formación Profesional, en las Enseñanzas de Régimen Especial, de Idiomas, Artísticas... Tenemos que plantearnos si las ciudades autónomas reciben la cobertura necesaria de formación y de infraestructuras y planificar con seriedad, en plazos amplios, no de un año, cómo cubrir las necesidades". A corto plazo, entre sus deberes inmediatos está cerrar con los sindicatos, pasado mañana, un acuerdo sobre la Orden de Interinos, la convocatoria de oposiciones y la sustitución de docentes de baja, ámbito en el que promete “generosidad”.
“Esta disposición”, matiza, “no implica gastar el dinero público con ligereza sino atender las situaciones de necesidad educativa de las familias y los centros de la mejor manera posible dentro de la legalidad. En el marco de las excepciones reguladas en los Presupuestos Generales del Estado, sustitución inmediata, claro que sí: cuando haya alumnos con necesidades especiales la sustitución debe hacerse en el periodo mínimo necesario”.

El profesorado es “la clave”

Las oposiciones de este verano, en las que se prevé poner en liza un total de 40 plazas de profesores de Secundaria en Ceuta, quizá sean las últimas en las que se seleccione a los futuros docentes con plaza de ese nivel casi exclusivamente en base a su dominio de la especialidad que van a impartir.
El director general de Evaluación y Cooperación Territorial del Ministerio, José Luis Blanco, considera que “debemos replantearnos los procedimientos de acceso porque hoy en Secundaria prácticamente solo se evalúa el conocimiento de la disciplina concreta que se va a impartir, como si fuera lo único que debe saber”. A su juicio es evidente que “ser profesor de Geografía no es ser geógrafo, tiene un plus, necesita algo más” y que, por lo tanto, en la Administración “tenemos que evaluar también capacidades didácticas y docentes, introducir en el temario esas cuestiones”.
Al alto cargo le gusta la propuesta de ‘MIR educativo’ que han incluido PSOE y Ciudadanos en su acuerdo de gobierno frustrado con el propósito de “asegurar una sólida formación académica, pedagógica, comunicativa y social, a partir de una evaluación rigurosa y útil”.
“Es una propuesta que se ha atribuido a muchos, desde a Rubalcaba hasta al PP, que también ha propuesto lo mismo porque el propio ministro Méndez de Vigo ha hablado de ‘MIR docente’ partiendo del principio de que no podemos seleccionar al funcionariado docente, y quizá a otros trabajadores públicos también, solo por pasar un examen o una prueba”.
Blanco considera que no es coherente seleccionar barrenderos, por ejemplo, con “preguntas sobre nociones básicas de Constitución y procedimientos administrativos” mientras que “a un docente, que dicta actos administrativos con las calificaciones, no se le exige ningún conocimiento mínimo al respecto”.
“Un profesor debe ser seleccionado por su capacidad en el aula y para eso el MIR daría un plus ya que nuestro proceso de selección sanitario es envidiado en muchas partes del mundo y no se trata de trasladarlo directamente a la Educación: habrá que adaptar sus bondades. Si a un médico se le piden cuatro años de formación yo apuesto por algo equivalente, ya sean dos años o dos meses pero plantearnos que el procedimiento debe ser distinto porque el sistema de prácticas que tenemos es casi una formalidad que tiene que ser la esencia, más importante que el proceso previo”, argumenta ya que “uno tiene una licenciatura, ya ha demostrado lo que sabe, y debe demostrar cómo se enseña”.
En todo caso, para esto y para el resto, diálogo y acuerdo. “La Educación de calidad”, recalca Blanco, “debe tener pausa y continuidad. Este país adolece de eso, de cambios constantes, y la Educación necesita poso, tiempo, para obtener resultados y para tener calidad sin bandazos. Ocurra lo que ocurra en los próximos meses”, reivindica, “el pacto educativo es absolutamente necesario y eso es lo primero que ofreció el ministro en su toma de posesión, en su primera intervención en el Parlamento y en la primera Conferencia Sectorial”.
“La cuestión es sentarse y acordar: en Educación vale más una mala ley acordada que una magnífica con el disgusto de todos. Tenemos que sentarnos a discutir cosas como qué es un profesor y qué hay que hacer para que lo sea de calidad, respetado socialmente, cómodos en su desarrollo profesional... El principal capital de cualquier país es el humano y el principal activo de cualquier sistema es el profesorado”, señala.