Benzú: entre montañas y la brisa marinera del Atlántico

La barriada Benzú se ubica en una zona privilegiada. Bañada por las aguas del Océano Atlántico, cerca de la emblemática Mujer Muerta y lindando con Beliones, el pequeño pueblo marroquí que hace de frontera natural con la ciudad, Benzú es la barriada más antigua de Ceuta. Hace unos años volvió a ser noticia por los descubrimientos arqueológicos localizados en el abrigo y  cueva de Benzú. Los estudios desarrollados planteaban que fue una localización frecuentada por sociedades cazadoras-recolectoras durante el Pleistoceno Medio y Superior, y permitían profundizar sobre dichas sociedades desde enfoques socioeconómicos.

Pero su historia más reciente aún queda en la memoria de las nuevas generaciones que todavía residen en la barriada. “Ahora hay gente nueva, pero aquí todavía quedan familias de hasta cuatro generaciones y mantenemos el mismo ambiente. Aquí están los ‘Castejones’, los ‘Cubo’, los ‘Aceituni’, familias de toda la vida”, recuerda Rahma Mokhcis, presidenta de la asociación de vecinos de Benzú.
Además de hacer de esta zona su residencia, sus primeros habitantes también establecieron ahí sus negocios. Las tiendas de Simón, de María o del propio padre de Rahma convivían en la misma calle. Pequeños ultramarinos que han ido desapareciendo con el paso de los años y cuyo recuerdo sólo se mantiene en la presencia de la única tienda del barrio.
El bar ‘Lo Güeno’, zona de tapeo de la década de los 50 y 60, también es un vestigio del pasado. Donde antes se reunían los vecinos a pasar un buen rato, ahora sólo hay una placa que recuerda tiempos lejanos.
Otro vestigio de los primeros años de existencia de la barriada son los restos de una pequeña mezquita, que fue levantada por los propios vecinos. “Había un local y los mayores lo habilitaron, compraron alfombras e incluso construyeron un pequeño minarete porque cuando hacían el rezo, apenas se les escuchaba y pusieron un pequeño altavoz”, explica Mokhcis. El crecimiento de la población obligó a plantearse la construcción de una nueva mezquita. “La antigua asociación de vecinos y los residentes realizaron donaciones y levantaron la nueva  mezquita, mucho más grande y moderna y que permitía albergar a más personas”.

Quejas

La falta de limpieza es uno de los temas que mayores quejas despierta entre los vecinos. “Tenemos aquí a Trace y el baldeo sólo se hace una vez al mes. Un barrendero viene de martes a viernes y el fin de semana no aparece. El hombre hace lo que puede pero la barriada es muy grande y, aunque los vecinos son bastante cívicos y no tiran cosas al suelo,  necesitamos que vengan más días. Lo hemos solicitado pero nos dicen que el servicio es así”, comenta Mokhcis.
Las zonas de ocio también se encuentran totalmente dejadas. El polideportivo de la barriada no es el más adecuado para la práctica de ningún deporte. “Está sumido en la dejadez, con hierbajos, falta de redes para que no salgan los balones, porterías y canastas sin redes. No veo que hagan nada por intentar mejorar estas instalaciones”.
El parque infantil tampoco está en las mejores condiciones al carecer de un vallado de seguridad con el riesgo de caída de los pequeños por un terraplén.
Si éstas son las demandas para los más jóvenes de Benzú, los vecinos en general siguen reclamando información sobre una de las cuestiones más espinosas que, a nivel de infraestructuras, se vivió hace unos años. El derribo de las casas a pie de playa en respuesta a la Ley de Costas. A día de hoy, desconocen cual será el destino de unas viviendas que, durante años, han formado parte del paisaje de Benzú. “Nos dijeron  que iban a hacer casas, pero lo que no vas a hacer es dejar tu casa de toda la vida para meterte en una hipoteca de 90 años. Además, no nos informan de lo que van a hacer y estamos a la espera de que se regularicen algunas viviendas en la barriada”.
Pero el mayor problema al que se enfrentan los vecinos es el alto porcentaje de desempleo, con familias que tiene a todos sus miembros parados. “Llevo cinco años sellando el paro y sólo recibo ayuda de alimentos por parte de la barriada. Mis ingresos son cero y tengo un niño de un año”, se lamenta Abdelkader Arafat,  vecino de la barriada.

Una zona segura

La seguridad es un tema del que se muestran satisfechos. Aseguran que es una barriada muy tranquila y privilegiada en este aspecto. “Hay un policía que lleva viniendo al barrio desde hace 15 años. Hablamos con él y  le contamos nuestros problemas.  Pero por suerte, Benzú es privilegiada en este tema, no es problemática y no hay robos de coches ni nada así”, se congratula Mokhcis.
Los jardines es otra de las zonas de las que más se enorgullecen. “Están muy bien cuidados y cuando llamamos a la Federación de Vecinos para que vengan a limpiarlo vienen de inmediato”.

Comercios

Donde hace décadas se ubicaban varios establecimientos de ultramarinos, hoy sólo queda un comercio que regenta una de las vecinas. Muchos se fueron, pero otros han llegado, porque pese a su distancia del centro,  Benzú es un atractivo para algunos ciudadanos que deciden establecer sus negocios en esta zona. Es el caso de Pedro, un joven de Badajoz, que hace ya cinco años optó por este barrio para instalar su farmacia. “Estamos muy contentos con este servicio y es muy útil porque si surge una urgencia no necesitamos bajar al centro”, apunta la presidenta de la AAVV.
Una nueva cafetería también se instalará en el barrio. Era la antigua residencia de una enfermera que atendía a los vecinos en los años 60. Ahora será un lugar donde tomar un buen té y que se sumará así a la antigua tetería de Benzú por la que muchos ceutíes han pasado alguna vez a lo largo de su vida. Aunque ahora está cerrada, los vecinos confían en que vuelva a retomar su actividad en breve. “Espero que abran pronto porque es una cafetería mítica donde siempre se ha ofrecido un té maravilloso”.

Una barriada muy solidaria

Si bien Mokhcis lamenta la “falta de ayuda económica de la Ciudad” que les impide realizar actividades a lo largo del año, esta barriada puede jactarse de una más que demostrada solidaridad. Ya son varios los actos benéficos que han organizado a favor de diversas causas, aunque la que obtuvo mayor recaudación fue la destinada al pequeño Nizar, un niño de dos años de origen marroquí que requería una intervención para extirparle un tumor en la cabeza. “Obtuvimos 20.000 euros que Enfermos sin Fronteras destinó integramente al niño. Ahora Nizar está bien, tiene una válvula y hace una vida normal dentro de sus posibilidades”.

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