Benzú. La barriada olvidada. La última de Ceuta antes de cruzar al pueblecito de Beliones. La que puede estar
horas y horas y horas sin luz como si en pleno 2024 fuera normal. Esto
pasa de manera habitual y eso ha ocurrido hoy, de nuevo.
Los vecinos, molestos, ya cargan con esa incongruente losa a sus espaldas sin que se haya alzado voz alguna que les diera calor. Hoy la culpa debe ser de Karlotta. Siempre hay excusas para que Benzú se quede sin suministro eléctrico y al poco tiempo telefónico sin que haya responsables de tal desaguisado. La situación afecta, y mucho. A las nueve de la mañana se fue la luz y no volvió hasta las tres y media más o menos, de acuerdo con la última información aportada por el vecindario.
Las consecuencias para los vecinos
En el consultorio del barrio, que a primera hora estaba lleno de pacientes, no se pudieron dispensar recetas. Así que los enfermos tuvieron que marcharse sin dicha atención. Tampoco podían acudir a la
farmacia del barrio. En el colegio del barrio los alumnos vieron mermadas sus clases, por ejemplo, no pudieron recibir informática ni tampoco atender a todo aquello que necesitara suministro eléctrico. La llamada a la oración en la mezquita, en un día tan importante como el viernes, tampoco pudo hacerse. Y ahora a todo esto pueden sumar las incidencias en los hogares, en las tiendas, cafetines… Se va la luz, se carece de teléfono y Benzú tiene que soportar esta situación durante horas sin que nadie se implique en una solución no solo rápida sino efectiva, permanente. Benzú, como Teruel, existe. Parece que las administraciones no entienden que en tiempos avanzados en los que se habla de inteligencia artificial todavía haya lugares en los que hay que volver a las prácticas antiguas porque no tienen ni lo básico.