Siempre hemos acostumbrado a abordar lo relacionado con la inmigración como un problema. Nunca alguien ha dado la vuelta a la tortilla y ha pensado que de dicho ‘problema’ se pueden obtener beneficios. La advertencia la lanzaba el director del CETI, Carlos Bengoechea, en la entrevista que publicábamos ayer. Y una no puede más que darle la razón y lamentarse por la cantidad de prejuicios sociales y políticos que seguimos arrastrando en torno a este asunto. Vivimos años lamentándonos por todo lo que nos entra por esa valla, lamentándonos de que Ceuta sea relacionada con la inmigración y viendo únicamente la parte negativa del asunto. No hacemos más que pegarnos contra un muro porque ni la inmigración va a cambiar ni Ceuta va a dejar de ejercer el papel que Europa le ha encomendado como gendarme. Somos lo que somos porque estamos ubicados donde nos ha tocado. Y así, según los tiempos, permaneceremos mejor o peor.
¿Y si pensamos de otra manera?, ¿si creáramos aquí la sede de una especie de centro de investigación de los fenómenos migratorios?, ¿cuántos estudiantes, de todos los países, vienen a Ceuta para hacer tesis, documentales, análisis de la inmigración?, ¿podría ser conocida por disponer de las infraestructuras suficientes para acoger a este elevado número de personas que si visitan la ciudad es precisamente por la inmigración?
Descubrimos la Estación Náutica, apostamos por el turismo de buceo, buscamos al cliente marroquí, nos inventamos una Escuela de Negocios... pero somos incapaces de pensar que detrás de la inmigración podemos tener un foco de atracción suficiente.
La ciudad no puede quedarse anclada en el Ángulo o en los tiempos de Calamocarro; tampoco puede quedarse marcada por convulsiones cíclicas como los cartonazos o los motines que se han producido en momentos determinados. Teniendo el problema, afrontándolo como se está afrontando, cabría analizarlo de otra manera e intentar posicionarnos en un espacio de análisis privilegiado que otras ciudades y otros países no tienen. Los complejos no permiten la claridad mental y si seguimos apostando por llevar una vida arrastrando puras connotaciones negativas de la lotería que nos ha tocado seguiremos hundidos en el paletismo. ¿Qué carta queremos elegir?