Hace ya más de cuarenta años un buen amigo, fallecido hace más de veinte, me dijo una cosa que tengo bien reflejada en mi cuaderno de camino: En cada momento siempre ha habido un país, un Reino, una cultura, etc., predominante. Vamos a desempolvar recuerdos. Cuando se unieron los Reinos de Aragón y Castilla, gracias a los acuerdos matrimoniales, se creó la celebra frase: Tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando. Ellos fueron los primeros y gracias a la mano firme y poderosa del Cid Campeador se pudo comenzar la reconquista de la Península Ibérica, donde estuvieron a sus anchas otra cultura, la árabe, durante más de setecientos años gracias a unos seres morenos que provenían del África del Sur que eran unas torres de más de dos metros de altura cuando la media de nuestros hombres que hablaban el castellano era inferior al metro sesenta. Gran conflicto de envergadura.
Después de la reconquista nos expandimos por todas partes gracias al riesgo de nuestra reina y la potra de Cristóbal Colón. Fuimos el Reino donde no se ponía el sol con Carlos primero de España y quinto de Alemania. Pero tenemos que irnos un poco para atrás para no aburrir al lector. La época donde hubo unos avances científicos grandísimos que fueron sepultados por las aguas. Me refiero al Continente hundido, la Atlántida. Que según la cultura Inca vinieron a esos lugares de América para salvarse de la catástrofe. Fueron nuevamente otra civilización fuera de lo normal. Existen pinturas donde se ven personas con rostros muy alargados y largos muy diferentes a los nuestros. Pero donde no hay nada escrito fue en la teoría de la destrucción del mundo. Donde las hipotesis de que todos los grandes animales que dominaban el mundo desaparecieron por un gran enfriamiento de la tierra.
Pero ahora llega la mitología donde dicen que los Dioses venían a la Tierra a divertirse. Montaban unas juergas de primera categoría y aquí es cuando aparece una teoría nueva los monos, chimpancés y otros animales que se parecían a los humanos de hoy podrían haber sido utilizados como conejillos de indias en las jaranas de los Dioses de las distintas mitologías. Y por accidente haber aparecido unos prototipos de seres humanos que con la evolución pudieron ser nosotros. Pero claro eran inteligentes y podían tener un poco de ayuda de los Dioses. Haber podido huir de la época mala y volver cuando ya hubo un mejor clima en la Tierra. Mandaríamos al traste a la evolución de Darwin y muchas cosas más. Es una historia como cualquier otra pero tiene su pesqui y creo que no se debe de dejar fuera del tiesto.
Infumable.