Ben, el primer caballa

¿Cómo resumir diez años de trabajo y decenas de miles de objetos en dos salas del museo de la Basílica Tardorromana? “Seleccionando los objetos más representativos”.

Era la respuesta de José Ramos, arqueólogo y profesor de la Universidad de Cádiz, uno de los que han dirigido la investigación relativa al yacimiento prehistórico de la Cueva y Abrigo de Benzú.
La consejera de Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu, inauguró ayer esta exposición, acompañada de Ramos y de Darío Bernal, las dos personas que llevan desde el principio dirigiendo los trabajos sobre este yacimiento. “Celebramos con toda España este día, y hemos considerado que la identidad más importante en la que venimos trabajando últimamente es Benzú y los orígenes de Ceuta”, explicó la consejera, hablando sobre el Día Internacional de los Museos, motivo por el que se inauguró ayer la exposición. “Contamos para explicarlo con una ‘mascota’, Ben, el primer ceutí que tenemos constancia que existiera”, destacó Deu. Hacía Referencia al personaje diseñado por el ilustrador Antonio Monclova, inspirado en el primer ceutí conocido (cuyos restos se exponen).
Por su parte, Darío Bernal destacó, sobre todo, que “para la UCA es una satisfacción estar aquí; durante diez años se ha trabajado de manera intensa, interdisciplinar y combinada, con un convenio, para descubrir las páginas más antiguas de Ceuta”. “Hoy en día es uno de los yacimientos más importantes del círculo del Estrecho y de los más importantes del Paleolítico y del Neolítico en España”, afirmó Bernal.
Por su parte, el profesor de la UCA José Ramos quiso hacer un agradecimiento especial a todos los científicos, arqueólogos e investigadores en general que han colaborado con los estudios de estos años. “Las excavaciones requieren la participación de muchos expertos diferentes y de diversos centros, reflejados en los paneles”, comentó.
La exposición, además de mostrar los resultados, explica cómo se ha investigado. Especialmente interesante resulta ver que los restos se tuvieron que extraer con martillo, taladro y ultrasonidos de la piedra, e incluso hay un trozo que se puede tocar para comprobar la dureza del sedimento.

Lo que queda de Ben: Un hueso de la pierna y falanges, todo lo que se pudo rescatar entre 2002 y 2003 del abrigo de Benzú, el yacimiento neolítico. Parece ser que Ben fue enterrado hace unos 5.000 años en esta cueva, convirtiéndose así en el primer ceutí del que todavía quedan restos. En esta época, los humanos eran ya agricultores y ganaderos, tal y como se muestra en la industria lítica (objetos de piedra) del yacimiento de la cueva y abrigo de benzú. Precisamente, aunque son abundantes los restos arqueológicos en el norte de África, todavía no se ha encontrado un ser humano paleolítico. Para  ello deberíamos acercarnos a las cercanías de Rabat o hasta Argelia. Pero en la zona del Rif, aún no. En parte, se puede deber a que muchos yacimientos desaparecieron con la subida del nivel del mar. “Desgraciadamente, muchos yacimientos han quedado destruidos por la erosión del mar al haber quedado bajo el agua”, explicaba ayer Darío Bernal, uno de los directores de Benzú.

La fauna: En la imagen de arriba, un molusco. En la de abajo, la dentadura de un animal. Se trata de dos muestras de la abundante fauna encontrada en Benzú, y que muestran, entre otras cosas, qué comían nuestros antepasados. Eso ha sido posible no sólo a la deducción y a la imaginación, sino a que los investigadores, de un buen número de disciplinas, se han complementado. No sólo han encontrado los restos animales, sino que han encontrado restos de esos animales en la industria lítica (objetos de piedra tallados).  Uno de esos ejemplos e el del gran número de raederas y puntas de flecha que se han encontrado. Éstas, posiblemente utilizadas en un palo a modo de lanza jabalina, servían para cazar. Aquellas, las raederas, eran piedras talladas que se utilizaban para desollar los animales. Es especialmente importante el hallazgo de ‘malacofauna’, es decir, moluscos, porque indican que el hombre comía pescado hace unos 200.000 años, unas dataciones más antiguas que cualquier otra encontrada en África, un aspecto que los investigadores de la Universidad de Cádiz (UCA) tratarán de continuar indagando en un futuro. Ya han publicado un artículo en una de las más prestigiosas revistas científicas prehistóricas.

Ilustraciones de Monclova: Antonio Monclova es un paleontólogo que ha ilustrado el catálogo que se repartirá durante este año que durará la exposición, que tiene unas doscientas páginas a todo color. Con sus acuarelas ha realizado, siguiendo las indicaciones de los investigadores de Benzú, ilustraciones que reflejan la vida cotidiana. Esta imagen muestra la recolección de recursos alimentarios de origen marino en la costa frente la Cueva y Abrigo de Benzú, durante los asentamientos neolíticos de hace unos 7.000 años, en un momento de ‘regresión’, o descenso de nivel del mar, según explica el catálogo editado. “Desde hace décadas se vienen registrando hallazgos arqueológicos que demuestran el aprovechamiento de los recursos marinos por parte de las sociedades tribales comunitarias que se asentaron en el norte de África y Estrecho de Gibraltar”, añade el libro.

Glaciaciones: Se  puede observar la diferencia que hubo en el paisaje de Benzú entre el momento actual  y en la época glacial de mayor frío. Una diferencia de paisaje que es muy importante tener en cuenta. En otras épocas, el mar también estuvo más alto que actualmente, es algo que ha ido fluctuando en el tiempo. Viendo el paisaje que mostraba ‘La mujer muerta’ en la época con un bajo nivel del mar, se puede entender que era un lugar con una playa mucho más habitable. También se puede entender que muchos yacimientos, muchos lugares que ocuparon los habitantes prehistóricos del norte de África, están hoy día sumergidos por el agua y no podrán recuperarse. Para el estudio del nivel del mar en cada época ha sido importante la colaboración de Simón Chamorro.

EL FUTURO: NUEVA EXCAVACIÓN

El día de ayer fue la ocasión también para que los directores de la excavación del yacimiento arqueológico de la Cueva y Abrigo de Benzú entregaran a la Ciudad Autónoma la memoria de lo encontrado en las prospecciones realizadas en otoño del año pasado en busca de más yacimientos.
Los resultados fueron, desde luego, interesantes. Se encontraron ochos sitios paleolíticos, dos sitios neolíticos, y otros diez de diferente índole.  “Se ha avanzado y elaborado un catálogo. Con estas prospecciones se ha confirmado ya que existía un sentido de ocupación del territorio por las poblaciones paleolíticas y neolíticas”, explicaba José Ramos, uno de los dos directores de las excavaciones (junto a Darío Bernal).
En principio, casi todo está excavado del yacimiento de la Cueva y Abrigo, y por eso es necesario buscar otros lugares, motivo por el que se hicieron las prospecciones. Según explicó José Ramos, desde la Universidad de Cádiz hablarán con la Ciudad Autónoma para ver la posibilidad de excavar uno de los yacimientos neolíticos encontrados, una cueva. “La investigación en Benzú puede dar un gran giro, un gran salto de calidad, si se examina la relación que tenía el hombre prehistórico con el mar. Es un lugar en el que hemos encontrado bastante malacofauna, y los tiros podrían ir por ahí”, aclaró el investigador de la Universidad de Cádiz.