Deseo dentro de mí buscar las contestaciones de las interrogantes que he visto en este mundo.
Intento centrarme en las evidencias, más lo justo y necesario es prender al delincuente.
Vente de aquí para acá, buscando y encontrando los restos de una vida, en la cual estoy inmenso y llego dentro, mucho tiempo.
Vistas hacia un lugar, donde el solo estar me da buenas vibraciones.
Desencanto de un presente, donde la gente es tan impaciente, que uno se vuelve ignorante y desea que las ideas de una felicidad, sean inducidas hacia el malestar de mis convecinos, que desean ser agentes del bien. Pero no por desearlo, sino por querer imponer sus criterios de egoísmo y de autodeterminación hacia un encuentro a su fe de si mismo.
Vayan las ideas, las verdades, al medio día, ya que yo saldré ahora mismo a patear las calles con mi hijo Óscar, que me requiere.
Mientras brindo por la inquietud, el saber y las interrogantes de un mundo dividido, entre los que quieren saber y los que desean influenciar.
Y yo aquí dando a las teclas de imágenes inconcretas y de ideas de un domingo por la mañana, tan bueno, que da ganas de dar una pateada, a las calles caballas.
Y sin ningún tipo de lujo, me pongo los pantalones y los zapatos y digo: ¡Hola!, a un bello día y me acojo a sus deseos de brindarme un feliz día de nuestro Señor.
Una cosa que no debemos dejar en el tintero: ir a misa y escuchar las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo.