Santa Beatriz de Silva nació en Ceuta el año 1424, donde pese a tener dedicada de muy antiguo una calle, creo que la Santa no es suficientemente conocida por la juventud. Si bien, en cuanto al lugar y fecha de su nacimiento, existen dos versiones contradictorias que han suscitado cierta polémica historiográfica. Primera, que coincide en señalar que nació en Ceuta. Segunda, que sostiene, que la Santa pudo haber nacido en Campo Mayor (Portugal) el año 1434 (diez años después).
A la primera tesis se abonan los historiadores antiguos, que coinciden en señalar que Santa Beatriz nació en Ceuta, como consta en el Diccionario de los Santos. Tomo I. Madrid: San Pablo, páginas 322-324. Esta misma tesis la mantienen los Conventos y Monasterios de la Orden de la Inmaculada Concepción por ella fundada, más Campos Fernández, F.J; “Beatriz de Silva y Meneses” (Leonardi, C); también Ricardi, A; Zagri, C. (italianos) y otros.
Pero, buena parte de los estudiosos modernos se decantan por su lugar de nacimiento en Campo Mayor (Portugal). Casi todos son portugueses que, lógicamente, barren para dentro de casa, como Duque, José Félix (2011). «Vida e Obra de Santa Beatriz da Silva». En Ordem da Imaculada Conceição, ed. Congresso Internacional - Santa Beatriz da Silva: Estrela para Novos Rumos (en portugués). Fátima. p. 30. Archivado desde el original el 5 de febrero de 2015. Consultado el 5 de febrero de 2015. «A comunicação apresenta sucintamente a Vida e Obra de Santa Beatriz da Silva, nascida na vila portuguesa de Campo Maior, por volta de 1437, filha de Rui Gomes da Silva, Alcaide-mor de Campo Maior e de Ouguela, e de sua mulher D. Isabel de Meneses, filha natural de D. Pedro de Meneses [...]».
A mi modesto juicio (no soy historiador), la primera de ambas hipótesis me resulta más creíble y me merece ser tenida en mayor consideración, a la luz de los datos siguientes: Primero, es una postura mantenida por la misma Orden por ella creada que ha debido tener fuentes directas más fidedignas y una información más fiable. Segundo, es la fuente más cercana en el tiempo a la época del nacimiento de la Santa. Tercero, un hermano de Beatriz, Amadeo de Portugal, que también fue proclamado Santo, nació antes que ella, en 1420, en Ceuta. Ellos dos debieron ser de los primeros entre los doce hermanos que tuvieron sus padres en común matrimonio. Cuarto, sabemos que al padre, Ruy Gómez da Silva, lo nombraron en 1433 Alcalde de Campo Mayor (Portugal), para donde la familia salió siguiendo la ruta: Ceuta-Tarifa- Cádiz-Huelva-Lisboa y Campo Mayor.
Todo ello nos está claramente indicando que toda la familia residió en Ceuta muchos años, al menos, hasta 1433. Y que la mayor parte de sus primeros hijos también debieron tenerlos en dicha ciudad. Sabemos igualmente que Ruy Gómez da Silva, fue un caballero portugués que se había distinguido por su heroico valor durante la conquista de Ceuta, y al que, en premio a su destacada acción, no dudó don Pedro, primer gobernador portugués de Ceuta, en darle a su hija en matrimonio. Por consiguiente, se cree que Beatriz nació en 1424 al regazo de la familia extensa: padres-abuelos. Y su tierna niñez la debió pasar en Ceuta, donde la madre, siguiendo la tradición militar tanto del padre como del abuelo, don Pedro de Meneses, educó a la niña en la religión cristiana, habiendo confiado su formación a los frailes franciscanos que le inculcaron una especial devoción a la Inmaculada Concepción.
Beatriz de Silva fue muy conocida y célebre mujer, prácticamente, en todo el mundo, principalmente en España, Portugal y América, porque, como he adelantado, fue la fundadora de dicha Orden religiosa. Precisamente, en base a los muchos méritos religiosos y por sus numerosísimas circunstancias personales y de todo orden que en ella concurrían, fue por lo que el Papa Pío X el 28-06-1926 la beatificó. Y otro Papa, Pablo VI, la canonizó el 3-10-1976, habiendo sido educada por sus padres y abuelos en los más sólidos principios y valores de la religión cristiana.
Otro dato muy poco conocido de Santa Beatriz de Silva es que estuvo muy relacionada con Mérida, mi ciudad natal, aunque ya he dicho muchas veces que, de alma y de corazón, siento que soy de MIRANDILLA, a 12 kilómetros de Mérida, sin merma ni menoscabo para esta última de mi gran afecto, como depositaria que es de las más puras esencias extremeñas. La ciudad emeritense también le tiene dedicada una calle con su nombre, al igual que se la dedicaron cientos de poblaciones en todo el mundo. Pero, además, en Mérida existe el Convento de dicha Orden que fue construido a costas de Francisco Moreno de Almaraz, nacido en Mérida, conquistador amigo y compañero de Francisco Pizarro, el insigne extremeño que con sólo unos 300 españoles, la mayoría extremeños, conquistó todo el imperio inca de Perú.
El emeritense Moreno de Almaraz era ferviente seguidor de la Orden de la Inmaculada Concepción. Y no dudó en enviar el dinero prometido para construir dicho convento, haciéndolo llegar a Mérida desde Cuzco (Perú). El viejo inmueble, de 2.800 metros cuadrados, ha sido vendido recientemente por sus herederos, la familia emeritense López de Ayala, precisamente, este mismo año de 2020, hace sólo una semana, en 847.000 euros, adquiriéndolo el Ayuntamiento de Mérida, donde se profesa mucha devoción a Santa Beatriz de Silva.
Al parecer, Beatriz fue creciendo en Ceuta hasta marcharse su padre a Campo Mayor y, cuando ya tenía 23 años, era una mujer bellísima que deslumbraba y fascinaba a cuantos la conocían. Según sus historiadores de la época, era la mujer más hermosa y agradable, habiéndola pretendido en matrimonio numerosos caballeros de alta alcurnia. En una historia anónima y manuscrita sobre ella, datada en 1526, recoge que “era muy graciosa doncella y excedía a todas las demás de su tiempo en hermosura y en gentileza”. Núñez de León diría entonces de ella que “era la mujer más hermosa de España”. Su joven y bella figura resaltaba entre los jardines de palacio donde le gustaba contemplar la naturaleza, la hermosura de las flores y el infinito de los cielos azules y altos, a través de los que llegó a percatarse de la grandeza del Creador.
Enseguida corrió por palacio la noticia de que Beatriz había sido secuestrada, y todas las miradas sospechosas eran dirigidas hacia la reina, a la que un tío de Beatriz, Juan de Silva, inquirió preguntándole directamente que dónde tenía a su sobrina. La reina no le pudo ocultar la verdad y lo condujo hacia el cofre, que ella misma abrió en la creencia de que Beatriz habría ya muerto asfixiada tras los tres días que llevaba encerrada; pero al abrirlo se pasmó al ver que la joven estaba todavía con vida, con el rostro sonrosado como un ángel y todavía con mayor belleza y lozanía que antes de ser encerrada.
Al ver a su tío, Beatriz se echó emocionada en sus brazos, mientras que a la reina le crecieron aun más los celos hasta el punto de que tres días después la echó de palacio, habiendo tenido que refugiarse en Toledo. Dice la leyenda que durante el secuestro de Beatriz se le apareció la Virgen María con hábito blanco, manto azul y con el niño Jesús en sus brazos. Tras haberla confortado con cariño maternal, la Virgen le encargó que fundara la Orden de la Purísima Concepción.
Beatriz se retiró en Toledo al monasterio circense de Santo Domingo el Real, donde buscó una especie de casita de Nazaret como “señora de piso”, y allí vivió durante treinta años dedicada a la oración, al trabajo, al sacrificio y llevando una vida de total entrega y de hacer bien a los demás, confeccionado ropas que regalaba a los necesitados entre los que gastó su fortuna, aunque siendo muy feliz de poder vivir en la más rigurosa austeridad, que era lo que ella más deseaba.
Pero como el tiempo suele ser el mejor juez de todas las causas y al final viene a poner a cada uno en su sitio, pues resulta que al morir el rey Juan II la reina Isabel se sintió arrepentida de todo el mal que había hecho a Beatriz, por lo que fue hasta el convento a verla y allí le reconoció su inocencia y le pidió perdón. La reina se presentó a verla junto con sus dos hijos los infantes Alfonso e Isabel. A esta última, que después llegaría a ser la Reina Católica, Beatriz la había tenido muchas veces meciéndola en sus brazos en palacio, por lo que le tenía especial cariño, de forma que, cuando en 1474 fue proclamada reina, fue en numerosas ocasiones a visitarla a Toledo.
Además, Isabel la Católica era muy devota de la Inmaculada Concepción, de manera que en 1479 apoyó a Beatriz para que fundara la Orden concepcionista; y en 1487 incluso le donó una casa y una capilla de los palacios reales de Galiana para que junto con doce compañeras construyeran y acondicionaran allí un convento de religiosas. De otra parte, la Reina Católica también intercedió ante el Papa Inocencio VIII para que concediera a Beatriz la bula de fundación de dicha Orden.
Sigue diciendo la leyenda que San Francisco de Asís y San Antonio de Padua se aparecieron a Beatriz anunciándole que ya había sido firmada por el Papa la citada bula por la que le autorizaba a crear la Orden solicitada. Pero días después se recibió la noticia de que el barco que la traía desde Roma a España naufragó y el documento se extravió; lo que llenó de gran tristeza y consternación a Beatriz. No obstante, al abrir ésta varios días después un cofre, sorprendentemente encontró la bula en el mismo. Al conocerse el hallazgo toda la población se echó a la calle para celebrar la buena nueva en procesión. Desde entonces el documento fue llamado “bula del milagro”.
El obispo de Guadix, que ofició la procesión en acción de gracias, anunció que a los quince días que ella y sus compañeras tomarían los hábitos y velo de la Orden; pero a los cinco días se le volvió a aparecer la Virgen y le dijo: “Hija, de hoy en diez días has de ir conmigo, que no es nuestra voluntad que goces acá en la tierra de esto que deseas”.
El día 16 de agosto, fecha que se había dispuesto para la toma de hábitos, Beatriz falleció muy serenamente. Su confesor le puso el hábito y velo de la Orden, y tras su muerte, vuelve a decir la leyenda, que se produjeron varios milagros. En 1924, el Papa Pío XI declaró a Beatriz Beata.
Y el 3-10-1976, hace hoy 27 años, Pablo VI la elevó a los altares como Santa. En la actualidad, la Orden que ella fundara cuenta con más de 120 conventos en Europa y la América hispana, de ellos más 90 en España. He aquí una mujer Santa y modéxlica de Ceuta, que quizá debiera ser más conocida y recordada en esta ciudad.
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