El secretario de Estrategia y Discurso
de Ceuta Ya!, Julio Basurco, ha ampliado este sábado
en la Jefatura Superior de la Policía Nacional la denuncia que presentó ayer contra el policía local y conocido carnavalero Rafael Pérez, al que acusa de golpearle en un local
del Poblado Marinero debido a las opiniones que vertió en redes sociales sobre las letras de la chirigota de la que ha formado parte este año el agente, ‘Los Primeros’. Basurco ha vuelto a dependencias policiales después de pasar por segunda vez
por el Hospital Universitario, donde los facultativos que le han atendido han expedido un nuevo parte de lesiones en el que a la contusión malar izquierda apreciada la noche de este viernes se suma erosión superficial, un hematoma en el cuarto dedo de la mano derecha y otro lineal en la espalda de 16 centímetros. Además, el político, que tildó en redes sociales de “majaras” a los autores de las letras carnavaleras que este año han cargado contra las trabajadoras transfronterizas o Mohamed Ali, ha aportado un nuevo testigo de los hechos acontecidos en un pub que ha declarado que Pérez la emprendió a patadas con Basurco cuando este cayó al suelo. El dirigente de Ceuta Ya! ha pedido a la Policía Nacional que se recaben las grabaciones de las cámaras de seguridad del local de ocio nocturno
con el fin de aclarar lo sucedido en sede judicial. De acuerdo con la primera denuncia de Basurco y su última ampliación, Pérez se le acercó alrededor de las 3.15 horas en el bar en el que se encontraba con amigos y le pidió “salir fuera para hablar”. El aludido le respondió que no era necesario abandonar el local y que podían comentar lo que fuera allí mismo. “En ese momento me agarró del brazo tirando de mí para sacarme fuera y me propinó un puñetazo en la cara mientras decía 'yo no soy ningún majara”, ha expuesto el denunciante, que también ha añadido que otra testigo vio al agente, que no se encontraba de servicio, “propinarle patadas en el cuerpo mientras estaba en el suelo”. Pérez se vio envuelto en un episodio “similar” ligado a una presunta trifulca en un bar con el exconsejero de Medio Ambiente y actual gerente de Obimace, Fernando Ramos. Ambos se interpusieron denuncias cruzadas que se saldaron sin reproche judicial alguno porque los dos se acogieron a su derecho a no declarar quedando ambos absueltos.