Basura, latas, envases de leche y de vino, así como colchones en mal estado y otros enseres son parte del panorama que se puede ver en las cercanías del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta.
Los desperdicios son una señal de que en los pequeños terrenos entre la maleza hay inmigrantes que cocinan, pasan tiempo y pernoctan. El cocinar con leña, en medio de la vegetación, es un grave riesgo porque se pueden producir incendios como ya ha ocurrido en otras ocasiones.
Algunos delimitan el espacio con cadenas colocadas entre los árboles, guardan ollas y dejan colchones viejos en el lugar.
Hace poco menos de un mes había por lo menos cinco casetas en los terrenos del Jaral. Estas eran levantadas por los propios residentes o exresidentes del CETI. Los levantan en unas pocas horas y se ayudan con palés y restos de todo tipo.
Entre la maleza, hay maderas y quienes levantan estos asentamientos se ayudan con los árboles con los que hacen pequeños lugares de pernoctación.
Son asentamientos ilegales sin ningún tipo de seguridad ni condiciones higiénico sanitarias, por lo que también significa un riesgo para la salud pública debido a las condiciones en las que habitan. Pese a que en las afueras del CETI hay contenedores de basura, en los senderos y en los alrededores de los terrenos se acumulan todo tipo de latas, envases y mobiliario viejo y roto. Parece una tierra de nadie. Estos caminos son recorridos por personas para llegar a los asentamientos, pero también por cabras que corren libremente por el monte.
En distintas oportunidades, los cuerpos y fuerzas de seguridad han intervenido para desalojar el área, logrando su objetivo momentáneamente, porque al cabo de un tiempo vuelven a aparecer estas construcciones ilegales.
Hace un mes, informó El Faro de Ceuta, los vecinos del Jaral reclamaban la intervención de la Guardia Civil y de las brigadas de limpieza para que, antes de que comenzaran las nuevas construcciones, eliminar las que ya se habían levantado.
Generalmente, quienes viven en estos asentamientos son subsaharianos y argelinos que, en algunos casos, han sido expulsados del CETI. También hay otros que construyen sus chozas para cocinar allí, pues se quejan de la baja calidad de la comida que reciben en el centro de estancia temporal del Jaral.
A los residentes de las zonas cercanas les preocupa la situación porque, al hacer fuego, se han producido varios incendios que han requerido la intervención de los bomberos.
En otras batidas de los cuerpos y fuerzas de seguridad se han encontrado pequeños poblados entre la maleza.
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