Si hay algún camino por el que todos transitamos ese es el de la búsqueda de la belleza, y su forma más pura: el bienestar.
El bienestar es así nuestro vehículo existencial, pues solo allí los condicionantes de la mente encuentran su equilibrio, y ya se sabe que el equilibrio es el principal indicador de la salud.
Es en estos días de soledad, nunca escogida, cuando debemos redefinir los lazos que nos unen; esa conexión auténtica que hace que las personas nos sintamos parte de un todo, y que percibamos ese apoyo invisible que es la comprensión. En verdad no estamos solos.
Si hay una imagen que me recuerda la belleza esa es la de una hoguera infinita. Ella nos cubre con su calor, y nos dice con abundante enseñanza que todos provenimos de la misma materia, y que si bien, cada llamarada es distinta a la anterior, todas comparten la misma naturaleza, el mismo destino, y el mismo color.
Todas las llamas compiten por ser la más bella, es cierto, pero todas son efímeras, a no ser por la memoria del presente observador.
También me pregunto por la noción del tiempo, y por lo relativo de la felicidad.
El crujido de la madera en combustión anuncia una pléyade de virutas incandescentes, las que, a pesar de la fugacidad de su trayecto, parecen felices. Será que ellas perciben el tiempo de otro modo, y se conforman con haber cubierto el ciclo de la vida.
Si os fijáis, el fuego sale de la madera; luego el fuego ya estaba dentro de ella, y sólo le hizo falta la oportunidad de una chispa para redefinir su forma.
Del mismo modo, las personas albergamos belleza en nuestro interior, tenemos un gran potencial, y solo nos falta la chispa del amor para mostrarnos en plenitud, aquello a lo que somos llamados. Somos transmisores de la belleza, ¿quién tiene otra razón?
A pesar de que estos son mis pensamientos no quiero distraer la atención. Ahora toca hacer acopio de tranquilidad y ofrecer lo mejor de nuestros adentros, ya solo sea respetar la distancia social necesaria.
La dificultad ha puesto a prueba nuestro ingenio como habitantes de la naturaleza, y aquí tengo que decir que tengo fe ciega en la ciencia y en sus ingenieros, aquellos que nos libraron de la calamidad del frío y la escasez. Ojalá el tiempo no sea mucho.
Lo que sí es seguro es que tras la crisis sanitaria habrá que redefinir nuestros fundamentos, y las formas de relación, entre nosotros mismos y con los elementos. Hemos de conservar todo lo mejor y romper las barreras que nos diferencian, porque bienestar solo hay uno, y es el de todos al completo.
IMPORTANTE: Si ves que algo está fallando en tu experiencia mental puedes llamar a Acefep Salud Mental Ceuta al teléfono 608 23 72 11.