Contar con varios baños públicos salvaría a más de uno en complicadas situaciones, en las que no sabes ni dónde dirigirte y en la mayoría de la ocasiones no te queda otra alternativa que entrar a consumir en algún establecimiento con el fin de poder hacer uso de los servicios.
Esa realidad se ha convertido en un verdadero problema para los turistas que visitan la ciudad, quienes han transmitido a comerciantes su quejas por no haber un lugar público del que hacer uso, ya sea atender a bebés o niños, cambiarse de atuendo o el simple uso del inodoro. Así lo ha manifestado a El Faro Ignacio Tendero,asociado del Centro Comercial Abierto y comerciante. “Ha sido importante el número de quejas que he recogido este verano por parte de clientes que manifestaban su deseo de poder disponer de servicios público, como ocurre en otras ciudades. Nosotros en nuestros establecimientos no los tenemos habilitados, por ello se han estado dirigiendo a locales de hostelería, lo que le ha supuesto un problema al propio establecimiento”, explicaba.
Como comentaba Tendero los hosteleros han visto incrementada la afluencia en sus locales.
Estos son los mayores afectados por este problema que se está generando entre los visitantes a la ciudad. Pues la única opción que les resta es acceder a bares y restaurantes , pero no para consumir, sino para hacer uso únicamente del servicio, una situación que les ha llevado a tomar medidas ,en algunos casos, de restringir el paso y uso exclusivamente a clientes.
“Está siendo un horror, este verano sobre todo, nos hemos visto sobrepasados, parecía que nuestros baños eran de uso público y entraban aquí todos los turistas. Pero claro te da pena decirles que no, te ves tu en su situación, que estás de visita en una ciudad y realmente tienes esa necesidad, y claro, ¿qué haces?Es que el verdadero problema está en la Ciudad, que son los que debería tomar medidas para que esto no ocurriese”, explicaba la camarera, Pilar García.
Ramón Navarro es propietario de otro de los bares que se encuentran en el centro urbano. Él es de los que tampoco niega la entrada a su establecimiento, pero reconoce que es “una guarrería lo que tenemos ahí montado. Además entran sin pedir permiso y cuando se van ni dan las gracias”, apuntaba.
Otros establecimientos como el de Gema, se han visto en la necesidad de limitarlos al uso exclusivo de clientes a raiz de una inundación que sufrió el bar a causa del colapso que hubo en los servicios. “Llegaban aquí porque nos decían que todos los bares a los que entraban decían tener los servicios ‘averiados’, pues es la excusa que muchos están usando para prohibir el paso. Esto es un gran problema que debería solucionar la Ciudad con servicios públicos de pago, que supondría además de recaudar dinero, y ofrecer trabajo a personas paradas que se ocupasen de su mantenimiento”, comentaba.
Estas demandas que se están produciendo durante el verano podrían ser una iniciativa a tener en cuenta por parte de la Ciudad, si realmente se va a convertir en un problema para el turismo. Muchas ciudades españolas ya disponen de estos servicios, que suelen estar ubicados en el casco urbano de la Ciudad, y sus precios oscilan, depende del lugar, entre 10 céntimos en Madrid a 70 céntimos en Málaga.