Dos zonas de
playa de Ceuta han sido marcadas con
bandera negra por la asociación Ecologistas en Acción en su informe anual sobre los casos más relevantes en toda España de contaminación y descuido a la hora de preservar los recursos marinos. En el apartado local las que se llevan la reprimenda son el litoral frente a la desaladora y la bahía norte de la ciudad por contaminación, y el espacio protegido del Lugar de Interés Comunitario del
Monte Hacho (LIC ES6310002, del Monte Hacho) por su mala gestión ambiental. Una de las las responsables del documento que delimita las 48 banderas negras en las playas españolas es Ana Aldarias, quien ha detallado a El Faro de Ceuta que en este trabajo se clasifican en dos categorías (contaminación y mala gestión ambiental) las playas de todas las provincias, señalando dos por provincia y por ciudad autónoma. “Nos basamos en criterios estadísticos ambientales como la depuración o en denuncias y quejas interpuestas a las que no se ha dado solución”, indica esta experta en Ciencias Marinas y portavoz de Ecologistas en Acción. Así en el caso concreto del litoral frente a la desaladora, en la bahía norte de la ciudad autónoma, apunta que hay una serie de denuncias para las que no se ha puesto remedio y que tienen que ver con el elevado impacto en la biodiversidad de la salmuera, es decir de la elevada concentración de sal. “Hay un evidente estrés salino que afecta a las especies con rangos de temperatura y de cantidad de sal que no pueden soportar, más aún en esta parte que tiene mucha vegetación agarrada al fondo del mar y que sufre”, subraya Aldarias. Igualmente, en el LIC del Monte Hacho, la asociación en defensa de los recursos naturales valora que hay una serie de criterios fundamentales que demuestran que se está produciendo una mala gestión ambiental “con afecciones al ‘globicephala melas’ o calderón común así como a
la ‘caretta caretta’ más conocida como la tortuga boba que son algunas de las especies típicas de esta zona”.
En este punto, la activista ecologista ha remarcado que esto se produce “por la falta de ordenación en planes de redacción que acaba llevando a un deterioro paulatino e, incluso, nos han llegado a comunicar denuncias de aguas fecales en esta zona”. La solución a estos problemas pasa por medidas como el control de actividades náuticas y las respuesta de adiestramiento y protocolos, ya que “si no se cumple la normativa y no hay multas es más difícil concienciar”. En este sentido, añade que se están dando también daños a especies de gaviotas autóctonas. “Otro problema es la señalización de buceo, que produce daños excesivos como el anclaje además de la falta de control de aleteo o que los grupos siempre vayan a la misma zona”, destaca Aldarias, para la que habría que intentar minimizar el impacto sobre la zona variar las áreas de buceo e intentando evitar así un perjuicio extremo a la diversidad y a los ecosistemas ceutíes.
Cada vez más conciencia ciudadana
Ecologistas en Acción ha realizado un análisis de los aproximadamente 8.000 kilómetros de costa que tiene España para presentar este ‘Informe Banderas Negras 2022’, en el que se tiñen de oscuro 48 puntos del litoral que según la entidad ya venían representando malas prácticas en ediciones anteriores. Desde la asociación apuntan que “estos atentados ecológicos” se incrementan en número a cada año que paso mientras las asociaciones vecinales y ciudadanas presentan más quejas sin que exista una respuesta institucional contundente. “Se nota que la gente está más concienciada en la salud de los ecosistemas terrestres, costeros y marinos. Sin embargo, y a pesar de la presión y movilización popular de asociaciones, ONG y comunidades vecinales, las administraciones hacen oídos sordos y actúan tan lentamente que los cambios apenas son apreciables”, enfatizan. Por su parte, Cristóbal López Pazo, también portavoz de la organización ecologista, ha añadido que “el ‘Informe Banderas Negras 2022’ es una herramienta para visibilizar casos flagrantes de contaminación y mala gestión ambiental de nuestras costas. Todas las administraciones tienen que tomar conciencia de estos problemas y actuar de manera inmediata para mejorar la salud de nuestros ecosistemas, de nuestras economías y de las propias personas”.