Colaboraciones

Banderas negras 2020 en Ceuta

Una nueva convocatoria anual reúne a la familia de Ecologistas en Acción que bajo la coordinación de Clara Mejías, una joven entusiasta dedicada al activismo comprometido para mejorar el medioambiente y la salubridad de las costas españolas, está elaborando el nuevo mapa de galardones negativos, que equilibra la creciente propaganda de banderas azules, a los problemas ambientales que presentan las distintas zonas del litoral español. En un momento de moderada renovación política se espera con ilusión los cambios necesarios para progresar en la conservación de nuestro medio marino y apostar por un nuevo modelo turístico que abandone definitivamente la concentración de masas y el desarrollismo destructor que tanto daño está haciendo a las costas y mares: un medio natural precioso y frágil con especies y hábitats de gran valor. En los recientes discursos oficiales tanto la UE como el actual gobierno de la nación trasmiten un refrescante mensaje de sostenibilidad y turismo ecológico y cultural que parece coherente y consistente con sus planteamientos programáticos. Está claro que el actual presidente del gobierno piensa realmente en “la nueva política”, el fair play y desea apostar por el progreso social y económico de España dentro de esta nueva ola de renovación de la política económica europea. Nos infunde confianza al saber que una de las personas cercanas al presidente del gobierno es Cristina Narbona que tan buen recuerdo dejó en nuestra asociación por su decisiva actitud reformadora; algunos la llamaban “talibana ambiental” por su firme sentido de la responsabilidad ambiental y cercanía a las asociaciones en defensa del medioambiente y la sostenibilidad. Ahora comprobamos que su esfuerzo no fue en vano y que su mensaje fue calando en su joven compañero de Partido que preside nuestro país y también en las actuales autoridades ambientales ministeriales del MITECO que son las siglas del actual Ministerio para la sostenibilidad y la transición ecológica. No obstante, arduo será el camino para renovar un Ministerio atestado de ingenieros civiles y acostumbrado a las obras y no al cuidado del medioambiente. En Ceuta, por desgracia todo continua igual en materia ambiental y afecta a toda la administración y al “poder político” en general, pues los dos grandes partidos y el resto de agrupaciones localistas comparten esa falta de compromiso ambiental y las mismas inercias desarrollistas. Ciertamente es lamentable y algo desesperante y exasperante la falta de preocupación por estas temáticas en la marinera ciudad y por eso, ni la cultura, ni, en especial, el medioambiente forman parte del discurso político local en Ceuta. Ni las izquierdas ni las derechas ni el resto de partidos son capaces de entender, aunque sea pobremente en clave económica, lo crucial de la atención a lo ambiental y cultural. Las formas de hacer dinero y acumular riqueza de los poderosos, no han variado y posiblemente sea el principal impedimento para comenzar una verdadera transición ecológica hacia el fomento de una economía verde. El estilo de las empresas extractivas de fondos públicos indica también que nos encontramos en la misma línea de actuación retrógrada aludida y de ausencia de pensamiento complejo; en los consejos de administración de las empresas solo existe la cuenta de beneficios y el reparto de capitales entre los accionistas y por supuesto las suculentas primas a los ejecutivos agresivos encargados de cercenar los presupuestos destinados a medioambiente. De otra forma no se podrían explicar las conductas intolerables de las empresas petrolíferas que contaminan el mar y no invierten recursos en conservación de la naturaleza marina ni en las necesarias medidas compensatorias derivadas de su peligrosa actividad industrial. Algunas incluso nos continúan contaminando debido al secular abandono de sus instalaciones de abastecimiento y no dudan a través de sus “hombres influyentes” con cara de querubines en continuar con su infamante labor en los despachos oficiales. El grupo empresarial que fabrica nuestra luz a costa de contaminar nuestra atmósfera no quiere adecuar las chimeneas para evitar la contaminación que corroe nuestros cuerpos silenciosamente y por supuesto tampoco dedica ni un chavo a la cuestión de la educación ambiental. La corporación que nos cobra el agua desalada a precio de oro nunca a puesto ni un duro en el medioambiente y continua contaminando con su salmuera nuestro litoral sin importarle la influencia que pueda tener en el crecimiento del alga invasora y otros impactos negativos en perjuicio del medio marino. La multinacional que saca la basura de la marinera ciudad en contenedores es opaca a la cuestión ambiental a pesar del enorme negocio que realiza y por supuesto no le interesa hablar sobre el reciclaje; justamente la ausencia de tratamiento en origen constituye el germen del “gran negocio” que lucra a los codiciosos a los que enriquecen nuestros impuestos en vez de ir a parar a servicios más esenciales como por ejemplo el hospital universitario y la necesidad de fidelizar a buenos especialistas médicos que hayan pasado su periodo de formación como médico residente en buenos hospitales. La propia Cristina Narbona ya hace años puso de manifiesto el enorme gasto público dilapidado por no reciclar y sacar la basura fuera de Ceuta sin separación alguna en origen.
Las banderas negras de este año tienen la intención de denunciar sobre todo la enorme falta de sensibilidad y buen sentido de las administraciones públicas para ocuparse de las cosas esenciales para el bienestar material y espiritual. Estas banderas quieren poner el foco en las grandes corporaciones empresariales y codiciosos de nuestra ciudad, intocables del dinero que solo extraen sin revertir en medioambiente y salud. Por eso es también un mensaje sobretodo social y quiere provocar el despertar de los ceutíes para que contemplen, como si de un cuadro del genial Bosco se tratara, el saqueo de los señores del dinero.
Nuestras costas son esenciales y sin embargo, están olvidadas a su suerte y abocadas a sufrir los desmanes de la industria y de la contaminación e incluso, en el caso de la gaviota de Audouin, también de comportamientos injustificables. Las dos banderas negras 2020 son las siguientes:
Tramo de costa entre el litoral de Fuentecaballos y la Playa del Sarchal y la zona de cría en el espacio portuario por contaminación, sobrepesca y abandono de la gaviota de Audouin.
Está dentro del LIC ES6310002 que protege todo el litoral y fondos aledaños hasta una milla de distancia desde cada punto de la costa. Como tantas otras zonas de nuestro bello litoral se encuentra abandonado a su suerte, todo está salpicado de restos de basuras que se tiran impunemente desde el acantilado por parte de un buen número de desaprensivos ante la mirada impasible de las autoridades “competentes”. Es una zona especialmente interesante para la cría y refugio de un gran número de especies de peces bentónicos costeros pero que se encuentra sobreexplotada por la falta absoluta de control sobre los pescadores de caña, los submarinos y también los pescadores furtivos y deportivos. Además todo está ya claramente afectado por el alga invasora Rugulopterix okamurae que está contribuyendo a la simplificación de la rica comunidad de algas de aguas someras de todo el litoral protegido. Por último, pero no por ello menos importante queremos destacar la importante afección negativa a la colonia de la gaviota de Audouin que está provocando no pocas pérdidas a las colonias instaladas en los acantilados y grandes peñascos. En muchas ocasiones, estas gaviotas preparan su nidos en zonas donde pueden acceder fácilmente los seres humanos que no reparan en su presencia y los pisan y destruyen accidentalmente, o son pasto de las ratas que pululan entre las basuras que ruedan por el acantilado. En otras ocasiones directamente los destruyen debido a una falta de sensibilidad pasmosa como en el caso de la colonia instalada en el espigón trasero del Parque del Mediterráneo recientemente diezmada, hecho recientemente denunciado por la SEO a través del grupo local que opera en Ceuta.
Espacio pelágico costero y línea litoral asociada a la bahía norte de Ceuta.
Por el gran peligro que corren los espacios protegidos de la bahía norte y la ausencia de interés en gestionar ambientalmente esta valiosa.
Actualmente, en esta amplia zona de la bahía norte de Ceuta se desarrolla un precioso espacio pelágico costero protegido y una gran extensión de costa con gran afluencia de ciudadanos durante la estación veraniega. Hay dos espacios marinos protegidos, el LICES6310002 y el “Sistema de escarpes y micromontañas afectados de fuertes corrientes de marea: fondos infralitorales profundos y circalitorales con arenales y facies de rodolitos” ya presentado en el contexto del proyecto INTEMARES para la ampliación de espacios protegidos marinos en España (Ocaña et al., 2020). Esta mentada zona es única en todo el estado español por su singularidad científica y la belleza paisajística de su medio sumergido.
En ella se están desarrollando actividades industriales altamente peligrosas como son el bunkering y otras actividades comerciales relacionadas con la presencia de buques fondeados que son potenciales vectores de organismos invasores como el alga R. okamurae. La evacuación de grandes cantidades de salmuera del proceso de desalación es otro de los principales impactos que se añaden a sus aguas que se encuentra sin vigilancia por la insultante desidia de la empresa que explota la desaladora de Ceuta. Si bien, todo este tráfico y sus actividades generan ingresos económicos que dinamizan la economía de Ceuta, que siempre ha tenido en el puerto su motor económico, también constituyen un gran riesgo para el medioambiente, la salud y la seguridad de las personas en tanto en cuanto que un accidente podría desencadenar una episodio de contaminación de notables consecuencias tanto para el ecosistema marino como para los habitantes de Ceuta. A pesar de los evidentes esfuerzos de la Autoridad Portuaria por aumentar el conocimiento ambiental en sus aguas de influencia se necesitarían decisiones más enérgicas para ordenar y vigilar ambientalmente todo este espacio y trabajar decididamente por la causa de la conservación de nuestro rico ecosistema marino y en esto el MITECO y la Delegación del Gobierno en Ceuta tienen mucho que decir.
Estas banderas lejos de molestar o indignar a las administraciones deberían servirles para reflexionar sobre sus actuaciones y que papel quieren representar en la gran obra que se avecina en beneficio del mar, las costas y en general nuestro medio natural y las políticas de empleo ecológico y turismo sostenible.

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