El Banco de Alimentos de Ceuta es una gran ayuda para muchas familias ceutíes que no tienen un sustento económico y que necesitan esta aportación para poder seguir adelante. La pandemia del coronavirus ha hecho que muchas personas se hayan quedado sin trabajo y se incremente el número de familias desfavorecidas. Aquí en la ciudad, y según explica a El Faro, su presidente Pedro Mariscal, durante este año se ha ayudado ya a más de 3.000 familias. Además, desde que apareciera el coronavirus en nuestras vidas, ha habido un incremento del 27% en las ayudas que el Banco de Alimentos ha tenido que destinar a familias ceutíes.
Por otra parte, hace un mes que Ceuta sufrió la peor crisis migratoria que se recuerde en los últimos tiempos. Eso llevó a que cientos de inmigrantes llegaran a nuestras costas y deambularan por la ciudad. En esta parte, Mariscal ha querido ser muy crítico con las asociaciones que han estado “dando de comer” a estas personas en la misma calle, y no en los sitios habilitados por la Ciudad o en sus propias instalaciones.
Mariscal señaló que el Banco de Alimentos ayuda primero a familias ceutíes
“El Banco de Alimentos ayuda a familias ceutíes, y también hemos ayudado a cientos de inmigrantes pero tal y como los distintos organismos indicaban. No veo bien que se repartiera en la calle, porque provocaba que estas personas no se fueran a las zonas habilitadas y eso ha conllevado a más asentamientos en las calles”, ha apostillado.
Eso sí, Mariscal ha querido dejar claro que como asociación sin ánimo de lucro, se deben regir por unas normas de las cuales reciben hasta una subvención. “El Banco de Alimentos seguirá trabajando para dar de comer a cientos de familias ceutíes que nos necesitan y seguiremos ayudando a las personas que le hagan falta, pero siempre siguiendo todos los cauces legales”.
Durante el año de pandemia se ha ayudado a más de 3.000 familias
Por último, lo que más preocupa ahora al Banco de Alimentos de Ceuta, es como ha decrecido la edad de las personas que ahora necesitan ayuda. Mariscal ha indicado que el perfil que antes necesitaban ayuda eran personas de más de 50 años, ya que le costaba mucho más volver a entrar en el mundo laboral.
Ahora, la cosa ha cambiado, y en los últimos meses suelen ser matrimonios jóvenes con hijos, alrededor de los 30 años, y que se han quedado en paro. Sobre todo, Mariscal ha señalado que la mayoría de ellos trabajaban en la hostelería y que han sido despedidos al no tener los ingresos esperados, o los que se tenían antes de la aparición del COVID-19.
“Agradecidos” a los Bancos de Alimentos foráneos
Desde el Banco de Alimentos de Ceuta han querido mandar un mensaje de agradecimiento a las otras sedes situada en la península. Ese reconocimiento quieren realizarlo por la ayuda que han estado recibiendo durante estos meses, sobre todo a primeros de año, con la entrega de kilos de alimentos y que han ayudado a que siempre hubiera stock en el almacén.
En estos momentos, el Banco de Alimentos atraviesa un buen momento, y a pesar de que se haya incrementado el número de familias que necesitan ayuda, el almacén se encuentra repleto de alimentos.
En ningún país del mundo se ve lo que ocurre aquí: Personas que entran a la fuerza sin documentación alguna, y encima se les deja deambular a su antojo por las calles de la ciudad. Yo ya pienso si los mandatarios son unos pasotas o personas que solo quieren amistad con su bolsillo y los bancos. Hay veces que me siento avergonzado de ser español por culpa de gobernantes corruptos y vividores que no les corre por sus venas eso que desde pequeño me enseñaron mis antepasados que es ser PATRIOTA
A mi no me extraña, el banco de alimentos sólo da comida a quien tiene los papeles en regla, atiende a los pobres que las instituciones públicas valoran y les manda. Yo por eso, no colaboro con ellos.
Enhorabuena Pedro, eres un valiente, ya va siendo hora de que alguien hable claro y ponga los puntos sobre las ies, esto es un desmadre, la Sra. Delegada está desaparecida, dejación de funciones, tiene que montar puntos de avituallamiento en lugares concretos donde se cubran las necesidades básicas de los emigrantes (comidas, aseos, dormitorio,...), se debe de realizar un censo de los emigrantes asignandoles un número en unas pulseras que no puedan sustituir y evitar el descarajal de repartir comidas en diversos lugares de la ciudad sin ningún tipo de control ni de higiene con el riesgo de contagio a la población, el tener a los emigrantes diseminados en multitud de grupos no hace desaparecer el problema, la situación es preocupante, pero hay que coger el toro por los cuernos y no hacer como el avestruz, se necesita dar soluciones dinámicas e inteligentes o llegaremos a la situación de los años 90 que terminó con la revuelta en las murallas reales del 95.
Bravo Mariscal, estoy plenamente de acuerdo con él, dar comida en la calle a los migrantes es alentarles a seguir en ella y no acudir a un centro de acogida como debe ser para alimentarse, asearse y estar algo mejor que a la intemperie.