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Ayuda a Moussa a salvar su brazo

La ONG ‘Enfermos Sin Fronteras’ ha difundido a través de Facebook la conmovedora historia de este pequeño de 12 años, que sufrió graves quemaduras mientras pastoreaba Se llama Moussa, tiene doce años y su historia está recorriendo los muros de Facebook de media Ceuta. Ante la cámara posa con mirada pícara. Son los ojos de la inocencia, el rostro de la ilusión. La de vivir como un niño normal sin verse obligado a curar tres veces por semana las heridas que infinidad de descargas eléctricas dejaron en su cuerpo. “Se me rompe el corazón cuando le escucho llorar mientras le tratan las quemaduras en el hospital”, reconoce Mohamed Ahmed, más conocido como ‘Chergui’. Como presidente en nuestra ciudad de la ONG ‘Enfermos Sin Fronteras’, organización que abandera la recaudación de fondos para conseguir trasladar a Moussa hasta Sevilla para una primera valoración en la Unidad de Cirugía Plástica de Quemados, afirma que no podía dar la espalda a esta historia.
Es larga, compleja y llena de laberintos sin salida. Hemos de trasladarnos hasta su aldea, cerca de Tánger-Med, a unos veinte kilómetros de Ceuta. Allí Moussa se encargaba de pastorear y cuidar el rebaño de su familia hasta que, hace aproximadamente un año, en su afán por tener una perspectiva más amplia de los animales, se encaramó a una torre de Alta Tensión y, durante unas dos horas, vio como su pequeño cuerpo daba tumbos recibiendo importantes descargas eléctricas. “Estuve dando vueltas en el aire durante un tiempo mientras la electricidad me sacudía de un sitio a otro”, ha contado el pequeño a los responsables de ‘Enfermos Sin Fronteras’.
Tras cortar el fluido eléctrico le bajaron de las alturas pero para entonces la gravedad de las quemaduras que se le habían producido en brazos, rodilla, pecho y otras partes de su cuerpo era extrema. Ingresado en Marruecos, después de que la familia vendiese todo su rebaño para sufragar los gastos sanitarios quedando entonces en la más absoluta pobreza, poco se podía hacer por él. “El padre, que se adentra en los bosques para conseguir carbón vegetal arriesgándose a ser detenido porque es una práctica prohibida, empezó entonces a redoblar el riesgo para poder pagar los costes de la atención, los medicamentos y las curas”, explica ‘Chergui’. Y llegó un momento en que los sanitarios marroquíes reconocieron que poco más podían hacer por él, así que aún con quemaduras de segundo y tercer grado, hubo de retornar a su aldea en un estado de total abandono. La solidaridad le ayudó para seguir recibiendo las curas pero esto no era suficiente. El dolor se aliviaba, pero no se enfrentaba el núcleo del problema.
Este es el motivo que le trae hasta Ceuta. Se ha de buscar una solución. No se puede consentir que el pequeño pierda el brazo. Aquí, tras ser atendido por el personal de INGESA, se confirma lo esperado: el niño requiere ser valorado con carácter de urgencia por un Servicio de Cirugía Plástica de Quemados para ser sometido a posibles injertos. Desde entonces Moussa ha sido atendido y curado en Ceuta, donde permanece en la casa de unos amigos junto a su madre, a la espera de un posible traslado a Sevilla. “Ha mejorado, pero tiene dañados los huesos y los tendones y el problema es que ni INGESA ni Delegación del Gobierno dicen poder hacerse cargo de los gastos para el traslado”, explica el presidente de ‘Enfermos Sin Fronteras’. La última conversación con los representantes políticos fue el viernes y, ante el panorama de no conseguir ayuda por ese lado, se ha lanzado públicamente la historia de Moussa. “No lo podemos abandonar bajo ningún concepto”, afirma ‘Chergui’, “y en Marruecos el niño no tiene ninguna posibilidad porque allí no se cuenta con especialistas para su caso”.
El tiempo juega en contra, de ahí la rapidez en que la organización está difundiendo la historia. “Está en juego su brazo, pero no solo eso, porque cualquier día puede coger una infección a través de esas heridas tan profundas y poner en riesgo su vida”, asegura el presidente de ‘Enfermos Sin Fronteras’ recordando que la ayuda humanitaria no entiende de límites fijados por organismos políticos. Y es que, en su opinión, la salud es lo más importante y no entiende de fronteras, de creencias. La ayuda habla siempre el mismo idioma. Ese cuya única meta es devolver la sonrisa al rostro de este pequeño que nos mira con ojos traviesos. “Moussa está aún esperando que los Reyes Magos pasen por su casa. No quiere ningún juguete”, cuenta ‘Chergui’, “la mayor alegría que le podrían dar es la seguridad de que se curará y salvará su brazo”. Moussa, o ‘El niño milagro’, como lo han apodado porque consideran que seguir vivo es un auténtico prodigio, está esperando tu ayuda.

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