Ayer era domingo y, como muchos domingos, se rompe la rutina habitual y el reloj deja de dar órdenes: no hay una hora para levantarse, desayunar, leer y oír la radio; todo parece a merced de tu voluntad. Hacer sin prisas es saborear las horas a sorbos. Sabía que por la mañana, a primera hora del gallo, me encontraría a alumnos con sus trajes elegantes de graduación y viviendo la fiesta interminable de las emociones. Iría a desayunar al Monalisa a degustar unos churros domingueros, parque canino, ducha, ordenar apuntes, limpiar la casa de urgencias, comprobar la lotería en el estanco Quirós e ir a recoger la prensa que me guardaban en el Faro desde que escribo el cañonazo.
Leer el periódico, seleccionar noticias, archivarlas, clasificarlas, fotografiarlas y mandarlas a los posibles interesados, forma parte de mi espacio interior que bucea por los mares sin salir de la pecera de cristal. Pero hoy no quedaban periódicos; un señor me comentó que había habido un fallo en la distribución o así lo entendí dentro de mi asombro. Salí de las dependencias del diario y recorrí Ceuta de punta a punta intentado hacerme con un ejemplar: misión imposible.
Ni en bares, ni en restaurantes, ni en cafeterías...nada de nada. Un frío intenso comenzó a recorrerme las entrañas, pues era la primera vez que vivía esta situación. ¿Qué habrá pasado? Las preguntas se agolpaban en mi mente como una marea incontrolada, como si algo hubiera sucedido para que en cualquier punto de venta se hubiera agotado la publicación.
A las 11 AM ya me había andado parte de la ciudad y pensé en posibles causas: las graduaciones en colegios e institutos, EEUU había bombardeado a Irán, la UE entraría de lleno en el conflicto, Pedro Sánchez habría dimitido, una ola de calor, la fiesta del diwali, el hijo de Vivas sería el próximo candidato para las municipales. Tal vez habían salido a la luz más corruptos y la trama había llegado a Ceuta. ¿Y si se trataba de una edición especial por el Corpus o una entrevista a koldo?
¿Habrían secuestrado al periódico por alguno de mis artículos y me buscaban para detenerme? Nada de eso; un señor que pedía de comer sentado a las puertas de la Eroski descubrió el pastel al enterarse sobre el motivo de mi zozobra: la Princesa Leonor llegó a Ceuta. El 21 de junio, la heredera al trono desembarcó en el puerto ceutí a bordo de la fragata Blas de Lezo, junto a sus compañeros guardiamarinas, para acudir a un acto profundamente simbólico: el tradicional Sábado Legionario, que se celebra en el acuartelamiento de García Aldave, cuna del Tercio Duque de Alba 2º de La Legión. Ahora lo entiendo todo.
Estoy seguro que si tres marcianos hubieran aparcado el ovni en la Marina para ir a cenar al restaurante Bugao quedarían montones de Faros.
Y es que Doña leonor y el rancio abolengo tiene mucho tirón en nuestra ciudad. Le recomiendo a su alteza que antes de irse de esta tierra se tome usted un bocata de corazones; seguro que esa foto se convierte en premio de World Press Photo. Llévele saludos a su abuelo, que hace 18 años también pisó esta ciudad noble y leal.