La imagen habla por sí sola. La fila de contenedores que se ubicaba, y hablamos en pasado porque varios de ellos ya han desaparecido, en las cercanías de la farmacia Pérez Ramírez, en Ceuta, ya son simplemente cenizas.
Un panorama que se dibuja en la avenida San Juan de Dios, a escasos 20 metros del nuevo Centro Integrado de Formación Profesional número 1 de Ceuta. Hasta allí han tenido que trasladarse esta última madrugada los bomberos en lo que ha sido su única salida de las últimas horas. Todo ello para
sofocar las llamas en un contenedor y, con el riesgo evidente, de que el fuego se extendiera a otro más.
La
Policía acordonó el lugar pasada la una de la madrugada pues, al no ser una hora muy tardía fueron varios los vecinos que se acercaron, mientras los efectivos del SEIS procedían a extinguir con rapidez el fuego.
Como se puede observar, justo al lado hay también un espacio donde, hasta hace apenas dos o tres días, era ocupado por dos contenedores más que ahora tampoco están. Y es que quienes noche tras noche ‘se divierten’ prendiendo fuego en varios puntos de la ciudad estuvieron hace poco también por allí. Es decir, han hecho desaparecer al menos
tres contenedores en apenas tres días dejando a la vecindad casi sin lugar donde arrojar sus desperdicios del día a día.
Si bien esta ha sido una noche “tranquila” para los
bomberos en Ceuta, este único servicio muestra una vez más cómo la quema de mobiliario urbano continúa, suponiendo no solamente un riesgo y gran intranquilidad para los
vecinos, sino también un alto costo económico para las arcas municipales ya que todo esto que ellos destruyen debe, después, reponerse. Una problemática enquistada desde hace demasiados años sin que se logre poner solución a tan particular afición de un grupo, se supone, de jóvenes de la ciudad.