Los GRS de la Guardia Civil se vieron obligados a actuar en la tarde noche de ayer ante la acumulación de porteadores (unos 600) en la playa. Se les instó a dejar los bultos.
Agentes de los GRS de la Guardia Civil tuvieron que intervenir en la frontera en la tarde noche de ayer para contener la acumulación de porteadores que había terminado por colapsar, de nuevo, este espacio. Hacía tiempo que no se registraba la concentración de tantos camalos, pero ayer unos 600, cargados de bultos, terminaban desdibujando la esencia de lo que debe ser una playa (de hecho hasta el cartel que anuncia que el arenal es eso, una playa, terminó por los suelos y destrozado). Las unidades de los GRS acudieron a la zona para apoyar a los compañeros, ya que al margen de la concentración se estaban produciendo avalanchas y se había registrado el lanzamiento de piedras que alcanzaron a algún vehículo de la Benemérita así como a algunos agentes pero sin registrarse bajas.
La intervención llevada a cabo sobre el terreno terminó instando a los porteadores a abandonar la playa para desviarlos hacia el polígono del Tarajal, su lugar de salida. Todo ello con el objetivo de que dejaran los bultos para regresar a Marruecos ‘de vacío’. Algo a lo que los porteadores se negaban, por lo que advirtieron a este medio de su intención de pernoctar en el lugar. Así al menos lo manifestaban al cierre de esta edición.
La escena volvía a ser caótica en la frontera, con los autobuses sin poder cumplir con su línea hacia el Tarajal, dejando a sus ocupantes en la subida del Hospital; con los taxis teniendo que suspender las carreras porque no llegaban hasta la zona; y con vecinos que no podían acceder a sus lugares de residencia. Y en todo esto, decenas de agentes intentando resolver el problema como podían, colas interminables para cruzar a uno y otro lado, porteadores y otros trabajadores que denunciaban la presión policial ejercida... El problema vuelve a ponerse encima de la mesa.