Los inmigrantes que frecuentan la zona portuaria con intención de pasar de Ceuta a la península se aglutinan, cada vez en mayor número, en la zona de Poniente. Los controles llevados a cabo por la Policía Local (acoplada a funciones de seguridad en el puerto) tienen como consecuencia directa esta situación hasta el punto de generarse pequeñas avalanchas de adultos y menores que intentan superar a toda costa el control.
Y quienes están ahí son solo un guardia civil y un policía portuario. Dos agentes para evitar la entrada a tropel de un número cada vez mayor de personas. Así, a plena luz del día. Se les echa de un lado para que permanezcan en otro. Solo se desvía el problema y se genera mayor inseguridad y riesgo.
Cuando pasa un vehículo para entrar en la zona de seguridad, los inmigrantes se arrojan hacia su parte trasera para cruzar así el control. O incluso algunos se acoplan por debajo o los hay que se suben al techo. "Esto no se puede soportar", confiesan los agentes, incapaces de poder controlar una situación que además no tiene sentido alguno. Se 'marea' la perdiz sin adoptar soluciones y ante esta situación está un número de agentes tan mínimo que genera una inseguridad mayor.
"Cualquier día va a suceder alguna desgracia", confiesan. Aseguran que las noches son peores. "Estamos vendidos". Puede suceder cualquier accidente con los camiones o se puede generar un enfrentamiento sin respaldo alguno.
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