Los líderes del PP y el PSOE han pactado esta semana poner en marcha “inmediatamente” una comisión en el Congreso que durante seis meses evalúe la situación en Cataluña y después abra el debate sobre una reforma de la Constitución y el modelo territorial establecido. ¿Qué opinan los ceutíes al respecto? Para encontrar respuestas hay que remitirse a la encuesta postelectoral que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hizo en la ciudad tras las últimas elecciones autonómicas.
En el sondeo se refleja que el 72% de los caballas es partidario de “un Estado con comunidades autónomas como en la actualidad”. Solo uno de cada diez (el 15%) simpatizaría más con “un Estado con un único Gobierno central sin autonomías” y únicamente el 2,5% aboga por “un Estado en el que las comunidades autónomas tengan menor autonomía que en la actualidad”.
Las alternativas de “un Estado en el que las comunidades autónomas tengan mayor autonomía que en la actualidad” o “un Estado en el que se reconociese a las comunidades autónomas la posibilidad de convertirse en Estados independientes” no tienen ningún eco en la población de la ciudad autónoma.
Las respuestas en Cataluña en el estudio homólogo de la misma fecha fueron diametralmente distintas: el 41,4% apuesta por “un Estado en el que se reconociese a las comunidades autónomas la posibilidad de convertirse en Estados independientes” y un 26%, por uno en el que las regiones tengan “mayor autonomía que actualmente”.
Solo un 29% de los españoles preferiría un Estado centralizado o con Comunidades Autónomas que tuviesen menos competencias. El 71% restante más del doble prefiere un Estado como el actual o donde los Gobiernos regionales tuviesen más autonomía. El deseo de más centralismo roza el 50% de apoyo entre personas que se ubican claramente a la derecha pero en esas posiciones solo se reconoce el 14% de los españoles. El centro de masas del electorado es una persona que se ubican en el centro o centro-izquierda y que está “satisfecho” con el modelo de autonomías vigente. Además, hay casi tantos españoles que serían partidarios de más descentralización como gente que preferiría menos.
Por otro lado, el 69% de los caballas dice sentirse “tan español como ceutí” y un 15% considera que su identidad es “únicamente española”. El 8,5% decía sentirse “más español que ceutí” y solamente el 3% “más ceutí que español”. Quienes se definen “únicamente ceutí” suponen también un residual 3%.
En el conjunto de todo el país solo un 7% de los ciudadanos se declara al mismo tiempo muy orgulloso de ser español, más español que de su autonomía y defensor de un Estado más centralizado.
En Cataluña el 38% se siente “tan catalán como español” pero uno de cada cuatro (23,4%) se percibe “más catalán que español” como frase que mejor expresaría sus sentimientos y otro 23,6%, “únicamente catalán”.
En todo el Estado un 42% de las personas está “orgulloso” de ser español pero el porcentaje se reduce al 14% si se revisa quien se siente, además, solo español o más español que valenciano, extremeño o de la que sea su Comunidad Autónoma. Si además se pide que sean centralistas o que prefieran un Estado donde las regiones tuviesen menos autonomía que ahora la cifra cae hasta el 7%, el porcentaje de españoles muy orgullosos de serlo, nacionalistas y que prefieren un Estado centralizado.
Un paso más allá, solo un 0,6% de los encuestados por el CIS hace dos años estaba muy orgulloso de ser español, se sentía solo español o más español que otra cosa, preferiría un estado centralizado, se declaraba muy de derechas y opinaba que los inmigrantes son más un peligro que algo positivo.
Ideológicamente, el 18 de los caballas se considera “conservador”, un 13,5% “progresista”, un 11% “socialista” y un 7% “liberal”. La mayoría se ubica en el centro-derecha (seis en una escala de uno a diez de extrema izquierda a extrema derecha).
Después de los últimos comicios autonómicos un 81% apuntaba al paro como el “principal problema” de la ciudad, muy por delante de la vivienda (20,5%), la situación económica (15,5%), la Educación (13,5%) y la inmigración (11%).
Casi la mitad de los ceutíes que no fueron a votar en las últimas elecciones tomaron esa decisión porque no le inspiraba confianza “ningún partido ni ningún político” (37,8%) o porque no había “ninguna alternativa que le satisficiera” (10,8%). Otro 18,9% opinaba tras los comicios de 2015 que votar “no sirve para nada” y solo un 5,4% se abstuvo “para mostrar su descontento”. Doce años más atrás, en 2003, la mitad de los caballas decía que la política “no le interesaba” y un 14,3%, que estaba “harto” de ella y de las elecciones. Además, un 7,1% aseguraba que “no me sentía representado por ningún partido” y un 35,7% señalaba que ya sabía quién iba a ganar y que su voto no iba a servir “para nada” como segundo motivo para justificar su no participación. Un 21,4% argumentaba que su partido preferido le había “decepcionado”.
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