Desembarca el primer autobús híbrido en Ceuta. Se anuncia que con nuevas unidades se llegará a puntos ahora vetados a ese tránsito como sucede en algunas urbanizaciones. Todo pinta divino si empezamos a construir la casa por su base antes de elegir el tejado que queremos.
A día de hoy no podemos estar orgullosos de muchas de las paradas de autobús operativas en la ciudad. La de la frontera es una, pero no la única. Paradas que ni siquiera tienen una marquesina para proteger a los usuarios o que están ubicadas en una pendiente.
Se ha denunciado en cuantiosas ocasiones sin que se haya aportado una respuesta con la urgencia debida. Y así tenemos zonas en donde quienes esperan la llegada del servicio público lo hacen a la intemperie, haga lluvia, viento, sol… Y así siguen, como si esa imagen fuera lo más normal del mundo.
Podemos tener autobuses híbridos, podemos incorporar más unidades, comprar microbuses para garantizar nuevos servicios… que seguiremos igual o peor si no avanzamos en el logro de unas infraestructuras dignas, si no somos capaces de ofrecer unos servicios adecuados a todos los niveles.
No es normal toparse con una mujer sentada en la acera esperando que llegue el autobús a una parada tan solo marcada por las letras BUS en el pavimento. Si en una ciudad de reducidas dimensiones y con recursos suficientes como para afrontar esas deficiencias no somos capaces de actuar de inmediato, algo sucede. Nada bueno.