Aurelia Pérez García es una nueva víctima del COVID en Ceuta. Sin embargo, hasta hace muy pocos días esta vecina de la barriada O' Donnell era puro nervio y derrochaba dinamismo durante toda la jornada. Incluso, hasta finales del mes de septiembre estuvo yendo a la playa de la que era una verdadera amante y no perdonaba ningún día.
Aurelia formaba parte de una familia muy conocida en nuestra ciudad, no en vano su padre Pedro fue el propietario del muy conocido ‘Bar Canarias’, situado toda la vida en la actual calle Victori Goñalons. Ello hizo que Aurelia viviera de joven muy cerca del bar propiedad de su progenitor, concretamente, en la calle Jáudenes, hasta que se casó y entonces se fue a vivir a la barriada O' Donnell, donde llevaba más de 50 años conviviendo con los cientos de familia que allí residen.
Junto con su marido formaron una familia que, a pesar de las dificultades, siempre fue feliz como nos recuerda uno de sus hijos a las pocas horas del fallecimiento de su madre. Su esposo estuvo trabajando durante toda la vida en la fábrica de chocolate de Borrás, en el Paseo de la Marina Española, hasta que alcanzó la jubilación. Sin embargo, en el año 2011, Aurelia se quedó viuda.
No quiso irse a vivir con ninguno de sus hijos y desde primera hora de la mañana estaba en la calle para intentar ayudarles en todo lo posible. Sus nietos eran, desde luego, su pasión y todos los días acudía a visitarles, ya fuera en la zona del Morro donde residía uno de sus vástagos o más lejos donde residía el segundo. Era la matriarca de la familia a la que no le importaba hacer de comer para todos, no en vano la cocina era una de sus pasiones. Además cuando sus hijos o sus nueras tenían algo que hacer no le importaba para nada cuidarles a los más pequeños.
Sin embargo, a pesar de su vitalidad, el pasado miércoles se encontró enferma. Ya el día anterior había dado positivo de coronavirus. Fue ingresada en el Hospital Universitario, concretamente, en el área de Observación donde el sábado decidieron llevarla a planta. Pero la situación de sus padecimientos se complicaron en las últimas horas y falleció unos minutos después de las nueve de la mañana de este domingo.
La vida es así, toda tu preocupación, trabajo, hijos, nietos, se queda en nada en cuestión de días. Este virus nos está marcando, Leyi te agradecemos tus visitas a la Montaña y a los familiares que te recuerdan desde Cantabria, rezaremos por ti, es lo que nos queda . Sigue cuidando a tus hijos y nietos desde esa otra vida.
Muchos besos y nuestro mas sentido pesame para tu familia