“Aún tengo los mocos negros”

En un mes, ya son tres las llamadas que el cuerpo de Bomberos ha tenido que atender en el Globe, el barco que está siendo desguazado.

Sin embargo, en una de las veces su intervención en el lugar fue innecesaria porque se trataba de una falsa alarma. En cualquier caso, esta fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del cuerpo, y por ello los bomberos quisieron quejarse de las “inexistentes” medidas de seguridad que rodean, a su juicio, el desguace del ballenero Globe. Dos de quienes intervinieron en la operación, un delegado sindical (Gonzalo Sanz) y el jefe de la dotación que se desplazó hasta el barco (Antonio Monasterio) en la noche del miércoles, relataron lo sucedido.
“Se podía haber evitado, eso es lo peor, ha sido una negligencia que nos ha obligado a arriesgar la vida”, explicaba Gonzalo Sanz. Se refería al hecho de que el incendio, causado en la bodega, les había obligado a entrar al barco, algo que tuvo que hacerse saltando, de manera improvisada, desde el muelle a la cubierta del barco, para luego bajar hasta la manguera.
En total, fueron 45.000 litros de agua que hicieron bajar al barco 1,5 metros de profundidad. “Tuvimos que respirar un humo muy perjudicial; aunque el barco está descontaminado aún quedan restos de materiales, como el amianto, que hemos tenido que respirar”, explicó el jefe de la dotación. Algo que explicaba de manera mucho más concreta Sanz, uno de los que había tenido que saltar al interior del barco, unas 16 horas después de la intervención: “Aún me salen los mocos negros”.
Tal y como reconoce la empresa vasca responsable del desguace de este barco, aún existen muchos materiales combustibles en el interior, especialmente madera, que todavía abunda en el interior de las habitaciones. Esa fue, precisamente, la causa del incendio, pues los trabajos se están llevando a cabo con soplete, y después de que terminaran lo trabajos, hacia las 8 de la tarde, quedaron unas ascuas vivas. Estas ascuas terminaron prendiendo, presumiblemente al ser avivadas por el viento, y cuando se detectó el fuego ya era de cierta entidad.

Más vigilancia
Según explicó el responsable de la empresa que está desguazando el barco, “obviamente se va a reforzar la seguridad viendo lo que ha sucedido”. En concreto, explicó que “los trabajos con el soplete pararán a las seis de la tarde, y desde entonces hasta las ocho se trabajará en el asfalto”. El hecho de que los bomberos aplicaran 45.000 litros de agua sobre el ballenero abandonado y su nivel bajara metro y medio no debería convertirse en un obstáculo que retrasara los trabajos de desguace, puesto que lo único necesario será achicar todo ese agua.
Lo que desearían desde Bomberos sería algo más completo, como que hubiera alguien vigilando todo el día, lo que según la empresa chatarrera no es necesario y, además, “la medida adoptada no es algo que se suela hacer”, debido a que no existen ese tipo de problemas.
Otro de los problemas señalados según los bomberos, es que “el combustible de los sopletes y los productos químicos y combustibles, como el propano, están a escasos tres metros del barco”. Según la empresa chatarrera, “ni aunque las llamas pasaran las gomas del barco arderían”.
El Globe ha sido durante diez años un quebradero de cabeza y ha permanecido en dos lugares diferentes del puerto. Primero estuvo en el Muelle España y ahora se encuentra en el Muelle de la Puntilla, donde se trasladó para que molestara menos. Finalmente, este mes comenzó su desguace.