Las entradas de subsaharianos que dicen ser
menores y que logran sortear la
valla para cruzar a Ceuta han influido en el incremento de asistencias en los centros de la ciudad encargados de la acogida a quienes todavía no han cumplido los 18 años. El tema es que en muchos de los casos sí que son adultos, pero se confirma con posterioridad. Esto ocurre prácticamente en buena parte de los casos protagonizados por subsaharianos, ya que en los de los marroquíes sí se verifica su adolescencia.
Desde enero hasta la actualidad se ha registrado la entrada de unos 70 subsaharianos y marroquíes dados como menores, que son acogidos en lo que ahora funciona como centro de primera atención, el de Piniers. Otros se van derivando al resto de instalaciones dependientes de Menores.
Los casos de entradas de oriundos del vecino país se producen bordeando a nado los espigones, ya que el control en frontera y la aplicación de medidas restrictivas como la obligatoriedad de portar visado anula los accesos de antaño de familias que cruzaban a Ceuta pero regresaban a Marruecos con menos miembros. Sus hijos quedaban a las puertas de los centros de acogida.
En el caso de los subsaharianos, el aumento ha sido gradual. Por ejemplo el mes pasado se constató la entrada de una decena solo de los que dijeron no alcanzar los 18 años, al margen hubo otras incursiones de adultos. En muchos de los casos han cruzado la valla y llegan por sus propios medios al
CETI, en donde ya la Guardia Civil tiene constancia del cruce. El registro policial de todos ellos y la declaración de su minoría lleva a activar el protocolo de primer ingreso en los centros dependientes de la Ciudad Autónoma hasta que se pueda verificar si deben permanecer allí o pueden optar a su traslado al CETI, de donde su marcha a la Península será más pronta.