El ‘aula invertida’ funciona. Al menos gusta a los estudiantes que practican esa metodología. Antonio José Moreno, Marina Rondón y Jonathan Luque han constatado con el alumnado de 1º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de Matemáticas del IES Abyla que “valoran positivamente” la implementación del ‘flipped classroom’.
Se trata de un modelo pedagógico que transfiere el trabajo de determinados procesos de aprendizaje fuera del aula y utiliza el tiempo de clase, junto con la experiencia del docente, para “facilitar y potenciar otros procesos de adquisición y práctica de conocimientos” dentro del centro educativo.
Según los analistas, “las chicas valoran más positivamente que los chicos en el proceso de enseñanza y aprendizaje el uso de ‘Moodle’, una aplicación totalmente gratuita dedicada principalmente a la enseñanza online que permite crear un campus y un aula virtual sin costes”.
Además, “aquellos aspectos que más destacan las mujeres del estudio son el acceso a los recursos didácticos de la red y la motivación, mientras que los hombres consideran que mejora la búsqueda de información, además de la expresión oral y escrita”.
Esas son algunas conclusiones del estudio ‘El Aula Invertida en contextos multiculturales. Estudio de casos’ que han incluido en el monográfico ‘Praxis innovadoras en la educación de la era digital’. Su muestra estaba formada por 52 estudiantes del IES Abyla con 12 (69.2%) ó 13 años (30.8%) de edad, el 57,7% mujeres y el resto (42,3%) hombres. La mayoría del alumnado profesa la religión musulmana (61,5%) y el resto (34.6%) la cristiana, quedando un margen para quienes no profesan ninguna (1,9%) u otra (1,9%, la budista).
El objetivo de la investigación era “describir la influencia tanto del género como de la religión que profesa el alumnado de 1º de ESO en la materia de Matemáticas del IES Abyla sobre el uso del método ‘flipped classroom’ y el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC)”.
En un primer momento se le indicó al alumnado y sus familiares que durante dos meses se iba a desarrollar una metodología basada en el flipped classroom. En un segundo momento, y pasado dos meses desde el inicio de la experiencia, se le pasó el cuestionario mediante formulario de Google Académico, los cuales rellenaron en la sala de informática del centro educativo. El alumnado promedió un tiempo de 20 minutos para la cumplimentación del mismo sin presentar “problemas” durante el proceso.
En relación al uso del ‘aula invertida’, fueron los chicos los que valoraron más este proceso de enseñanza y aprendizaje. Ambos géneros destacan que esta estrategia metodológica “permite y favorece la comunicación síncrona y asíncrona entre los miembros que componen la comunidad educativa”. En las conclusiones de la investigación se apunta que “los que practican la religión cristiana valoran más esta metodología que los de religión musulmana” y que “los alumnos que practican ambas religiones coinciden en determinar que esta estrategia de aprendizaje favorece el desarrollo del trabajo cooperativo y colaborativo en el aula”.
Desde la perspectiva de la religión que profesa el alumnado, en relación al uso de ‘Moodle’ en el proceso de enseñanza y aprendizaje se observa que los musulmanes “lo valoran más positivamente que el resto de religiones, seguidos de cerca por los católicos”. En este caso, los estudiantes de religión islámica “destacan el poder motivador de este tipo de enseñanza”, mientras que los católicos “consideran que permite trabajar cooperativa y colaborativamente, además de poder acceder a infinidad de recursos didácticos”.