Un grupo de alumnos de entre 4º y 6º de Primaria del CEIP Ortega y Gasset no lleva en su mochila cada día al colegio libros y cuadernos, sino sus ordenadores portátiles. Son los estudiantes que van al ‘Aula Avanza’ de este centro de Ceuta, una iniciativa que empezó a funcionar en el curso 2018-2019, como en Melilla, donde se ha abandonado. Se concibió como un “aula abierta”, es decir, en la que el alumnado seleccionado debía pasar la mitad de su jornada lectiva (en las horas de Matemáticas, Lengua y Ciencias) y compartir el resto con sus compañeros de nivel, pero la pandemia que lo ha trastocado todo también ha condicionado también su funcionamiento este curso, en el que los chicos y chicas con altas capacidades están toda la jornada con Bailla Sadik, su responsable durante estos tres años, y el resto del personal docente y expertos invitados (filósofos, sanitarios...) que pasan por la clase.
Esta semana la novedad para los siete dicentes que trabajan “por proyectos” y sin libros de texto ha sido una impresora en tres dimensiones que hace sus delicias.
No son sólo ‘listos’. Para incorporarse al ‘Aula Avanza’ no basta con tener “altas capacidades” en términos de coeficiente intelectual, sino también “alta motivación hacia el aprendizaje y alto rendimiento”. Poder y querer. Con esos criterios se abre el abanico de elegibles: “Un estudiante puede revelar su alta capacidad con otras formas de trabajar o potenciarla, si no es tan grande, gracias a su motivación con las herramientas adecuadas”, explica Sadik. “Quien se lo merezca puede conseguir venir trabajando mucho, esforzándose y haciendo las cosas con mucha motivación”, advierte.
El curso pasado el ‘screening’ de selección no se pudo realizar por la crisis sanitaria y en el efectuado este año sobre dos generaciones (los escolarizados en 3º y 4º de Primaria) se ha detectado a cerca de diez candidatos que serán cribados para que no se supere la docena de adscritos.
Hasta ahora todos los elegidos han sido estudiantes del CEIP Ortega, aunque si quedasen plazas libres se podría incorporar alumnos de otros centros que carecen de este recurso, algo “difícil” debido al tamaño de ese colegio, con cuatro líneas.
“Dos promociones del ‘Aula Avanza’, cuatro estudiantes, ya han pasado con éxito al instituto, en nuestro caso el IES Siete Colinas de referencia, aunque es una pena que en los centros de Secundaria no haya continuidad para este proyecto, si no un aula similar sí programas de enriquecimiento que den continuidad al trabajo cooperativo, de creatividad, etcétera, que hacemos aquí”, lamenta Sadik.
“En esta clase, con niños con entre 10 y 12 años, las nuevas tecnologías son nuestra herramienta fundamental para todas las materias y un día a la semana se dedica íntegramente a programación informática”, explica la coordinadora mientras el alumnado trabaja como si tal cosa con circuitos y otros elementos. Todo muy práctico.
No obstante, no sólo de teclas vive el ‘Aula Avanza’, que además incluye en su horario arte, huerto escolar... “Las Ciencias es lo que más les gusta, pero también trabajamos la Lengua como herramienta vehicular... Intentamos que todo sea más práctico, involucrar todas las áreas en cada proyecto”, indica Sadik, que hace hincapié en que los niños con altas capacidades “también tienen necesidades especiales”.
“Se corre el riesgo de que todo les resulte tan fácil que desconecten y, al llegar a un nivel de exigencia superior, fracasen porque han perdido los hábitos de trabajo, estudio, superación...”, advierte la docente, que se ha encontrado con estudiantes que con otra metodología de trabajo han acabado con su absentismo previo e incluso renunciado a un viaje a París para seguir “aprendiendo”.
“Vienen muy motivados porque cada día es una sorpresa: esta es un aula viva y abierta a cualquier novedad, muy dinámica... Al principio puede ser duro dejar de estar encasillados y dirigidos y empezar a elegir, hasta con qué color escriben, desarrollar el pensamiento creativo y crítico... Salirse de la norma, que es uno de sus grandes miedos y temores iniciales”, explica Sadik, que suele contar con un profesor de apoyo de Inglés y que ha promovido el traslado de algunas actividades del ‘Aula Avanza’ a las clases ordinarias para propagar su “metodología activa y participativa” para evolucionar hacia un esquema de enseñanza y aprendizaje “más práctico”, concluye.
El Claustro del CEIP Ortega y Gasset no ha encontrado dificultades para insertar al alumnado del ‘Aula Avanza’ con su grupo ordinario durante los dos años en los que han podido compaginar ambos ámbitos de trabajo, algo imposible este curso por la limitación de horarios a causa de la pandemia. Tampoco con la reunión de estudiantes de entre 10 y 12 años o con su evaluación de acuerdo con los criterios establecidos. El ‘screening’ o procedimiento de detección de talentos, que la Dirección Provincial quiere ampliar a más centros, se basa en una prueba del orientador para “detectar talentos y altas capacidades” con los que posteriormente se realiza un estudio “en profundidad” en base también a los informes de los tutores. “Es muy importante trabajar el aspecto emocional con este alumnado, gestionar las grandes expectativas que generan y su miedo al ‘fracaso”, explica Sadik, que también está muy satisfecha con la respuesta de las familias de los estudiantes al formato del ‘Aula Avanza’.
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