AUGC reclama triplicar el número de guardias en Tarajal

“El servicio que prestan los guardias civiles en la frontera es de los más duros de todo el país”. Estas conclusiones son de la Asociación Unificada de Guardias Civiles que exponen un recordatorio de lo que antiguos mandos de la talla de Julio Quílez ya aseveraban allá por finales de los noventa.

“Nada ha cambiado”, crítica la Asociación, que ha recogido con cierto celo el anuncio de inversiones publicitado por el Gobierno de la Nación para reforzar las vallas de Ceuta y de Melilla. Habrá un pantalán en el Tarajal, escenario de las muertes del 6-F que siguen siendo cuestionadas hasta con denuncias anónimas, y se invertirá 500.000 euros en colocar rejillas hidráulicas en los bajos del puente del Tarajal para  vetar la entrada de inmigrantes. Inversiones, todas ellas, que a juicio de AUGC no casan con el foco real de presión que afecta a la ciudad y que vienen a responder a la presión mediática y social generada después de las avalanchas migratorias registradas en las ciudades hermanas.
“El Tarajal es el auténtico coladero de inmigrantes, también de delincuentes y de menores. Eso lo estamos viendo con las entradas continuadas de sirios con pasaportes alquilados (más de 140 en lo que va de año) o con los que se cuelan en dobles fondos de vehículos”, denuncian. Según datos de la Guardia Civil, en este año se ha procedido a la detención de 9 personas que ocultaban a 11 inmigrantes en sus vehículos. Estadísticas que no tienen en cuenta a los que se han colado sin haber sido descubiertos. A esto añade la AUGC los hechos ya conocidos de detenidos que, una vez identificados, se constata que tenían cuantiosas órdenes de prohibición de entrada en España que, a la vista está, han incumplido sin que los supuestos medios de control hayan funcionado.
“Los agentes no son suficientes en número para atender como se debe este paso. Falta personal en los turnos y los efectivos que están allí destinados terminan llevando a cabo jornadas agotadoras e inhumanas. Trabajan en un servicio penoso, expuestos al frío, al calor, a las presiones y a una situación que atenta contra los mínimos riesgos laborales que deben respetarse debido a la contaminación tóxica que reciben del tráfico”, añaden.
Actualmente entre 3 y 4 guardias civiles por turno se dedican al control de la frontera. La Asociación reclama elevar el número a 15 “sobre todo de día”, apunta.
Si hacemos cuentas, las pretensiones de AUGC se entienden más. “Habiendo el número de agentes que hay hoy en el Tarajal, cada uno solo puede dedicar un par de segundos a ver a cada persona y 20 segundos para cada vehículo. Es imposible hacer un control adecuado cuando agentes, con ocho horas de servicio en un punto de constante presión, tienen que controlar el paso de 8.000 vehículos y 30.000 personas al día desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche”, denuncia.
Turnos agotadores, infraestructuras deficientes, imposibilidad de controlar adecuadamente quien entra y lo que entra conforman una jornada laboral sobre la que además la Asociación denuncia presiones. “Los guardias trabajan cohibidos, sabiéndose controlados por cámaras que parecen poner en entredicho su honestidad. No será además la primera vez que el propio delegado del Gobierno ha llamado para criticar por qué está abierto o no un carril o trasladando las quejas cuando se generan colas”, apostilla. “La culpa evidentemente no está en el guardia, en que haga mal su trabajo, sino en el sistema y en la organización que se permite exista en la zona”.
La Asociación vincula el anuncio de inversiones en la valla con la necesidad de dar una respuesta a la presión mediática que, en el caso de Ceuta, se ha mostrado en su versión más cruenta tras el 6-F. “El objetivo que tiene el Gobierno es el de la impermeabilización de la valla. Se han dejado millones y ahora se equipara la presión que puede haber en Melilla con la de Ceuta, cuando es completamente distinta. Aquí hace falta actuar de forma urgente en la frontera del Tarajal, dando más medios a los guardias civiles y policías, dotándolas de personal suficiente que permita hacer registros adecuados para frenar así el auténtico coladero que tenemos en esta vía”, sentencia.
Lo que pide AUGC no está lejos de la llamada ‘frontera inteligente’ que ya anunció Interior que iba a ponerse en marcha. Se habló de más control sobre las personas y sobre los vehículos, pero de momento cumplir al 100% esta misión es un imposible en un Tarajal que hace frontera con Marruecos y que debiera servir para filtrar la delincuencia asentada en la zona norte marroquí. “Hace unos años logramos el compromiso de dotar de espacios e infraestructuras suficientes esta zona, pero vemos que cambian los gobiernos y no se adoptan las medidas suficientes”, critica.

La problemática migratoria, sin igualdad en Ceuta y Melilla

El pasado 4 de marzo se produjo el último intento de entrada masivo por la valla y el espigón de subsaharianos. Eran más de mil los que intentaron entrar en Ceuta. Desde entonces no se ha vuelto a registrar una presión igual, pero sí se han seguido produciendo entradas que, por goteo, terminan teniendo una efectividad incluso mayor. La población siria ha entrado en su totalidad por el paso fronterizo, mientras que los subsaharianos lo han hecho ocultos en vehículos o bordeando el mar, salvo casos muy esporádicos de salto a la valla. Una imagen que nada tiene que ver con la que se estila en Melilla en donde siguen produciéndose intentos de entrada por la fuerza usando el vallado.