¿Qué pasará el día en que un culero agreda a otro o un guardia civil resulte lesionado en los calabozos? Eso es lo que se pregunta la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) dada la elevada presión que ejercen los pequeños pasadores de narcóticos que queda reflejada en las celdas con que cuenta la Compañía Fiscal. El Defensor del Pueblo Andaluz se ha llevado las manos a la cabeza tras conocer, por boca de la asociación, lo que está pasando no sólo en Ceuta sino también en Algeciras. ¿Y qué está pasando? Que calabozos en donde, se supone, debe haber un único detenido termina habiendo tres, cuatro y hasta cinco. Son tantos los arrestados en posesión de bellotas con las que cargan en ese trasiego delictivo entre Ceuta y Algeciras, que las infraestructuras con que cuentan ambas comandancias no dan a basto.
AUGC está preparando un informe, a petición expresa del Defensor, con estadísticas sobre las condiciones en que se encuentran tanto detenidos como guardias civiles, porque la presión se registra en ambas alas. Con un solo váter químico para expulsar las bellotas de hachís, cuando éste está ocupado los culeros defecan en los mismos calabozos, en cubos de plástico que les dan los guardias.La situación es tercermundista, los detenidos pierden su intimidad y estos roces terminan provocando enfrentamientos. Además de ser ilegal, puede provocar alteraciones e incluso reyertas dentro de los calabozos.
En el puerto de Algeciras la Benemérita cuenta con 5 calabozos, de los que uno está inutilizado porque sirve de almacén de droga. Un día cualquiera de esta semana los agentes han detenido hasta 9 culeros. Las cuentas no salen: ¿un preso por celda? Imposible. En Ceuta existen entre 5 y 6 calabozos y la media de detenidos, tirando hacia lo bajo, es de 12. Ha habido jornadas en las que han sido más de veinte los interceptados en el puerto. Las estadísticas, en este caso, entran en alerta roja.
Los resultados de esta combinación explosiva (muchos detenidos en poco espacio) no se han hecho esperar. Ya se han producido casos de peleas entre los propios detenidos que los guardias han plasmado en diligencias. La agresividad en los enfrentamientos depende muy mucho del delincuente que participe, y en los casos de tráfico de hachís se entremezclan tipos delincuenciales muy diversos. Hay detenidos que esconden tras de sí cuantiosas implicaciones en robos, agresiones y el propio tráfico de drogas. Aunque ahora se está notando que las redes dedicadas a la introducción del hachís en la península intentan captar a personas sin antecedentes. Las mafias se conocen la ley al dedillo y usan a las personas sin antecedentes a las que cargan con menos de dos kilos y medio de hachís para llegar al punto legal por el que se evita la cárcel. Los pasadores alimentarán el negocio hasta que, sorprendidos y marcados por antecedentes, dejen de servir a la organización.
Por una razón u otra, el negocio aumenta y engorda mientras las infraestructuras y dotaciones humanas con que cuenta el Instituto Armado se ven mermadas por la crisis.
“Hay poca gente de servicio, para ser plenamente operativos haría falta al menos otros 70 guardias civiles en Ceuta”, denuncia la asociación. Pocos efectivos, muchos detenidos. ¿El resultado?: hay más fugas y más intentos de escapada. No todas se conocen, la amenaza del correctivo hace que se tapen buena parte de esas huidas ya que el propio agente será sancionado al convertirse en culpable de que la fuga de un pasador de droga. Los detenidos se las saben todas y aprovechan situaciones en las que, consideran, es factible la escapada. Sucede, por ejemplo, cuando los mecánicos están despiezando el vehículo para localizar la droga. Los registros pausados y lentos se mezclan con la falta de guardias lo que hace que el riesgo de fuga sea mayor.
Con motivo de la Operación Paso del Estrecho, la dirección general de la Benemérita ha incorporado un agente nuevo a la plantilla de Algeciras y tres a la de Ceuta. “No es suficiente este refuerzo, de por sí faltan más guardias y ahora con la OPE se incrementan los delitos con lo cual la presión es mucho mayor”, denuncia.
A las quejas por estas circunstancias se añaden otras como que, en Algeciras, los detenidos están durmiendo en el suelo y en muchas ocasiones sin mantas siquiera. No disponen de colchones de espuma y terminan dando pie a situaciones tercermundistas.
El Defensor del Pueblo, conocedor de la situación, está recabando los datos que prepara AUGC y que, también, serán remitidos a la Fiscalía. Eso es lo que pretende la asociación, informar a la instancia judicial de la ristra de problemas que se están produciendo y que son considerados, al menos para la entidad, como “atentatorios contra los derechos humanos”, avanza.
“No es que duerman en el suelo, es que por no haber no hay ni aire acondicionado. Ha habido ocasiones en las que los guardias civiles han visto que los detenidos se encontraban en mal estado y los han sacado fuera para que tomen el aire evitando que tengan algún problema de salud”, indica la asociación.
Con estas denuncias AUGC busca que tanto Fiscalía como Defensor sepan lo que está ocurriendo “para que no pase lo que estamos temiendo que pueda suceder. Para que cuando se produzca alguna fuga, cualquier agresión entre detenidos como cualquier otra circunstancia, los guardias civiles no sean los responsables sino quien ordena y permite que estos hechos sucedan. Si los guardias se niegan a realizar el servicio son sancionados”, añaden. Es una forma de ‘curarse en salud’ ante una situación que ya han puesto de manifiesto en otras ocasiones, chocando con una situación invariable por muchas razones. Por una cúpula de mandos sometida a la crisis económica, por unos recortes que inciden directamente en la seguridad y por una falta de diligencia a la hora de poner soluciones ante problemas que AUGC no duda en calificar de insostenibles.
Luchar contra las tramas organizadas del tráfico de hachís a pequeña escala resulta complicado, pero se trata de adecuar una lucha paralela para que, al menos, guardias y detenidos estén, cada uno en su área, gozando de las condiciones laborales mínimas y en un cuadro garante para su seguridad.
Unas estadísticas demoledoras que baten récord
De enero a abril de este año han sido arrestadas 420 personas en Ceuta antes de embarcar hacia Algeciras; al otro lado del Estrecho, en el mismo periodo, se supera el centenar de detenciones. En el primer semestre, son ya más de 700 los detenidos. Los viajes a Ceuta para cargar hachís aumentan, y el tráfico de las pequeñas cantidades de droga baten récord. Según los datos de la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar publicados por este medio, se está registrando un 20% más de juicios relacionados con culeros en ambos lados. La crisis económica influye en el negocio. Un negocio goloso si a un pasador le ofrecen hasta 1.000 euros por llevar a buen puerto la mercancía. Hay jóvenes capaces de cargarse con más de un kilo de bellotas, a pesar de que compañeros han terminado en el Hospital o han fallecido en el camino.
“Te ofrezco la regularización”
La UE difundía esta misma semana un informe de la agencia antidroga en el que identificaba a Marruecos como principal exportador de hachís a Europa a través de España y Portugal. “Marruecos aparece constantemente como primer exportador de resina de cannabis a Europa. La producción entra en la región principalmente a través de España y Portugal”, indica. Europa se convierte en uno de los principales mercados de cannabis. Los datos lo atestiguan: cerca de 600 toneladas de hachís y otras 100 toneladas de marihuana fueron incautadas en el conjunto en los Estados miembros en 2009.
Las mafias se nutren de un negocio importante y Ceuta y Melilla se convierten en puertas de entrada y salida de esa droga, que abre un amplio abanico para las corruptelas. AUGC reclama investigaciones que vayan más allá de las detenciones aleatorias de culeros. Reclama que con dichas investigaciones se pueda favorecer que los jueces apliquen el agravante de organización a quienes sean detenidos en operaciones, para, así, intentar aminorar la presión que hoy por hoy está ejerciendo este negocio.
Ceuta esconde zulos importantes de hachís, lo que demuestra las intervenciones de vehículos en la propia ciudad cargados con hasta 700 kilos de esta droga. La salida hacia Europa se busca con pases importantes y con flujos pequeños pero constantes que son alimentados con promesas delictivas.
Recientes investigaciones de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificación (UCRIF) de la Policía Nacional en Algeciras han confirmado que las bandas están captando a marroquíes para que pasen droga a cambio de regularizarle su estancia en España con papeles, en muchos casos, falsificados. “Te ofrezco la regularización”, una promesa a la que suman el dinero que pueden ganarse. El efecto llamada, dice AUGC, existe también en este negocio.