AUGC advierte de los problemas que pueden derivarse del caos del Tarajal

Tensión, avalanchas continuadas, gente que pasa hambre y necesita del comercio de los bultos para poder vivir, infraestructuras deficientes... y en medio de todo esto agentes de las fuerzas de seguridad completamente desbordados.

A diario se escribe en el Tarajal un capítulo de una historia que se sustenta en estas claves. Siempre lo mismo, confiando en que, con la apertura del paso alternativo al Biutz, el ‘Tarajal II’ que quiere abrirse a final de mes, todo vuelva a la normalidad.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha calificado toda esta situación de “desastrosa”, dada la conjunción de “problemas graves” que afectan por igual a porteadores y a fuerzas de seguridad. El derribo de la ya famosa escalera no ha hecho “sino empeorar las cosas” provocando la inexistencia de un paso alternativo y forzando a que hombres y mujeres, minusválidos y embarazadas, tengan que pasar por la carretera. “Se ha perdido un carril de la carretera nacional ya que al no haber ni aceras, ni bajadas adecuadas, los porteadores van por el lugar más corto”, advierte la asociación. Los propios guardias civiles han trasladado a la AUGC la peligrosidad que entraña este punto. “Ese carril está suponiendo un lugar de preparación de bultos previo al pase de la mercancía a Marruecos  y un lugar incluso de estacionamiento”, señala, denunciando el caos que se organiza y la generación de colapsos que terminan incidiendo en el resto de vehículos que circulan por la zona.
Un punto negro más dentro de la bolsa formada, desde hace semanas, en el mismo lugar. El bloqueo al pase de mercancías, la prohibición del traslado de determinados bultos, los controles que sobre los propios porteadores ejercen los plantos... convierten al Tarajal en la zona que, hoy por hoy, mayor posibilidad tiene de acoger un desorden público de enjundia.
AUGC denuncia la falta de personal suficiente como para controlar esta situación y los episodios de tensión derivados de la presencia de unos agentes a los que se les obliga a quitarle la mercancía a gente que portea para comer, lo que termina derivando en situaciones de nervios y caos. “Hay porteadores que se están quedando a dormir con sus bultos y a los que están robando y que increpan a los guardias diciéndoles que ellos no son los delincuentes a los que tienen que perseguir”, denuncia AUGC, que está preparando ya un informe sobre el estrés padecido por los agentes y la relación de horas de trabajo marcado por una presión constante.
“¿En base a qué normativa se impide el paso de mercancías de lícito comercio a Marruecos?”, se pregunta la asociación. Es la misma cuestión que se plantean los comerciantes, lo que les ha llevado a organizar un movimiento en el que aglutinar a todos los perjudicados por esta situación. “Cómo es posible que los porteadores y porteadoras que compran géneros de lícito comercio en Ceuta (España), tengan grandes dificultades para llevarlos a Marruecos. Parece un absurdo que se comprometan las autoridades españolas en unas alteraciones del orden público para contener a personas que en principio no comenten ninguna ilegalidad”, critica, lamentando que otras áreas de la ciudad se estén dejando desatendidas en materia de seguridad debido a la absorción de unidades tanto de Benemérita como de Policía en este punto.
“De toda la vida en Ceuta, los porteadores han pasado hacia Marruecos, vehículos y personas, cargados hasta las trancas. Pero ahora están surgiendo tendencias económicas complicadas en el vecino país. Tanger Med ha subido los impuestos, por lo que los empresarios están desviando sus gestiones económicas hacia Ceuta, cosa que se puede comprobar por las entradas de mercancías en nuestra ciudad. De hecho los contenedores llegan al Polígono del Tarajal y se vacían y la mercancía al final entra en Marruecos, de una forma u otra. Hay contenedores que ya vienen con los bultos preparados desde la península, al objeto de no perder tiempo en preparar la mercancía. Eso ha supuesto un aumento de intención de paso de mercancías hacia Marruecos para abastecer no solo al país sino a toda la zona influencia de África. La frontera es un paso importantísimo de mercancías hacia Marruecos, cosa que las autoridades marroquíes quieren evitar”, denuncia AUGC.
“Lo cierto es que esto se ha vuelto en un punto muy complicado de actuación policial, no sabemos si se está esperando a que suceda un lamentable incidente, pues el sistema de disuasión que se utiliza es la aprehensión de la mercancía y los porteadores lo que hacen es intentar el paso una y otra vez”, sentencia. “Delegación del Gobierno ignora que al hambre no se le pueden poner puertas”.

1.500 euros por empadronarse en Castillejos: más presión en la zona

La frontera del Tarajal se ha convertido en un paso cada vez más frecuentado. Los porteadores, cuyo incremento ha sido notable, intentan pasar bultos como pueden: a la espalda, en bicicletas, en vespas o en vehículos cargados por todos los huecos. Al tradicional flujo de porteadores se han sumado ceutíes, algunos venidos de la península o de Europa que “encuentran aquí, aprovechando su estatus de residente, el pase diario tantas veces como deseen, incluidos días festivo cosa que no ocurre con los no residentes. Hasta donde llega la situación que la población de Castillejos está aumentando enormemente, se está pagando 1500 euros solo para autorizar a una persona a empadronarse en su casa de Castillejos para poder pasar la frontera sin visado, y otro tanto de 500 a 600 euros para poder sacarse el pasaporte de la zona de Castillejos”, indica la asociación. Detrás de estos datos hay algo más. “Aumento y extensión del comercio que de una manera sutil Marruecos pretende evitar y las autoridades españolas no lo ven. El actual puente del Biutz es lento, no da para el paso de tantos y tantos que quieren cruzar, el precio según los porteadores es alto, 10 euros por bulto, en cambio, por la zona de la aduana, es más barato, pero a veces es complicado el pase. Por eso lleva a que se incremente cada día más de porteadores la entrada por el Tarajal”, concreta. La confianza se pone ahora en el nuevo puente, cuyas dimensiones se cree que permitirán un adecuado tráfico de personas. Mientras, pasan las semanas y la asociación advierte de la tensión focalizada cargada sobre las espaldas de los guardias civiles.