La mañana del pasado domingo fue de todo menos tranquila para Fernando y Raquel, los padres del pequeño Izan. La aparición de una fiebre alta en su hijo más pequeño, de apenas un año de edad, que no remitía tras la habitual medicación, hizo saltar las alarmas ante un proceso de amigdalitis que ya venía arrastrando desde hace un tiempo. Ante la duda y la posibilidad de que le tuvieran que realizar pruebas más amplias que las que podrían hacer en el Servicio de
Urgencias de Otero, se dirigieron al
Hospital Universitario de Ceuta donde esperaron pacientemente casi una hora a ser atendidos.
Sin embargo, el tiempo pasaba y al pequeño no lo llamaban si siquiera para el triaje protocolario, presentando ya 40 de fiebre.
Extrañados ante la tardanza, se dirigieron a
personal de Urgencias del HUCE, que le tomaron la temperatura al niño, solicitando a los padres que estuvieran vigilantes por si se producían cambios, en cuyo caso debía avisar “para volver a tomarle la temperatura”.
Fue en esta misma conversación donde le indicaron que no podían pasar pacientes a los médicos de Urgencias al estar “la impresora estropeada” lo que les imposibilitaba trasladar a nadie a consulta, lo cual, según apuntan estos padres indignados, le resulta cuando menos una situación anómala e inverosímil. No que la impresora se estropeara, sino que éste fuera el motivo aducido para no dar paso a a los pacientes a consulta, cuando se supone que es un procedimiento de carácter interno a través de llamadas o incluso intranet, “pero no puede ser la causa de dejar de atender a un paciente”, señalan.
Ante la imposibilidad de que el pequeño pudiera ser atendido y viendo que la fiebre no remitía, se trasladaron hasta la Clínica Septem, pues de forma reciente le había hecho un seguro médico a su hijo y optaron por este centro a fin de no esperar más. Allí lo atendieron y le diagnosticaron lo que ya pensaban que podía ser: una amigdalitis fuerte le estaba provocando la fiebre y el malestar al pequeño. Lo trataron con antibioterapia y hoy el niño presenta mucho mejor estado.
Lo que no entiende esta joven pareja es que el hecho de que una impresora esté averiada pueda provocar que los pacientes que están esperando a ser atendidos en la antesala de Urgencias no sean vistos por un médico y es por este motivo que en la mañana de ayer trasladaron al Departamento de Atención al Paciente esta queja, de la que tendrán respuesta en un periodo máximo de un mes, a fin de que hagan los protocolos necesarios para que esta situación no impida la atención a unos pacientes que no están por gusto en la sala de Urgencias de un Hospital.