Atascos hasta las Murallas y Hadú por los coches de los porteadores

Estos vehículos marroquíes dan vueltas por la N-352 hasta que les permiten cruzar con las mercancías. Transportistas y la Empresa de Autobuses critican que las autoridades “no toman cartas en el asunto”.

Interminables colas de vehículos colapsaron ayer la carretera nacional N-352 y acabaron afectando a la red viaria en barriadas como Loma Colmenar, Juan Carlos I, el Príncipe, Almadraba, Miramar, Juan XXIII y la calle Argentina hasta desembocar en la avenida Martínez Catena. Aunque los vehículos se acumularon hasta la gasolinera de la playa del Chorrillo –colindante con San Juan de Dios– y San José-Hadú. Los afectados apuntaron a los coches marroquíes usados para el transporte de mercancías de Ceuta a Marruecos como los causantes de estos embotellamientos. Los perjudicados por los atascos explicaron que estos automóviles extranjeros o bien se quedan parados en los carriles o se dedican a circular dando vueltas por la Carretera Nueva –de la Almadraba a la rotonda del Tarajal– hasta que la Guardia Civil les autoriza a pasar al reino alauí con sus productos. Aunque la congestión del tráfico es algo característico de la Carretera Nueva, estas retenciones vuelven a poner en evidencia las limitaciones de esta arteria que soporta una carga importante de tráfico rodado al unir Ceuta y Marruecos. Una de las primeras quejas surgieron sobre las 15:00 horas cuando el chófer de un camión que se dirigía del Puerto al Tarajal se quedó atrapado en la Carretera Nueva, a la altura de Juan XXIII. “Tres horas más tarde, sobre las 18:00, este vehículo pesado tan solo había avanzado unos metros y esperaba llegar al cruce de la Almadraba para volver” a las instalaciones portuarias, como explicó el portavoz de la Asociación de Transportistas, Manuel Sánchez. Tanto este representante del colectivo de camioneros como el presidente del Comité de Empresa de Autobuses Hadú-Almadraba, José Antonio Blanco, protestaron porque la Guardia Civil “no se encontraba regulando el tráfico en la N-352” ni tampoco la Policía Local, aunque se trate de una arteria nacional. Ambos representantes criticaron que “ninguna autoridad toma cartas en el asunto” y, en el caso de los autobuses, sus responsables son quienes modifican los itinerarios por iniciativa propia para evitar las colas. Ya bien entrada la tarde, según las personas inmovilizadas junto a sus coches, varios zetas del Cuerpo Local de Policía se personaron en el último tramo de la avenida Martínez Catena y desviaron a los coches de los porteadores hacia Loma Colmenar, a las explanadas que rodean el Hospital Universitario. Con esta maniobra, los agentes pretendían neutralizar el elemento que, en principio, habría originado la congestión en la red viaria. Testigos presenciales llegaron a estimar que unos 300 coches marroquíes se apilaban en distintos llanos. Son los mismos vehículos que, cada madrugada, aguardan la apertura de la frontera marroquí y generan filas que se alargan hasta el Hotel Ibis en el municipio vecino de Castillejos. Los porteadores también se quejaron, en su caso, porque llevaban desde las 7:00 de la mañana dando vueltas por Ceuta sin posibilidad de regresar a sus casas donde, dijeron, les esperan sus familias. Además de, aseguraron, “ser multados por llevar mercancías para ganarnos la vida”. El malestar no se limita a los colectivos profesionales, sino que residentes en barriadas como El Príncipe Alfonso y Felipe están muy descontentos con la escasa fluidez del tráfico en una ruta que suelen tomar para ir a sus casas. Los embotellamientos incomunicaron servicios básicos como el que dispensa el Hospital Universitario. Algunos familiares iban a pie al clínico de Loma Colmenar o regresaban también andando ya que los transportes públicos estaban atrapados o bien rodeaban las arterias colapsadas.

La Policía Local desvía los automóviles a Loma Colmenar para descongestionar las carreteras

Unos 300 estacionados en explanadas

Conductores atrapados en las colas explicaron que, a última hora de la tarde, aparecieron varios patrullas de la Policía Local que se afanaron en extraer de la circulación a aquellos vehículos marroquíes que habían sido el detonante del colapso que afectaba a otras arterias colaterales. Los agentes les condujeron hasta distintas explanadas en los alrededores del Hospital, donde ya se encontraban otros compañeros que también se dedican al transporte de mercancías sobre cuatro ruedas a Marruecos, sumando unos 300. El despliegue policial, según los testigos presenciales, se produjo en el último tramo de la N-352, cerca de la subida al Príncipe Felipe.