Los sindicatos como CCOO y UGT han reclamado medidas de protección para los trabajadores de la guardería San Ildefonso, ubicada en el Príncipe. Lo hacen después de que la noche pasada arrojaran piedras contra este centro y un coche de una de las trabajadoras sufriera daños.
No se puede consentir este tipo de sucesos, ya no solo por la necesaria garantía de seguridad para los empleados que allí prestan sus servicios sino por lo que supone un atentado de este calado contra un centro que acoge a menores, muchos ellos de muy corta edad.
Es un acto que causa rechazo no solo entre los sindicatos que han alzado la voz, sino también en la propia barriada que siempre ha dado calor a quienes prestan desde años un servicio allí y que sufre el daño colateral de tener una imagen negativa que para nada los define.
Se tiene que garantizar la integridad de los trabajadores, evitar situaciones como esta que suponen una auténtica vergüenza. Se llega a reclamar incluso el traslado de la guardería, una situación drástica pero que finalmente se tendrá que llevar a cabo si no se dota el entorno de la seguridad necesaria con una cobertura digna ajustada a lo que necesitan.
Este centro ya ha sufrido otros ataques similares a este o incluso de mayor gravedad. No pueden ser pasados por alto, sería imperdonable hacerlo.