Son cinco los invidentes del
Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta que se han concentrado en la mañana de este miércoles en la Plaza de los Reyes porque no aguantan más. Llevan solicitando el asilo y protección internacional un año y aún no han recibido respuesta.
Solo quieren salir ya a la Península al igual que lo hacen cada semana otros compañeros y ellos no. “Somos cinco solicitantes de asilo que llevamos un año refugiados aquí en Ceuta y ahora hemos salido a la calle para manifestarnos para pedir nuestros derechos. Queremos el traslado a la Península porque llevamos mucho tiempo en el CETI sin salir y toda la gente sale. De hecho, el CETI está casi vacío ya porque muchos han podido salir de aquí”, ha explicado Ilias Abghouni. Un año esperando un momento que no llega y que les ha llevado a manifestarse a las puertas de la
Delegación del Gobierno. En el centro del Jaral viven estas cinco personas ciegas, todos marroquíes, que llegaron a la ciudad entre septiembre y octubre de 2019. Ha pasado un año desde que pisaran Ceuta en busca de una vida mejor y en un país que ofrece más oportunidades para los discapacitados que el suyo. Pero se sienten abandonados.
“El director del CETI no dice nada para nosotros solo que tenemos que esperar y esperar. Necesitamos ayuda de la gente y de las asociaciones para contactar con otras organizaciones porque pasamos mucho sufrimiento en el CETI y vemos muchas cosas feas””, ha proseguido Ilias en nombre de los cinco. Abandonados por su situación ya que denuncian que al resto de integrantes del CETI sí se les está dando salida a la Península. El Tribunal Supremo les daba la razón el pasado 29 de julio. Los solicitantes de asilo desde las ciudades autónomas de Ceuta o Melilla, una vez que la solicitud sea admitida a trámite, tienen derecho a la libre circulación por todo el territorio nacional. Sin embargo, el Ministerio del Interior reculaba y comunicaba el mes pasado que había nuevos requisitos y tenían que tener a alguien que los albergara para poder salir.
Hablaron con la Policía Nacional y les dieron que “podíamos salir con la nueva decisión del Tribunal Supremo, pero luego dijeron que tenemos que tener por ahí una familia en la Península o alguien que nos acoja”. “Pero después el director dice que no puede ayudarnos y otras veces nos dicen otra cosa que podamos ir solos a la Península con la tarjeta roja, que la tenemos, pero luego nos dicen otra cosa”, ha insistido. Tienen entre 20 y 29 años y estudios en fisioterapia o administración. Sin embargo, cruzaron el paso del Tarajal buscando una acogida en el centro del Jaral y escapando de un país en el que estas personas no tienen derechos a pesar de las protestas que hicieron en la calle “en Rabat al lado del Ministerio en la que murió un compañero al caer el techo del Ministerio”. “El Rey y Marruecos no hace nada por nosotros y por eso estamos aquí porque España es un país con más derechos humanos y que respeta a la gente con discapacidad”, ha lamentado Ilias Abghouni. Ahora esperan unas buenas noticias que no llegan en el CETI, en Ceuta, donde no quieren seguir. Entre sus pancartas podía leerse que exigen ser deportados porque un CETI no es un centro adecuado para personas con discapacidad o “basta ya a un año de sufrimiento”. Quieren vivir con la dignidad que perdieron en su país. Pero en la Península. Están solos y sin ayudas en una ciudad que no es la suya y nadie les da una respuesta.