Una de las unidades más desconocidas dentro de La Legión es la Quinta Compañía de Mando y Apoyo de la IV Bandera del Tercio Duque de Alba II de La Legión, desplegada en Ceuta. Por eso FaroTV ha estado con ellos, para conocer verdaderamente cuáles son sus características y capacidades.
Sus orígenes se remontan a 1921, año de creación de la IV Bandera, siendo depositaria y heredera de la antigua 12ª Compañía de Ametralladoras, que tuvo en el capitán Saturnino González Badía a su primer jefe.
En este viaje para conocerla más a fondo se ha contado con el capitán Juan José Gómez Franco, jefe de la Quinta Compañía de Mando y Apoyo del Tercio Duque de Alba II de La Legión.
Franco ha explicado que el contexto bélico de la época y las características de la Guerra de Marruecos (1921-1927) requerían de las capacidades que esta compañía proporcionaba al que fue el primer jefe de la IV Bandera, el comandante Emilio Villegas Bueno.
“Una mayor potencia de fuego que en determinadas situaciones del combate le permitiesen ejercer su acción de mando influyendo de manera directa sobre el campo de batalla”, señala.
En esencia, en la actualidad, “la Quinta Compañía de Mando y Apoyo sigue teniendo el mismo propósito, dotar al jefe de la unidad de capacidades diferentes y específicas que le permitan tanto ejercer la acción del mando como mantener su libertad de acción para poder actuar sobre el desarrollo de las operaciones de manera directa”.
Para ello, la compañía se estructura en tres secciones independientes con muy diversas capacidades, que a nivel operativo dependen directamente del teniente coronel jefe de la IV Bandera.
El capitán jefe de la Compañía se constituye como un elemento de apoyo y asesoramiento al mando dentro de la célula de operaciones de la Plana Mayor de la Bandera.
Estas tres secciones independientes son: Sección de Mando y Transmisiones, Sección de Reconocimiento y Sección de Morteros Pesados.
La Sección de Mando y Transmisiones tiene como cometido dotar a la Bandera de una estructura de mando y control que permita tanto su funcionamiento operativo como también el administrativo y logístico.
Para ello está dotada de un Equipo de Mando en apoyo directo al Jefe de la Bandera, del Pelotón de Transmisiones, del Pelotón de Observación, de una célula S1/S4 (personal/logística) y de otra célula S2/S3 (inteligencia/operaciones).
La Sección de Reconocimiento (SRECO) se constituye como la unidad de combate más versátil, flexible y de más variadas capacidades de la unidad. Su propósito es el de ser los ojos del jefe de la Bandera a la vanguardia de su despliegue, así como un elemento resolutivo para influir en las operaciones de manera directa. Dispone de dos pelotones de reconocimiento y un pelotón de defensa contra carro.
A diferencia de las compañías de fusiles, que se mueven en vehículos BMR (Blindado Medio sobre Ruedas) con capacidad de transporte de un pelotón, la SRECO utiliza vehículos tipo VAMTAC (Vehículo de Alta Movilidad Táctica) tripulados por una escuadra o equipo, disponiendo de dos vehículos por pelotón. Esta configuración dota a los pelotones de una gran movilidad, capacidad de adaptación al terreno y una gran autonomía al poder actuar de manera muy descentralizada. En esta sección se integran 2 equipos pesados de tiradores de precisión, que por normal general son los más experimentados y con mayor nivel de instrucción de la unidad.
Además, la SRECO dispone de una potencia de fuego alta en comparación a su pequeña entidad ya que tiene a su disposición fusilería, ametralladoras ligeras, medias y pesadas, lanzagranadas y misiles contra carro.
La Sección de Morteros Pesados (MP) tiene como finalidad la de dotar al Jefe de la Bandera de la capacidad de influir de manera directa sobre la maniobra a través de los fuegos. Está dotada de morteros de 120mm y constituida por tres pelotones, a dos piezas de mortero por pelotón. Lo que hace un total de seis piezas de mortero de 120mm que proporcionan un gran volumen de fuego indirecto.
Franco ha señalado que estas múltiples capacidades hacen de la Quinta Compañía “la más heterogénea” de sus compañías. “Se trata de una unidad donde la acción directa del mando cobra menos importancia debido a su elevado grado de descentralización, pasando cada individuo a tener una mayor cuota de autonomía y responsabilidad. Esto hace que en la Quinta Compañía se aglutine el personal de mayor experiencia y antigüedad, así como aquellos que han demostrado tener unas elevadas capacidades para desarrollar su trabajo en un contexto tan concreto y específico”.
“El fundador de la Legión, el Teniente Coronel Millán Astray, incluyó en el ideario legionario un concepto proveniente de la filosofía francesa del SXVIII ,“Noblesse Obligue”. Dicho Concepto en español significa “Nobleza Obliga” y quiere transmitir que aquellos que gocen de buenas posiciones, de responsabilidad y de prestigio deberán siempre actuar con nobleza y honestidad”, ha proseguido.
Por ello, el lema de la Quinta Compañía no podía ser otro que “Nobleza Obliga”, “un mantra que retumba diariamente en las mentes de sus integrantes, conocedores de su responsabilidad, del prestigio que supone pertenecer a la antigua 12ª Compañía de Ametralladoras de la IV Bandera y de que no hay otra forma de proceder más que la de la rectitud y una noble y leal entrega a la Legión”, finaliza en esta entrevista.
El capitán Juan José Gómez Franco, jefe de la Quinta Compañía de Mando del Tercio Duque de Alba II de La Legión, conoce cada rincón de esta unidad y siempre está listo para ordenar a sus hombres cuando se requiera.
El cabo José Ramón Alcaraz, IV bandera de la Quinta Compañía del Tercio Duque de Alba II de La Legión, está destinado en la sección de reconocimiento y ahí es el jefe de equipo de tiradores de precisión. Sus funciones sobre todo se centran en dar apoyo a las órdenes exigidas por parte del Teniente Coronel. Es uno de los veteranos de la compañía ya que lleva 26 años, de los que 20 es en tiradores.
Alcaraz se siente muy cómodo dentro de la unidad ya que “durante todo este tiempo hace amistades, hay un gran ambiente y te hace que estés cómodo”. Este veterano lleva a sus espaldas hasta cuatro misiones: Kosovo 2001, Irak 2003, Líbano 2006 y Afganistán 2010. “Es una experiencia única”. Alcaraz reconoce que nadie en su familia es militar, sino que fue una cosa “que me gustó desde pequeño y quería serlo”.
El sargento Juan Jesús Cuenca Luna, perteneciente a la IV bandera de la Quinta Compañía del Tercio Duque de Alba II de La Legión, es el jefe de pelotón. Luna se encarga de los mortero y señala que es una trabajo “con mucha responsabilidad”.
“Llegué destinado a este tercio hace 7 años, concretamente formé parte de la segunda compañía La Referencia, de lo cual me siento también muy orgulloso. Era un cometido muy bonito y especial”, ha proseguido. La diferencia que encuentra entre la formación que estaba y la de ahora es que “en mi opinión era más físico y ahora es más responsabilidad. Es la gran diferencia entre pertenecer a un pelotón de fusil a uno de mortero”. Luna se siente encantado en la ciduad y desea estar mucho tiempo en Ceuta.
“Mi valoración de estos años en la ciudad es muy positiva. Por suerte tengo aquí conmigo a mi mujer Samara y mis dos hijas y pertenezco a una ciudad que me hace sentir como si fuera de ella. Me siento caballa, valoro en Ceuta que tiene de todo, está accesible y la verdad que espero que nos queden muchos más años en la ciudad”, finaliza. Uno de esos militares que siente la vocación desde pequeño.
El sargento Manuel Alejandro Gutiérrez Guerrero perteneciente a la IV bandera de la Quinta Compañía del Tercio Duque de Alba II de La Legión lleva cuatro años y medio en la ciudad. Desde que llegó a Ceuta, Guerrero ha desempeñado la labor de sargento. Un hombre con “firmes principio” y hace que dirija a su equipo con “mucha responsabilidad y precisión”.
Este joven militar nació en Medina Sidonia (Cádiz) hasta que se desplazó a nuestra ciudad hace unos años. “Me he adaptado a la ciudad y me gusta esta unidad, así como los valores que representa. Me gustaría formar esta unidad y seguir las misiones. Desde el primer día me adapté, es una ciudad pequeña y me siento muy cómodo”. Servir a España es algo que le viene de vocación. Nadie en su familia se dedicaba a la vida militar, algo que no le importó en absoluto y empezó su preparación para entrar en el ejército y pertenecer un día a La Legión.
“Desde pequeño me llamó este mundo, no tengo familiar, soy el que inició el camino en el mundo de la milicia. No me arrepiento en absoluto el entrar en esta unidad y lo volvería hacer”. Guerrero señala que su entrada en el Ejército supuso que otros familiares quisieran también pertenecer al Cuerpo. “Fui el primero en iniciarme en este mundo y ahora ya hay familiares que han seguido mis pasos y están desempeñando la labor de servir a España y a los españoles para intentar que siempre seamos los mejores”, finaliza el sargento.
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